Un 8 de septiembre de 1990 el Coliseo Amauta se convertiría en una nube de magia y color que prevalescería en el recuerdo de más de una generación. Cientos de niños se reunieron para dar vida a una de las ’fiestas’ más conocidas de Latinoamérica, en una época donde el terrorismo y los conflictos políticos causaban incertidumbre en gran parte de nuestra población. Con cánticos pegajosos, vestimentas de colores y bailes que todos querían imitar; dalinas, gólmodis y cíndelas configuraban uno de los programas de televisión más exitosos de las últimas décadas: Nubeluz.
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A pocos días de su aniversario número 30, conseguimos reunir a las dalinas históricas de Nubeluz, en una conversación exclusiva para El Comercio. Almendra Gomelsky, desde Perú; Xiomara Xibilé, desde Colombia; y Lilianne Braun desde Estados Unidos, se juntaron para compartir sus mejores recuerdos de aquella nube mágica que perduró por alrededor de seis años, los secretos detrás de su ejecución y el eterno legado que dejó en ellas la cuarta dalina, Mónica Santa María.
¿Cómo se sienten a tan pocos días de los 30 años de Nubeluz?
Almendra Gomelsky (AG): Emocionadas. Es la primera entrevista que recibimos desde que estamos a puertas de cumplir los 30 años.
Xiomara Xibilé (XX): Estamos vestidas de celebración por lo menos en el corazón, porque la verdad es que es emocionante saber que aún después de 30 años seguimos celebrando, celebrando la vida, y más aún en estos momentos, en que celebrar la vida se ha vuelto un lujo, cada respiración. Más aún con esta linda comunidad que lleva 30 años montada en esta nube maravillosa, somos muy afortunadas por el cariño que recibimos.
Lilianne Braun (LB): Quiero sumarme a esos saludos tan especiales de Almendra y Xiomy, es realmente un privilegio poder estar las tres cercanas aún, han sido muchos años en los cuales nosotras hemos tenido la oportunidad de juntarnos, y bueno, los 30 años de Nubeluz son sin duda un motivo de alegría, de recargar energía, de revivir momentos, acordarnos tantas cosas especiales y en este momento, que estamos viviendo todos una situación diferente, es bueno porque nos olvidamos por un momento y nos concentramos en esta magia.
Imagino que tenían algo planeado pero ahora todo ha tenido que parar a raíz de la pandemia. ¿Qué planean hacer ahora?
AG: Bueno, evidentemente nos encantaría hacer una fiesta gigante, pero eso va a tener que esperar, como está esperando todo el mundo con sus trabajos, como espera todo el mundo reiniciar en el entretenimiento, en el turismo, así que vamos a tener que inventarnos algo para estar cerca a la gente aunque sea un rato, y bueno, ya con Lily y con Xiomy también a un nivel más personal, más cálido, más de amigos, quizás con los clubs de fans que están súper montados en cada país… pero en realidad lo que queríamos hacer va a tener que esperar. Y cuando llegue va a ser igual de mágico, hermoso y especial. Al menos yo este año no lo estoy contando de ningún modo... yo no voy a cumplir años este año, eso está descartado (risas) Entonces creo que lo mismo sucederá con Nubeluz, lo pasamos para el próximo.
XX: Si, yo creo que lo que dice Ali es verdad, pienso que esta oportunidad de conectividad de estas plataformas nos han permitido estar muy cerquita de este club de fans que siempre está ahí poniendo nuestros corazones calientitos, así que todas maneras haremos algo virtual, pero no descartamos estar en vivo y sentir el calor del público en el futuro.
LB: Tuvimos el privilegio de estar en febrero en Perú, yo y Xiomy, y bueno, la intención era hablar de todos los planes que teníamos para los 30 años, así que en verdad esta fecha no se cancela, solo se pone un ratito en espera, lo vamos a proyectar en otro momento. Y cuando lo podamos celebrar haremos algo muy cálido, entre nosotras, el club de fans, a quienes nos siguen en redes y con quienes estamos súper agradecidas porque son quienes nos mantienen con tanta energía y con ganas de seguir dándoles más de Nubeluz, de aquello que fue y también de lo que será. Así que estén atentos para que sean parte.
Partiendo de ello, es realmente impresionante cómo Nubeluz ha podido mantenerse presente generación tras generación. Hay niños y jóvenes (me incluyo) que no vivieron la fiebre de Nubeluz en tiempo real, pero que igual sus canciones y enseñanzas han estado presentes en sus vidas. ¿Cómo se sienten sobre ello?
LB: Hace poco me he metido en el mundo de las redes y estoy realmente fascinada con el cariño del público, por cómo me ha recibido la gente a pesar del tiempo que ha pasado, y siento que lo que estás diciendo no solo aplica para los padres y sus niños, sino también para nosotras, para nosotras también es una sorpresa muy grande, porque es un programa que salió en los noventas, que duró un tiempo corto (6 años), pero ha sido tal el impacto y tan poderoso, que siento que Nubeluz nunca se va a ir. Yo siento que voy a tener mis 99 años y voy a estar junto con Xiomy y Almendra en el escenario.
AG: Mientras no nos pongamos las botas no pasa nada (risas)
XX: ¡y los shorts!
LB: ¡con las botas tenemos que estar! Y en realidad se trata de un agradecimiento porque no es que nosotras lo hagamos porque queremos, solamente sucede porque tenemos a todos como parte de esta magia, de este sueño. Yo por lo menos no me imaginé que esto iba a durar toda la vida, yo siento que esto nunca se va a ir y es una bendición.
XX: Sabes qué pasa Celeste, que es que eso es lo lindo de un producto como Nubeluz, y es que su mensaje es atemporal, el contenido de Nubeluz cala en todas las generaciones, realmente fue un programa concebido con tanta atención, esmero y cuidado; sobre todo para enriquecer ese mundo maravilloso de los niños, que creo que por eso la línea de tiempo es atemporal con Nubeluz, es un mensaje que siempre va a funcionar, hablar del cuidado a sí mismo, de la naturaleza, la importancia de la lectura, de la alegría, del compartir, porque son ejes esenciales de los seres humanos desde siempre. Entonces más allá las danilas, creo que Nubeluz como mensaje va a quedar para siempre, porque dejamos una huellita en el corazón de tantos seres humanos…
Almendra, tú que estuviste desde que inició Nubeluz, ¿en qué momento fue que te diste cuenta el gran impacto que tenía el programa no solo a nivel nacional, sino de otros países también?
AG: Daba miedo. Mira, yo recuerdo que Nubeluz salió en setiembre de 1990, y de ahí, al mes nada más, ya estábamos en Bolivia. Al siguiente mes en Ecuador, y así sucesivamente. Fue muy rápido. Al inicio no nos dábamos cuenta, en ese tiempo no existían las redes sociales, entonces para nosotros lo que leías, o lo que te contaban, era la única información. Cuando viajabas ya te empezabas a dar cuenta a ciencia cierta. Cuando recién pisamos con Mónica Bolivia y Ecuador nos dimos cuenta realmente la responsabilidad de las cosas que decíamos, que no solo era una camarita y los chicos del Amauta – que eran muchos igual – sino que era mucha más gente. Nos desbordó. Creo yo, que al comienzo si nos asustamos un poco, porque éramos muy chicas para tanto, pero es como que dijimos, wow, ojo con lo que digamos, es verdad que todo lo que digamos puede transformar vidas, además, estábamos hablando de niños, así que creo que en ese momento es que lo empezamos a tomar con mucha más responsabilidad. Igual, siempre nos esforzamos por dar lo mejor, estuvimos nueve meses antes del estreno del programa preparándonos, pero, esa conciencia de saber que hay tanta gente detrás recién llegó cuando salimos de Perú.
Chicas, entrar a la nube del Amauta era ingresar a un mundo mágico. ¿Era complicado dejar de ser ustedes para ser las dalinas?
XX: Era un reto, como dice Almendra, realmente montarse en ese lenguaje, en esa filosofía, porque Nubeluz era una filosofía de vida. Llegar al Amauta era llegar a nuestra nube, conectarnos con Glufo y ponernos ese corazón de Dalina, las amigas grandes de los niños. Transformarnos en esa especie de ’hadas’ que compartían esta nube de colores con todo el mundo, porque en verdad no era solo Latinoamérica, era todo el mundo. Entonces pues realmente era un reto, pero lo vivíamos con el corazón, nos poníamos en la piel de las dalinas cada vez que nos decían 3 2 1, Grántico Palmani Zum.
LB: Sin embargo, siento que igual éramos nosotras a la vez, por más que estábamos vestidas de dalinas, por más que estaban las cámaras, los nubecinos, los productores, a la hora de la hora, cada una igual transmitía quien era. Nosotras conversábamos durante el programa y también detrás de cámaras, y éramos siempre nosotras mismas. Cada una con su personalidad, obviamente llevando el espíritu del programa. No sé si están de acuerdo chicas pero yo era igual de traviesa en cámaras como afuera (risas)
AG: Si claro, y eso también era un poco la identidad del programa ¿no? Cada una era diferente, con su personalidad, estaba la más risueña, la más divertida, la más coqueta… creo que todas teníamos una característica y fue por eso también que funcionó, porque ninguna opacaba a la otra, todas brillaban. Recuerdo que se veía tanto la química en el programa que los niños a veces nos decían ¿ella es tu hermana? Y es que claro, nos veían vestidas con la misma temática, no con los mismos colores, pero tipo dominó, teníamos un mismo diálogo, una misma línea que seguir, tanto así que cuando era el cumpleaños de algún familiar, no podías decir el parentesco en vivo, porque éramos las amigas grandes de Glufo, entonces había un sistema que seguir, que al inicio fue complicado, pero luego fluyó con naturalidad, así pasaba la magia. Recuerdo también cuando fue el cumpleaños de mi mamá y solo le mandé saludos por su nombre, dije: Saludos para la señora Elsi, ¡la quiero mucho! (risas)
Y quién era quién, según personalidad
AG: Yo particularmente creo que Xiomy era la risueña. La que daba sensación de paz. Lily de todas maneras era la traviesa, siempre estaba haciendo bromas. Mónica era sexy pero dentro de su inocencia, era hermosa, seductora con la cámara, así era ella. Y yo creo que me quedo con la dulce, la maternal.
Justo recordabas a la cuarta dalina, Mónica Santa María, que fue súper importante. ¿Qué es lo que más recuerdan de ella?
AG: De Mónica hay que recordar tantas cosas... Mónica era un persona súper profesional. Ella era tenaz. Ella tenía un objetivo e iba tras ello. A pesar de la edad que tenía, que era muy chiquita cuando empezó, era ya una persona muy clara. Disfrutaba mucho de lo que hacía. Como te digo, con ese espíritu que se comía todo. Era muy especial en eso, transmitía eso. Y lo mismo era en su vida personal.
XX: Para mí, era una persona que tenía pasión, que tenía intensidad, que tenía como ese fueguito interno súper encendido. Por eso se le salía esas chispas por los ojos, porque su corazón estaba repleto de ese fueguito. Y ese es el recuerdo que yo tengo de esa mirada chispeante, de ella, de Mónica.
LB: Y lo lindo era sacarle otro lado a Mónica en el escenario. Por lo menos yo disfrutaba muchísimo con ella. En esta época, estando en las redes he tenido la oportunidad de recibir muchos videos. Programas donde nosotras nos turnábamos y todas rotábamos. Y en alguno de los programas que tenía con Mónica, he podido revivir momentos que eran sacarle esa travesura a ella, reírnos juntas. Ella era una niña, dentro de toda su manera sensual, era juguetona a su manera, y la vez muy segura de quién era en frente de una cámara, de lo que quería transmitir. Entonces, estamos de acuerdo las tres en que Mónica sigue con nosotras siempre, es algo que lo sentimos y que lo vivimos. Tenemos recuerdos muy bonitos y las dalinas siempre seremos cuatro.
Volviendo a los recuerdos del programa, por Nubeluz pasaron muchos artistas y famosos. De hecho, tienen anécdotas con bastantes de ellos. ¿Hay alguno en particular que recuerden más?
LB: Cuidadito con lo que dicen chicas. Cuidadito. (ríen)
XX: Yo sé que alguien me va quitar a Chayanne, pero está bien.
Justo estuve investigando... Y el encuentro con Chayanne fue particular... ¿se equivocó en algo, verdad?
AG: Claro, es que a muchos le pasaba pobrecitos. Venían a Perú y resultaba que se lo llevaban del aeropuerto al Amauta, y los pobres decían ¡Me siento feliz de estar en Perú!, y de golpe todos en producción le hacían señas, porque no podían decir un país, solo debían decir que estaban en la ’nube’. Muchos, claro, aprovechaban la situación de venir a Perú para visitar la nube, a pesar de ser una época muy difícil para nuestro país, porque estábamos pasando por el terrorismo y conflictos políticos complicados, donde quizás los mismos artistas no podían presentarse en los grandes estadios como ahora. Sin embargo, podían subir a la nube y que lo vieran todos estos países como Argentina, Chile, Bolivia, Colombia, Costa Rica, y más. Y bueno, como no me voy a acordar de Chayanne, es un recuerdo muy lindo, a pesar del lapsus que tuvo.
XX: Maradona... Es que realmente todo el mundo quería estar en la nube, no solo los nubesinos y los nubetores, toda la gente que quería tener esa exposición, quería estar jugando, cantando, mostrando lo que hacías. Tenemos unos recuerdos increíbles, de tantos artistas.
LB: De por sí, había gente que solo tenía que venir a cantar y que una vez que entraba, cantaba y veía todo el set, quería participar de los juegos. Por ejemplo, Los Enanitos Verdes, el grupo argentino de rock, solo venía a cantar una canción, pero terminó cantando como tres y encima jugó todos los juegos, ¡todos! También me acuerdo muchísimo de Ricky Martin. Era tan lindo, tan bueno, pero era ¡tan tímido! Se escondía en todo su pelo, que en ese tiempo era más largo que el mío. Era dulce pero a la vez reservado. Y bueno, hoy en día lo ves con otro resplandor. Está totalmente cambiado. Son recuerdos de cómo los artistas han usado ciertas plataformas como la que fue Nubeluz para poder llegar lejos. Y bueno, la lista es larguísima.
-Video de Chayanne en Nubeluz-
Sí, he podido ver algunos videos y realmente es impresionante como los niños se emocionaban tanto con los invitados. Eso también demuestra el fuerte impacto que tuvo el programa. Si pudieran elegir tres palabras para calificar a la nube, para describirla, ¿qué dirían?
XX: Lo primero trascendencia. Vamos 30 años celebrándonos, creo que la palabra es trascendencia. La segunda alegría. La tercera, sería conexión infinita, creo que eso es lo que nos dio la nube.
LB: Yo diría que Nubeluz para mí es magia. Segundo, infinito, porque será para el resto de la vida. Y la tercera diría que privilegio, porque siento que fue un privilegio formar parte.
AG: Yo coincido con todos y agrego a esas tres de cada una. Yo tenía también, cuando hiciste la pregunta, la magia, porque todo era mágico. Agregaría escuela, porque fue realmente una escuela, donde aprendí todo lo que después pude volcar en mi carrera artística. Y familia, porque para mí Nubeluz es eso, una familia, de la cual todos los que participamos en ella, si bien nos encontramos cada cinco años todos, siempre estamos en contacto con todos. Sé sus vidas, sé cuando están bien, cuando están mal. Las fronteras no existen cuando se trata de Nubeluz. Es realmente una familia.
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