La resiliencia es la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias difíciles, y esta es la cualidad que salió a brillar en Valentina Montoya, una niña de 12 años, que hoy tiene su propia empresa de venta de pasteles. Ella venció el encierro impuesto por la pandemia del nuevo coronavirus estudiando pastelería a través de cursos online.
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Esto sucedió el 2020, cuando Valentina tenía tan solo 9 años. Los juegos y las actividades fuera de casa se acabaron para ella, pero comenzó su proceso de crecimiento como mini chef pastelera. Su deseo de aprender hizo que estudiara cerca de 60 cursos virtuales. Eran tantas sus ganas de crecer que se animó a abrir su propio negocio con el apoyo de sus padres: Carolina Henríquez y César Montoya.
“Pasaron varios meses haciendo cursos y postres, como me salían bien, pensé en empezar a venderlos. Primero ofrecí mis postres a mis tíos, abuelitos y familiares cercanos. En diciembre del 2020 aprendí a hacer panetones y mi mami les ofreció a sus amigas. Y así empecé a vender a personas que no eran de la familia”, cuenta Valentina.
Tras dos años en el mundo de la pastelería, Valentina ha perfeccionado sus técnicas de repostería y hoy logra hacer tortas con mayor dificultad en la decoración. Eso lo podemos ver en su cuenta de Instagram, donde ya tiene más de 3 mil seguidores y aplauden sus ganas de emprender y salir adelante. El éxito en redes sociales la llevó hasta Miami, donde distintos programas de la cadena Telemundo la invitaron para que cuente su historia y prepare pasteles en vivo.
Valentina no descuida sus estudios y sabe administrar su tiempo. Realiza sus labores escolares y cumple con cada pedido de sus clientes. Sus compañeras del colegio la apoyan siguiéndola por Instagram y ella les ha dado clases de repostería de forma virtual. Hoy Valentina aconseja a los niños para que emprendan un negocio sin temor.
“Los sueños se logran con perseverancia, aconsejo (a los niños) que persigna sus sueños, seguro que al principio algo no saldrá, pero si siguen intentando lo lograrán porque no hay edad para emprender”, recomienda Valentina con base en su experiencia.