Sandra Yépez Ríos
Desde que vivo en Japón he adquirido una especial admiración por las mujeres de este país. En una sociedad dominada casi exclusivamente por los hombres ser mujer es un reto cotidiano, sobre todo en el ámbito laboral.
En Tokio, combinar vida profesional y maternidad es tan difícil de lograr que, según el Instituto Japonés de Población y Seguridad Social, más del 60% de las mujeres se ven obligadas a dejar sus empleos luego de tener a su primer hijo. Una cifra enorme comparada con otros países desarrollados como Estados Unidos, donde el índice es de solo 30%. Uno de los múltiples problemas que enfrentan las madres japonesas es encontrar una guardería, pues la demanda supera por mucho a la oferta disponible. De acuerdo con datos del propio Gobierno, a inicios de 2013, había unos 20 mil niños en lista de espera para entrar a una guardería.
Cuando los hijos pasan a la escuela, las cosas no se facilitan. «Los profesores exigen mucho de ti (…) Esperan que las madres vayan prácticamente todos los días a la escuela y que participen en un sinfín de actividades. Es difícil explicarles que tú tienes que trabajar» admite Akemi Naito, quien continuó con su empleo después de que su hija nació.
COSTOS Y BENEFICIOS
No puedo evitar preguntarme: ¿estamos las mujeres sentenciadas a sacrificar unas aspiraciones para conquistar otras? De acuerdo con la doctora Varinia Bustos, de la Universidad ESÁN, «la inserción de las mujeres al campo laboral está en aumento cada día». De modo que el panorama, al menos en América Latina, no parece desalentador
«El Parlamento peruano, por ejemplo, pasó de ser formado por 5% de mujeres a un 30% en esta última década», detalla Bustos. Por otro lado, según el Instituto de Estadística e Informática, actualmente más del 44% de personas económicamente activas en Lima son mujeres.
ALGUNAS CLAVES PARA MAMÁS
Para las profesionales con hijos, la clave para combinar maternidad y profesión radica en encontrar un trabajo por horas, que permita distribuir el tiempo entre los hijos y el empleo. Lo difícil es hallar un trabajo así, pues según Bustos, son escasas las compañías que ofrecen alternativas de este tipo.
María Luisa García, quien tiene dos hijos pequeños, cuenta que los primeros años de maternidad fueron difíciles, justamente por la falta de ofertas laborales de medio tiempo. «Todos los trabajos que aparecían eran a tiempo completo (…) Fue difícil continuar con mi carrera», admite.
No obstante, hay desafíos que incentivan la creatividad, pues la reducida oferta de trabajos por horas ha conducido a algunas mujeres a emprender proyectos propios. Según el informe sobre equidad de género de la Cepal, en el 2002 el 27,3% de las mujeres económicamente activas en América Latina eran pequeñas empresarias que trabajaban por su cuenta; un número mayor al de hombres en la misma circunstancia. En suma, todo indica que cada vez más mujeres están encontrando nuevos modos de superar los obstáculos y combinar maternidad y vida profesional, sin abandonar ninguna aspiración en el camino.