Cuando Rihanna inmortalizó el anuncio de su embarazo vistiendo el abrigo fucsia de Chanel y las joyas que destacaron sobre su enorme barriga de embarazada al descubierto, confirmó el inicio de una revolución en la moda que se venía gestando hace algunos años: la liberación de las embarazadas. Este domingo lo hizo de nuevo con su enterizo rojos sobre el escenario del Super Bowl anunciando lo que nadie vio venir: su segundo embarazo. Y aunque la ropa premamá dejó de ser holgada y exclusivamente tierna hace mucho, vestir sensual y a la moda durante el embarazo aún resulta algo transgresor en pleno 2022. Pero la tendencia parece llegar con fuerza. Llevar tacones, crops, y lucir el embarazo ya no es exclusivo de celebridades y lo vemos en nuestro propio panel de Instagram: las mamás de hoy prefiere unos pantalones a la cadera y un top que un vestido de cuello tortuga...pese a quien le pese.
¿Por qué lucir el embarazo resulta transgresor?
Mucho se ha hablado y estudiado sobre la diversidad de los cuerpos y el derecho a vestir con libertad, pero poco cuando se trata de uno que tiene otro cuerpo creciendo adentro: el de la mujer embarazada. Siempre resulta incómodo juntar maternidad, embarazo y libertad en una misma oración. Pues hasta el día de hoy, sigue siendo noticia (y tabú) hablar de mujeres embarazadas sensuales y libres, como Rihanna por ejemplo. Pero no siempre ni en todas partes fue así.
Según la cosmovisión de las comunidades amazónicas, la mujer embarazada era ensalzada por su capacidad de conectar con la tierra y crear nueva vida. Lo más importante era mostrar y celebrar el embarazo, la ropa era lo de menos. Con el auge del poder de la iglesia y la religión católica, el embarazo pasó a ser símbolo de descontrol y vergüenza, por lo que debía ser ocultado por los rígidos corsés hasta el nacimiento del bebé, donde la mujer dejaba de ser mujer para convertirse en madre ejemplar. Y aunque con el paso de los siglos la vestimenta para embarazadas fue mutando, siempre se mantenían bajo la premisa de no mostrar piel y dar una imagen tierna.
A inicios de los años ‘80, la tercera ola del feminismo trajo consigo una nueva corriente: el feminismo prosexo que se centraba en la libertad sexual como un componente esencial en la libertad de la mujer. Tras ello, el embarazo- prueba de la sexualidad femenina- dejó de ser sinónimo de verguenza. Hoy, vemos que celebridades muestran su embarazo en redes sociales o medios de comunicación. Recordemos las fotos y el video del embarazo de Kylie Jenner que se volvieron viral en redes sociales o aquellas imágenes que mostraban a la estilista e influencer Sita Abellán en minifalda y tacones mientras compraba ropa de bebé con Rihanna. Incluso, la top model Slick Woods desfiló para “Savage X Fenty” de Rihanna con lencería de encaje y pezoneras horas antes de dar a luz.
“Personalmente, no soy la clase de persona capaz de juzgar a una mujer por ningún aspecto de la feminidad, especialmente en el caso de la maternidad, porque para mí es como el estado VIP de la feminidad” dijo Rihanna en respuesta a los comentarios en torno al polémico desfile.
Pero como recordamos al inicio, esta revolución se ha gestado con los años. Lo hizo Demi Moore en la mítica portada de 1991, predecesora de los ahora populares retratos al desnudo como el de Cindy Crawford para W Magazine en 1999, el de Serena Williams en la portada de Vanity Fair de 2017 o el de Beyoncé cual virgen de Botticelli en una sesión de fotos ese mismo año.
No olvidemos tampoco cuando Kim Kardashian empezó a hacer lo mism. Ya sea al desnudo, en bikini o en vestidos de diseñador y tacones; la Kardashian empezó a mostrar libremente su sensualidad durante el embarazo y su vida cotidiana a pesar de la lluvia de críticas.
Pero ¿por qué a pesar de las críticas, estas mujeres se mantuvieron fieles a su estilo? Dos palabras: empoderamiento femenino.
Embarazada y empoderada, una dupla mágica
“Rihanna, como persona embarazada y como madre puede continuar el trabajo que ha estado haciendo a través de disciplinas e industrias creativas: trabajar y hablar abierta y alegremente desbaratando suposiciones, enfatizando la equidad, escalando hacia el poder”, afirmó públicamente Reneé Ann Cramer, académica y autora del libro “Pregnant with the stars”.
Por eso, podríamos considerar a la libertad durante el embarazo como un arma para defender el estilo propio, esto es, la autonomía al poder elegir libremente lo que se quiera vestir. “Es una declaración totalmente transgresora y muy política”, reveló Liza Tsaliki, académica especialista en medios y cultura popular de la Universidad Nacional y Kapodistríaca de Atenas una vez para The New York Times.
Una mujer empoderada y orgullosa de su cuerpo mostrará su embarazo para celebrar la maternidad a lo grande y, a la vez, reafirmar su estilo propio. Siendo la moda necesariamente transgresora, la mujer embarazada encuentra en ella la oportunidad (o incluso las fuerzas) para reafirmar su identidad y tomar el control sobre su propio cuerpo.
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