“La belleza duele” es una popular frase que hemos escuchado más de una vez y repetido como mantra cada vez que vamos a nuestra cita en la peluquería. Sin embargo, después de ese dolor nos sentimos resplandecientes como princesas de cuento de hadas así que vale la pena.
Pero, además del dolor, ¿te has puesto a pensar en esas cosas que realmente nos molestan de la belleza? Es que la vida no es color de rosa y vernos lindas tampoco lo es. Estas son algunas de esos momentos y sensaciones que nos sacan de quicio sobre la belleza.
1. Que los vellos te pinchen al crecer
Esta situación suele darse con los que tenemos en el rostro como las cejas y el bozo. Al empezar a salir es inevitable sentirlos cuando pasas los dedos y en lo único que piensas es en correr y buscar una pinza para sacarlos lo más pronto posible. Si estás en la oficina, pasar tu dedo constantemente por la zona será casi inevitable.
2. La picazón post depilación
Sufrir con la cera caliente no es suficiente pues después viene la picazón mientras que los vellos empiezan a crecer nuevamente. Algunas veces es sencillo rascarse pero otras, como en el área del bikini, solo hay que aprender a respirar profundo y aguantar mientras repetimos el nuevo mantra: “La belleza pica”.
3. Los bigotes
Hay mujeres que tienen suerte de no tener que lidiar con el vello facial. Otras somos dependientes de la cera para eliminar el incómodo bozo, un constante recordatorio de nuestra genética peluda.
4. Los granos poco oportunos
Las mujeres sentimos cuando va a salir una de esas incómodas protuberancias, ese dolorcito leve y esa incomodidad en la zona. Los peores son los que salen en los lugares más obvios como en medio de la frente o justo en el pómulo, donde ni el corrector o la base pueden ayudarte. Y si buscas una situación que haga las cosas aún más trágicas, esta es: cuando el grano te sale un día antes de un evento donde tienes que verte perfecta como un matrimonio.
5. La ropa interior ajustada
La belleza no solo es lo que mostramos exteriormente sino lo que tenemos debajo de las capas de ropa. Todas tenemos un conjunto de ropa interior que nos encanta y nos hace sentir sensuales pero al mismo tiempo es el más incómodo del mundo. Esa sensación de tener la trusa metida en el “derrier” es horrible.
6. Cuando se te malogra la manicure
El cuidado que le damos a las manos dice mucho de nosotras. Y no hay nada más irritante que la manicure se te malogre dos minutos después de salir de la peluquería, te hace sentir como si hubieras lanzado tu dinero al retrete. Si de uñas se trata, que se te rompa una puede sacarte fácilmente de quicio cuando va enganchándose con todo lo que encuentra a su paso.
7. Ver como tu pelo va perdiendo el color
Hay mujeres a las que no nos gusta decolorarnos el pelo al momento de teñirlo. Pese a saber que eso hará que el color nos dure menos y que no coja el tono que buscamos, sufrimos cuando vemos como con cada lavada nuestro cabello va tornándose de un tono rubio casi rojizo imposible de arreglar a menos que sea con unas tijeras.