Mireya Peredo

Como consumidores tenemos la maravillosa oportunidad de generar cambios positivos a través de los productos de nuestra rutina diaria. Esto cobra mayor relevancia cuando se trata de conservar nuestro y apostar por un futuro sustentable. Más allá de los hábitos de alimentación o nuestro interés por el reciclaje, las alternativas cosméticas también pueden ayudarnos a iniciar un estilo de vida en el que prevalezca el consumo consciente. Como peruanos tenemos ventaja en lo que respecta a insumos naturales para el desarrollo de una industria de responsable. Nuestros productos originarios y todo lo que nos regala nuestra tierra nos deja sin mayores excusas para no probar (de una vez por todas) la . En este analizamos la situación de la cosmética natural en nuestro país y los retos que enfrenta esta industria en ascenso.

De la naturaleza al mercado de belleza

Según el Estudio de Inteligencia de Mercado Anual 2021 y Proyecciones 2022 presentado por el Gremio Peruano de Cosmética, Higiene Personal y Aseo Doméstico (COPECOH) de la Cámara de Comercio de Lima, existe un incremento de la demanda de productos que añadan experiencias sensoriales. Específicamente, el uso de productos de origen natural para el desarrollo de artículos cosméticos fue identificado como una tendencia en alza dentro de la población nacional.

La biodiversidad peruana realmente es envidiable. Ya sea para la gastronomía, la industria textil y ahora, el mercado de cosmética natural, los insumos disponibles en nuestro territorio son privilegiados. Diferentes marcas ya establecidas, así como pequeños emprendimientos vienen usando recursos naturales propios del Perú. La sangre de grado, el sacha inchi, el aguaje, la moringa, la lúcuma y el cacao son solo algunos de los numerosos frutos y aceites orgánicos que ya se emplean en la elaboración de novedosos productos.

Fotos: Getty Images
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El éxito de las marcas de cosmética y cuidado personal natural

La popularidad de la corriente de productos sustentables en el rubro de cosmética ha ido aumentando recientemente. Si bien es cierto marcas internacionales como Weleda y Lush ya tenían claro el concepto de la cosmética natural, ética y ecológica desde antes del año 2000, es importante que más negocios tomen conciencia y se sumen a esta tendencia mundial.

En el mercado local, cada vez son más los emprendedores que buscan combatir el daño ambiental a través de sus negocios orientados al cuidado personal. En ese sentido, una de las marcas referentes en el ámbito local es Lou Botanicals & Co. Creada en 2017, esta compañía local de cosmética natural cuenta con registro sanitario, certificación orgánica USDA y cruelty free. Además, sus productos son avalados por la ciencia y comprometidos con la innovación. Entre sus categorías encontramos artículos para limpieza facial y corporal, línea de cuidado de piel y maquillaje.

Otras marcas que también han ganado reconocimiento en el último tiempo son The Garden Project, Ainhoa y Beautanic. El compromiso de estas es similar: cuidar a las personas y al planeta.

Lucha contra la falsificación y peligro para la salud

Debido a que los productos de cosmética natural aún son relativamente nuevos en el mercado, todavía no se cuenta con un reglamento o normativa estricta para sus características. Es así que uno de los retos identificados por la COPECOH de la Cámara de Comercio de Lima es el problema de la falsificación. Ante ello, ya se han tomado primeras medidas como la conformación del “Primer congreso contra la falsificación de productos cosméticos e higiene personal”. Adicionalmente, la organización señala la creación de campañas de difusión para ilustrar al consumidor con el objetivo de que puedan reconocer productos originales y los daños a la salud que representa consumir productos falsificados. Asimismo, las alianzas estratégicas con las autoridades para el combate a la falsificación en forma conjunta serán de vital importancia ante esta problemática. También se tiene contemplado crear el ‘Día Contra la Falsificación de Productos cosméticos’ y trabajar junto a Indecopi el “Proyecto de Ley de Observación Colaborativa”.

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