Andrea Castillo
Fiorella Valverde Salazar es una chica de veinticinco que nunca dice 'no puedo'. Eso cuenta su entrenador en la escuela de arqueros José Romero, en San Miguel.
Y es que Fio, como la llaman sus amigas, vive a mil por hora desde que decidió unir su vida al fútbol. Es la guardameta titular de la selección peruana de fútbol femenino de mayores desde el 2006 y también juega por la Universidad Ricardo Palma (donde estudia Turismo y Hotelería); en la Asociación Fuerza Cristal y con el equipo Marte F.C. Con este último acaba de ganar la primera liga de fútbol femenino organizada por Pichangas Mujeres y fue elegida la mejor arquera del campeonato. Conversamos con ella y esto fue lo que nos contó.
¿Cómo nace tu gusto por el fútbol?
La familia de mi madre tiene un club deportivo, La Chala, que participa en la liga
de Lince. Mis padres se conocieron en uno de esos partidos y de chiquita me llevaban a ver jugar a mis hermanos Carlos y Ronny, 11 y 10 años mayores que yo.
Si algo admiramos en los arqueros es su capacidad de reaccionar con velocidad.
Hay cosas que salen de uno, pero también se pueden aprender. Yo juego en
un club desde los 13 años. Era algo que quería y por eso, con una recomendación
de mi hermano, fui por mi cuenta al estadio Manuel Bonilla para entrenar con el
Miraflores Santa Olga, un club que ya no existe. Mis compañeras tenían más de 20
años y como yo era muy flaca y tenía talla, me decían que mejor jugara de arquera,
porque como delantera me iban a sacar volando con un pequeño golpe. Yo les
decía: ¡A mí me gusta hacer goles, no taparlos! Pero Elsa la Rosa, la entrenadora,
me alentó a jugar como guardameta y así comencé en esa posición. Me prepararon durante un año.
También jugabas en el colegio?
Practicaba todo tipo de deporte pero prefería el fútbol. Al principio jugaba con
los varones hasta que la directora permitió que hubiera equipos de mujeres. Ella
era una religiosa que siempre decía que las chicas no jugaban al fútbol, pero el
profesor de educación física logró convencerla de lo contrario. Cuando estaba
en quinto de secundaria recién mi colegio, Niño Jesús de Praga de Chorrillos,
ingresa a la Adecore (Asociación Deportiva de Colegios Religiosos) a competir en
fútbol femenino.
¿Y te da la voz para gritar en la cancha?
En la cancha te transformas. Por lo común soy más bromista y conversadora,
pero en la cancha tengo temperamento fuerte. Cuando tienes que gritar, gritas; si
debes carajear, lo haces. Si eres de hablar suave o bajito, es complicado que tu
equipo te haga caso. Además, siempre he tenido un tono de voz alto, quizá me viene de mi papá. El era policía y ahora trabaja en el rubro de la publicidad.
¿Cuál es la peor jugada?
¡Ah! Es cuando viene un saque de esquina; sales a cortar y te encuentras
con la delantera que también busca la pelota, pero al chocar contigo en el aire
te golpea en la pierna con su rodilla. A eso lo llamamos ‘la paralítica’: caes al
suelo y no sientes tus piernas; el dolor es tan intenso que te demoras unos cinco minutos en recuperarte.
¿Cómo evitas golpearte?
Si estás en un buen club, te enseñan técnicas para evitarlo. Ayuda tener buenos
abdominales para no quedarte sin aire cuando recibes una patada o un pelotazo.
Yo hago 200 abdominales repartidos en diferentes momentos del entrenamiento.
No puedes tener las uñas largas…
En una ocasión, cuando recién comenzaba a jugar y sabía muy poco de técnica,
intenté atrapar un pelotazo y me rompí todas las uñas; obviamente me dolió horrible y desde entonces las llevo cortas.
¿Cuál es tu mejor atajada?
Tirarme a los extremos; me encanta volar. Tapar un gol es como hacer uno. Es una
sensación inexplicable, absolutamente satisfactoria, pero también debes controlar
la adrenalina y mantenerte concentrada, porque el partido sigue adelante.
¿Y tu peor partido?
A los 16 años, jugando un campeonato Sudamericano con la Selección Peruana
de Fútbol Femenino Sub 20. Brasil nos hizo ocho goles a cero. Fue algo muy penoso, pero salimos adelante; quedamos en cuarto lugar.
¿Quienes son tus referentes?
Me encanta Hope Solo, arquera de la selección de Estados Unidos. De los guardametas varones me gustan Keylor Navas de Costa Rica y el español Iker Casillas, aunque creo que Navas lo superará.
¿Cómo recibiste la goleada de Casillas en el último Mundial?
Él no se merecía ser maltratado de esa manera, pero es algo que puede pasar así
estés bien preparado. Un día eres el héroe o la heroína y al otro día, el villano o la villana. Solo hay que procesarlo y seguir adelante.
¿Este deporte ha cambiado tu vida?
Siento que ha mejorado mi personalidad. Soy la que siempre está atrás; quien
se da ánimos cuando le hacen un gol y quien siempre alienta a sus compañeras. Si me rindo, mi equipo se viene abajo. De pequeña nunca pensé llegar a ser parte de una selección peruana de fútbol femenino, pero lo conseguí. Quizá no ganemos un Sudamericano ni vayamos a un Mundial, pero ese es un sueño que quizá pueden hacer realidad las chicas que vienen detrás.
¿Hasta qué edad piensas jugar?
Hasta donde me dé el físico. Si puedo jugar de viejita, lo haré (risas). El fútbol es
mi pasión. Aunque nadie vive de esto, siento que gracias al fútbol mi vida ha sido
acelerada.
¿Te gusta salir por las noches?
Entreno todos los días y ese esfuerzo debe verse compensado los domingos
cuando son los partidos. Solo salgo cuando es muy necesario, voy al cine o a
una reunión. La playa me encanta y escucho música cuando voy al gimnasio. Allí y
en los camerinos siempre hay salsa. Creo que el futbolista que no gusta de este
género no es futbolista.
Trabajas en ventas, también.
Me encanta estar en contacto con las personas. También he estado en el rubro
inmobiliario –vendí tres departamentos y ahora tengo un buen trabajo en una
empresa de telefonía móvil.
¿Te gustaría ser árbitro?
Quiero ser entrenadora. Me parece una buena opción para estar siempre ligada al
fútbol. Ahora mismo sigo un curso en línea de la Federación Peruana de Fútbol como entrenadora de menores.
¿A qué tipo de personas admiras?
A las que nunca se dan por vencidas, se plantean metas y no paran hasta cumplirlas. Para el 2014 hice una lista de cosas que quería concretar este año. Tengo la lista frente a mi cama para tenerla presente. Ya he concreto algunas metas, como estudiar y pagarme yo misma mis estudios; tener un buen trabajo y viajar [ahora está en el Cusco, jugando por la Universidad Ricardo Palma en un campeonato de fútbol-sala].
¿Has recibido algún consejo especial?
Me han dado muchos, pero ahora recuerdo este de mi madre: Nunca te dejes vencer por nadie; haz las cosas que quieres, cumple tus metas y sé perseverante.
¿Te casarías con un futbolista?
No, porque son más movidos que nosotras (risas). Prefiero a un chico que sea de
otra carrera, pero que le guste el fútbol.
¿Y has pensado en el matrimonio?
Por ahora no; quizá cuando esté en base tres (risas). Sé que en algún momento
llegará la persona acorde con mi vida, pero no tengo prisa. Tendría un hijo o una hija y quiero que sea futbolista.