En abril del 2023, Sofia Richie paralizó las redes sociales cuando contrajo matrimonio con el empresario Elliot Grainge. A falta de un vestido de novia, la modelo lució dos piezas diseñadas y confeccionadas en la casa Chanel. La primera era un romántico vestido de escote halter, enfundado en un delicado bordado de lentejuelas. La segunda fue un vestido corto y liso, con la camelia de Chanel al frente y al centro. Esta segunda opción fue ideal para el momento de la fiesta, en la que la hija de Lionel Richie bailó, saltó y se divirtió en la comodidad que solo un vestido corto puede ofrecer.
Esta elección nupcial afirmó lo que muchos en la industria rumoreaban: lucir un solo vestido de novia es cosa del pasado. Para quien se lo pueda permitir, la nueva tendencia es elegir un vestido de novia para cada momento de la cita: uno para la ceremonia y otro para la fiesta.
Según la diseñadora peruana Yahel Waisman, este segundo vestido no es una preocupación menor para la novias, quienes llegan a su atelier buscando un diseño igual de complejo y ostentoso que el vestido de novia para la ceremonia. “La idea es que la novia pueda demostrar su estilo no solo en la ceremonia, sino a lo largo de toda la noche. Los vestidos [de cambio] son mucho más trabajados que antes, ya no es ese vestido minimalista, sino mucho más ostentoso y sofisticado”, señala.
Esa tendencia de consumo revela la importancia que ha adquirido el vestido de cambio en el mundo nupcial. En palabras de Waisman, las novias buscan mostrar distintos aspectos de su personalidad en cada pieza que lucen en su gran día. “Para la ceremonia, la mayoría busca lucir más tradicional y romántica. Tal vez siluetas más sueltas o cortes menos profundos”, indica. Sin embargo, para el momento de la fiesta la tónica es otra. La mayoría de novias prioriza la comodidad a la hora de bailar, por eso eligen vestidos cortos, pero también para mostrar una faceta más sensual de ellas mismas.
Pensando en aquél vestido de cambio, Waisman presentó la semana pasada una colección cápsula de siete vestidos de novia diseñados para el momento de la fiesta. Los vestidos son cortos con excepción de “Fortuna”, un vestido asimétrico de esencia rockera que revela el ADN de la diseñadora nupcial. “Quise hacer una colección cápsula de siete piezas bien trabajadas y distintas. Hay bastante variedad de estilos en esta colección”, señala. “Por ejemplo, el estilo rockero está presente en varios vestidos. También hay vestidos muy románticos y femeninos, y varios de ellos tienen ese toque sexy sin llegar a lo vulgar”, continúa.
El vestido “Amanecer” es el que más trabajo de pedrería tiene en toda la colección. Su confección duró dos meses y es uno de los favoritos de las clientas. Se trata de un vestido corto, con transparencia en la parte lateral y bordado de flores y pedrería. “El vestido amanecer es de corte sexy, de hecho en toda la parte lateral del vestido tiene un transparencia pronunciada pero cubierta por varios elementos como las flores o pedrería [...]. Quería que [el vestido] tenga movimiento entonces al final de la basta caen enredaderas de flores que dan ese efecto”, explica Waisman.
La colección de Waisman es una oda a la noche, al festejo y la diversión que trae consigo. En una fiesta que celebra el amor, la diseñadora busca que la novia se sienta cómoda enfundada en un vestido corto que la represente. Alejándose de los encajes repetitivos y las siluetas pomposas, la colección de Waisman llamada “Fiesta” destaca por siluetas ceñidas al cuerpo, trabajo en pedrería, transparencias y corsetería. Un visión fresca y moderna para la novia del 2024.
La colección ofrece alternativas para las novias más arriesgadas, pero también para quienes quieran lucir una feminidad más clásica. El vestido “Festejo” lleva un corsé strapless seguido de una falta corta ceñida al cuerpo. “Es bastante pegado a la tendencia modesta y recatada, pero tiene su lado femenino porque es corto y marca la silueta. Tiene un corte strapless que a muchas de las novias les encanta. Además, quería que tenga el corsé trabajado con piedras XL para que se sienta un top no de pedrería finita, sino más dramático”, comenta la diseñadora.
Aunque la colección de Waisman está diseñada para la fiesta, también funciona para una boda civil en la que la novia busque lucir un vestido corto. Así lo asegura la diseñadora que destaca que en la colección “se han agregado algunos accesorios como el blazer que ayudan a complementar el vestido si se quisiera usar en un civil por ejemplo. También tenemos las carteras de Giovanna Grundi que le dan ese toque mas dramático al look”, detalla.