La popularidad del matcha ha cruzado fronteras en los últimos años, llegando a posicionarse como uno de los brebajes asiáticos con más beneficios para la belleza y la salud, como el combatir el acné e impulsar el rejuvenecimiento de las células de la piel. El matcha no es más que un pulverizado del té verde asiático, caracterizado por poseer una gran cantidad de antioxidantes y componentes favorables como el zinc, la vitamina K y el manganeso.
Su ingesta –como té o acompañamiento de otra bebida– no solo promueve la relajación del cuerpo, sino que también genera un mayor metabolismo de la grasa en el cuerpo, gracias a la teína. Ana Loayza, cosmiatra del Centro de Terapias Alternativas y de Antienvejecimiento, rescata también otras propiedades: “El té matcha también es rico en catequinas, una familia de antioxidantes que bloquea la acción de los radicales libres (elementos que nuestro cuerpo produce y tienen acción tóxica). Al bloquearlos, frena el envejecimiento y el deterioro de las células, además de proteger las membranas celulares”.
Por su parte, Karyn Reyna, nutricionista de la clínica Ricardo Palma, recalca que si bien ayuda al cuerpo a la digestión de las grasas, esto no debe llevar a su consumo en grandes cantidades: “El té matcha es una bebida que no se debe consumir todo el día, ya que podría conllevar a generar una toxicidad hepática. Es altamente importante tenerlo en cuenta y no caer en ello, pues muchos aumentan sus dosis con el fin de perder grasa rápidamente”.
En cuanto a su uso para rituales de belleza, el polvo de matcha puede ser empleado a manera de mascarilla para recomponer el daño celular causado por los granitos en el cutis. Además, reduce la inflamación en la zona de las ojeras y mejora la circulación en el contorno de los ojos, gracias a su alto contenido de vitamina K. En el caso del cabello, aplicar la infusión de matcha con suaves masajes luego de lavarlo: ayudará en la disminución de grasa y la reducción de la caspa.
—A tomar salud—
Así como el matcha, existen más bebidas funcionales con cualidades favorables para el bienestar del cuerpo. Por ejemplo, hoy en día sigue siendo muy popular el consumo de agua con limón, pues su acción alcalina promueve la digestión saludable y evita la oxidación. Por su parte, la infusión de cúrcuma destaca por sus propiedades antiinflamatorias, y la infusión de muña ayuda a la cicatrización del tracto digestivo. “Otras opciones son la infusión de hojas de alcachofa como diurético o la infusión de jengibre por su acción lipolítica. Lo importante es tomar una a la vez o máximo dos principios activos juntos”, recomienda la cosmiatra Ana Loayza.