Llena de energía y con una contagiosa sonrisa, Giovanna Loli nos cuenta el proceso de emprender siendo mamá. La mente detrás de esta especial firma peruana encontró en el diseño de ropa para niños; su pasión. Siempre inmersa en el mundo artístico, desde sus estudios de arquitectura hasta su gusto por la moda, la joven de 25 años comparte los detalles de su emprendimiento, que destaca por trabajar con materiales hipoalergénicos y contar con el servicio de personalización de prendas.
TE PUEDE INTERESAR
—¿En qué momento decidiste lanzar Bambino?
Como todo en la vida, llegó el momento de tomar decisiones y elegí impulsar ese lado creativo. La verdad es que estudié arquitectura, realmente nada que ver con moda (risas), pero son pasiones que uno poco a poco va desarrollando. Recuerdo que me dije a mi misma: “La ropa y los niños siempre van a estar presentes así que este es el momento”. Y así fue que me atreví, con la pandemia y las restricciones que habían, busqué un courrier propio para darle la posibilidad a diferentes personas de tener prendas personalizadas para sus hijos.
—¿Trabajas con un equipo o cómo aprendiste a diseñar y confeccionar ropa?
Me considero una persona súper autodidacta. Si me gusta algo, soy de meterme a aprenderlo y no tanto por el lado de un curso en una institución como tal, más bien prefiero aprenderlo a mi ritmo. Así empecé poco a poco en este mundo de la moda y con la ayuda de mi abuela- quien me ha enseñado casi todo lo que sé- y mi mamá que estudió costura de joven, he podido ir evolucionando poco a poco en el ámbito de la confección lo cual es súper importante para mí ya que me encargo por completo de la creación de cada pieza.
—Bambino es una marca exclusiva para bebés y niños. ¿Por qué este nicho?
Soy alguien que ama el diseño. Amo dibujar, pintar y todo lo que implica crear. Creo que eso es algo que me define muy bien. Soy una persona que disfruta lo que hace y llegó un momento en el que se cruzó por mi mente la idea de unir las pasiones que tengo con el hecho de ser mamá. Así nació Bambino, un proyecto en el que puedo compartir todo lo que viví con mi hijo Caetano y a través del cual también puedo explotar al máximo mi gusto por la moda y el diseño.
—Sabemos que los niños crecen de manera acelerada. ¿Cuál la propuesta de la firma respecto a tallas?
Para mí, saber como es la prenda adecuada para cada pequeño es fundamental. Por ejemplo, la ropa que diseño la manejo en nueve tallas (desde 0 meses hasta 8 años) pero no me baso únicamente en esas medidas predeterminadas. Siempre serán una referencia porque obviamente todos los bebés y niños son diferentes. Algo que suelo hacer con mis clientas es darles la facilidad de adaptar la prenda a las características de sus hijos. Siento que no hay que basarnos en las tallas, simplemente tomarlas como un punto de partida.
—¿Cómo es el proceso de personalización de prendas?
Todo se trabaja en el momento con la disponibilidad de textiles que manejo y, de ser necesario, hago una visita rápida a Gamarra para conseguir lo que sea que me haga falta. Manejo la misma dinámica con las tallas porque como mamá sé que no todos los cuerpos son iguales y muchas veces la edad puede hacer que el tamaño de una prenda varíe.
—Los pequeños de la casa son clientes especiales. Necesitan textiles amigables con la piel, ¿tomas en cuenta esto a la hora de elegir la tela para cada prenda?
Claro, en mis diseños uso textiles completamente naturales. Por un lado, el lino que es sumamente suave y cómodo para los niños. Por otro lado, siempre uso algodón en su mayor porcentaje posible porque es lo que la piel de los pequeños necesita. En las piezas de la marca no encontrarás materiales sintéticos porque no favorece para nada. Para mí, la prioridad está en mantener la calidad y el diseño de los productos, sin elevar ni inflar los precios que en Bambino rondan los 25 soles hasta los 60 como máximo.
—Quienes compran finalmente las prendas de Bambino, son las mamás. Cuéntame un poco acerca de tu relación con ellas…
A muchas de las clientas las siento como mis amigas. Siempre tenemos una buena comunicación y me encanta que me cuenten cada detalle para diseñar prendas que finalmente les sirvan a sus hijos. Algunas de mis clientas incluso son fotógrafas y me hacen pedidos muy específicos que yo recibo feliz porque me divierto mucho en el proceso de elaboración. Parte de este trabajo también es ser parte del crecimiento de los pequeños que llevan la ropa de Bambino. Tengo experiencias muy lindas con clientas que me compraron la primera prenda antes de dar a luz y ahora celebran los cumpleaños de sus bebés.
—Te convertiste en mamá aún cuando eras muy joven…
Sí. Me enteré que estaba embarazada a los 19 años cuando aún estudiaba arquitectura. Fue una noticia sorprendente que me dio el impulso que necesitaba para por fin decidirme a hacer realidad algo que siempre soñaba. Con la llegada de Caetano me dije a mi misma “Nunca me voy a poner un límite por ser mamá”. Siento que ser mamá y emprendedora es algo divertido. A mi me encanta y siento que no existen límites. Voy hacia un objetivo y en todo el proceso siento que ser mamá lo hace mucho más interesante porque tengo retos, más motivaciones, más ganas y siento que estoy escalando de la mano de mi hijo.
—La organización debe ser clave para darte tiempo como emprendedora y mamá…
Totalmente. Divido mis días entre Caetano y la marca. Los dos son mi complemento y ambos merecen su tiempo y claro que el balance es necesario para que todo funcione. Los fines de semana sí me doy mi tiempo para estar con él y que así sienta que yo trabajo pero también vivo momentos a su lado.
Contenido Sugerido
Contenido GEC