Lucy Cheke y sus colegas de la Universidad de Cambridge, Reino Unido, invitaron a algunas personas a su laboratorio para una especie de "caza del tesoro".
Los participantes navegaron en un entorno virtual dentro de una computadora, dejando varios objetos valiosos en el camino.
Después, respondieron a una serie de preguntas para poner a prueba su memoria; por ejemplo, dónde habían escondido un objeto en particular.
Al examinar lo que influyó en su desempeño, era de esperar que a Cheke y a sus colegas les hubiera preocupado el coeficiente intelectual de los participantes, y no el tamaño de su cintura.
Sin embargo, la científica encontró un claro vínculo entre su índice de masa corporal (IMC) -una medida que se utiliza para medir el peso en relación a la altura- y los déficits de memoria.
Y resultó que cuanto más alto era el IMC de un participante, peor era su desempeño en la tarea.
Grasa y volumen cerebral
(Foto:Shutterstock)Al hacerlo, Cheke contribuyó a un creciente cuerpo de evidencia que muestra que la obesidad está vinculada a la reducción del cerebro (y a déficits de memoria).
Su investigación sugiere que la obesidad puede contribuir al desarrollo de trastornos neurodegenerativos, como el alzhéimer.
Pero, curiosamente, también parece mostrar que la relación entre memoria y obesidad implica dos cosas: tener sobrepeso u obesidad no sólo afectaría la memoria, sino también futuras conductas alimenticias, alterando nuestros recuerdos sobre experiencias previas.
La ciencia lleva tiempo mostrando que la memoria y la imaginación están íntimamente relacionadas.
En 2010, investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston, en EE.UU., revelaron que adultos sanos de mediana edad con creciente grasa abdominal tenían algo menos de volumen cerebral.
En particular, de hipocampo, una estructura vital en la memoria y el aprendizaje.
Algunos análisis con animales también arrojaron algunas pistas. "Pero la pregunta sigue estando muy abierta", explica Cheke.
Obesidad y edad cerebral
(Foto:Shutterstock)Recientemente, un estudio con más de 500 participantes confirmó que tener sobrepeso u obesidad está asociado con un mayor grado de degeneración cerebral relacionada con la edad.
Esos efectos eran mayores en personas de mediana edad, en quienes los cambios respondían a un aumento de la "edad cerebral" en 10 años.
La obesidad es una condición compleja que puede verse afectada por muchos factores, y no está claro por qué ocurre exactamente.
"La grasa corporal es la característica definitoria de la obesidad, pero hay otras cosas como la resistencia a la insulina, la hipertensión y la alta presión arterial", explica Cheke.
"Eso puede ir de la mano de factores de comportamiento (como el exceso de comida o la falta de ejercicio) y todos ellos pueden causar, potencialmente, cambios en el cerebro".
Cheke dice que la insulina "es un importante neurotransmisor, y existe evidencia de que la diabetes está asociada a cambios en el aprendizaje y la memoria".
"Pero también hay evidencia de que la grasa corporal en exceso causa directamente inflamación en el cerebro, lo cual también puede provocar problemas", agrega.
Psicólogos de la Universidad de Arizona, EE.UU., examinaron información de más de 20.000 participantes en un estudio sobre envejecimiento que analizaba datos -recogidos entre 1998 y 2013- sobre la memoria, el IMC y los niveles plasmáticos de un inflamatorio llamado proteína C reactiva.
Y encontraron que cuanto mayor es la masa corporal, mayor es el déficit de memoria y los niveles de la proteína inflamatoria.
Qué va primero, ¿la memoria o el sobrepeso?
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