:quality(75)/arc-anglerfish-arc2-prod-elcomercio.s3.amazonaws.com/public/KNQ7AOVZBBAI3EWGNHUYVR34LA.jpg)
Estamos a un pelo, literalmente, de convertirnos en muñequitas de plástico. Es decir, seres sin pelo. Ni siquiera ahí abajo. Primero con cremas, navajas y cera y últimamente con láser (¡fuera pelos para siempre!), nos hemos convencido de que el vello púbico es innecesario y feo. Tal vez Sex & The City tuvo algo que ver cuando le dedicó un capítulo entero al tema allá por el 2000. Al menos eso cree la Asociación Británica de Dermatólogos, según un artículo de The Daily Mail.
El pelo en el cuerpo es un símbolo de hombría y por ello, creemos, nos afea. Pero mientras algunas seguimos desnudándonos religiosamente en la camilla del salón de belleza, y apretando los dientes de dolor, otras empiezan a protestar la tiranía.
Cameron Diaz es la última y la más famosa. La rubia protagonista de Los Ángeles de Charlie ha publicado un libro con consejos de belleza y en él se lamenta de la pérdida del vello en el cuerpo femenino. “Me preocupa mucho que las chicas jóvenes decidan deshacerse de algo que está ahí con un propósito. Es como decir ‘No necesito mi nariz’”.
Diaz no es la única. En Cómo ser mujer, la británica Caitlin Moran escribe en su capítulo sobre pelo y cuerpo: “a través de los años el vello púbico ha pasado de ser la menor de las preocupaciones de una mujer –cuando tenía 17 años… la idea de depilarte el área del bikini era rara, marginal, para modelos porno, solamente– a una linda rutina de ‘cuidado personal’”. Y dice que una abundante cabellera ahí abajo es una de las cuatro cosas que todas las mujeres deberíamos tener (no te contamos cuáles son las otras tres para no arruinarte el libro).
Otra que se ha sumado recientemente a esta peluda tendencia es American Apparel –la marca estadounidense de ropa– que usó maniquíes con vello público en las vitrinas para mostrar sus prendas. Según su portavoz, lo que ellos quieren es “celebrar la belleza natural”. Sin embargo, pareciera que se trata de una estrategia para llamar la atención y vender más.
¿Y tú, te animas a seguir con vellos?
