Andrea Castillo C.
1. Son tumores benignos que aparecen en las diferentes capas del útero. Los que crecen en la capa exterior son subserosos y suelen alcanzar gran volumen; cuando aparecen dentro del área muscular son intramurales y causan dolor pélvico; los que crecen hacia la cavidad uterina son submucosos y producen menstruaciones abundantes.
2. También se los llama fibromas y solo se operan cuando producen sangrado importante (anemia), son de gran volumen, afectan la fertilidad y causan dolor pélvico muy intenso. El médico estudia su evolución antes de extirparlos.
3. No se convierten en cáncer, pero hay otros tumores que empiezan en la masa uterina y son de origen oncológico, como el sarcoma uterino. Se sospecha de este problema cuando la ecografía muestra aparentes miomas de forma irregular y con cambios notables en su volumen. Se descarta con resonancia magnética y el informe del patólogo.
4. Pueden crecer durante el embarazo por el incremento del flujo sanguíneo y del nivel de estrógenos; pero suelen volver a su tamaño original tras el parto. No se recomienda operar durante la gestación, porque puede sangrar mucho. La torsión del mioma que cuelga de un pedículo es una emergencia.
5. La eliminación definitiva de los miomas se hace con histerectomía (retiro del útero) pero para preservar la fertilidad, existe la miomectomía, que consiste en extirpar el mioma que da problemas. Otra opción es la histeroscopia, un procedimiento para retirar los fibromas que crecen dentro del útero. En ambos casos, los miomas pueden aparecer después.
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