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Elena Chenguayen: "A todo lo que hagas, ponle corazón". - 5

Por: Edimar Vargas Espadín 

Es todo lo que necesitaba, dice Elena  mientras ríe y saborea un helado de vainilla. Y lo hace sin culpa. Para ella, decir que una modelo vive solo de agua y lechuga, ya pasó de moda. Su fórmula es más efectiva: una alimentación balanceada, alto entrenamiento funcional, yoga y, sobre todo, mucha actitud. Esa que deja al descubierto cada vez que sube a una pasarela. A sus 18 años, es el rostro del LIF Week Otoño- Invierno 2017, mérito que recibió en la edición anterior. Gracias a su buen desempeño se perfiló como la favorita de los diseñadores y organizadores del evento. Sí, es muy joven, pero cuenta con cinco años de carrera en la industria local y dos nominaciones a mejor modelo del año en los premios Luces. 

“Cuando era niña no me gustaba usar vestidos, y menos tacones”, dice. Ella prefería los deportes. Sin embargo, a los 12 años el modelaje atrajo su atención cuando vio por primera vez un desfile de modas. “Me fui interesando cada vez más, hasta que me inscribí en Lima Teens. Según mis cualidades, me recomendaron seguir por el lado de la alta costura”, comenta. Y así fue. Por esas fechas, Elena fue convocada por primera vez por una marca local, para realizar un fitting. Al poco tiempo, ya desfilaba en su primera pasarela. Luego, participó como modelo en seminarios de maquillaje y así su nombre empezó a sonar con más fuerza. "La clave, en todo lo que verdaderamente quieres hacer, es continuar trabajando duro”, afirma. 

Elena llegó a LIF Week con 14 años y 1,72 m de estatura. Por faltarle apenas 3 cm para el 1,75 m (medida estandar para las modelos), solo logró ocupar el puesto de suplente. Pero, al verla en acción, los organizadores cambiaron de idea: Elena debutó con una pieza de encaje marrón con transparencias del diseñador Noe Bernacelli. Su increíble ejecución en escena hizo que se apoderara de los casi 30 metros de pasarela. Esa noche, otras firmas también apostaron por ella. Dos años después, la joven experimentó  por partida doble uno de los momentos más importantes de su carrera: "Abrí en el 2015 la pasarela de Escudo, que también inauguraba la nueva edición de LIF Week. Tuve muchos sentimientos encontrados, porque sentí que mi carrera había despegado", comenta.  Estos grandes logros han hecho que Elena crezca, en muchos sentidos. Ahora, con un 1,79 m ha modelado para casi todos los diseñadores peruanos. Así, esta experiencia acumulada le permite sumar certezas y crear un vínculo más fuerte con aspectos de su mundo que la van formando, como entender el rol social de la moda. “Una colección hecha con las comunidades nativas ayuda a que la mano de obra artesanal sea mejor valorada", explica. 

ADIÓS ESTEREOTIPOS
"Ahora, se busca que las modelos sean más reales y más humanas”, dice cuando le preguntamos por los cánones que exige la industria. Para ella, la era de los estereotipos ha desaparecido. Y, aunque su trabajo depende básicamente de su imagen, considera que para dedicarse al modelaje hay que ver más que solo medidas perfectas. “Me amo como soy y no considero que mi cuerpo necesite más papa en el caldo”, sentencia. Esta preocupación por cómo es percibida la imagen de las modelos impulsa en ella un compromiso real: enseñar a las más jóvenes a aceptar su figura y quererse como son. “Con la inclusión de modelos andróginos, plus size o con vitíligo, han disminuido los complejos”, sostiene. Y parece estar convencida de que en estos nuevos tiempos las diferencias serán las grandes fortalezas. 

Cuando Elena imagina su futuro, lo hace en grande: modelando para firmas como Versace o Chanel y con reconocimiento mundial. Y en eso está. Hace un mes, viajó a Europa para reunirse con agencias de modelaje en Barcelona y París. "Siempre debes aspirar a más, pero sin dejar de agradecer por lo que ya tienes", dice. 

Por estas fechas, se alista para iniciar un nuevo ciclo en la carrera de Comunicación y Marketing de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC). Terminada la semana de la moda (del 4 al 7 de abril en el Gran Centro de Convenciones de Lima), continuará afianzando el modelaje, el que define en dos palabras: dedicación y pasión. “Sé constante,  la mejor escuela es la práctica. Y, a todo lo que hagas, ponle corazón”, finaliza. Y, en estos tiempos, es lo que más necesitamos. 

Fotos: Rafo Iparraguirre
Dirección de moda y stylling: Antonio Choy & Gerardo Larrea
Producción: Elefante Producciones
Maquillaje y peinado: Gina Morales
Asistentes de producción: Gwen Manrique y Bryan Polo para Elefante Producciones.
 

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