El síndrome de West es un tipo de epilepsia infantil que se presentan en niños a partir de los 4 meses hasta los dos años. Puede llegar a presentar, en los casos más graves, decenas de convulsiones al día que afectan el desarrollo cerebral y sus capacidades de aprendizaje.
Así lo explica Cecilia Medina Sánchez, endocrinóloga y gerente médica de la farmacéutica Sanofi Perú, en una entrevista para la web de El Comercio, quien añade que este síndrome tienen “un conjunto de signos y síntomas que acompañan a otro tipo de enfermedades”.
Causas del Síndrome de West
Las causas de este tipo de epilepsia son variadas. Hay algunas que son causadas durante el embarazo o tras el nacimiento, manifiesta la especialista.
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“En las causas prenatales hay algunas que no están reconocidas. Sin embargo, se conoce que hay algunos pacientes que tienen predisposición de orden genético. Otros tienen este síndrome por cuadros infecciosos, cómo ciertos tipos de meningitis, que sus madres presentan durante la gestación, lo que generan distorsiones a nivel del sistema nervioso central del feto”, expresa Cecilia Medina.
Características y síntomas
La endocrinóloga señala que este es un síndrome que se caracteriza por tres principales características:
- Cuadro de convulsión: Que son los movimientos involuntarios que pueden tener los niños y que pueden pasar desapercibidos porque simulan los cólicos de gases en los bebés. Ellos presentan un llanto irritable por esta razón, nos dice la especialista.
- Impacto en su desarrollo psicomotor: Los niños pueden tener un impacto en su desarrollo psicomotor. Es decir, habrá un retroceso a nivel psicomotor, pueden perderse las habilidades aprendidas en su desarrollo normal.
- Electroencefalograma presenta una hipsarritmia: La médica explica que en el resultado de un examen que se llama electroencefalograma se puede observar un registro de las zonas cerebrales inadecuadas o anormales que se denominan hipsarritmia.
¿Cómo identificar los primeros signos?
Las convulsiones o espasmos en los pacientes con síndrome de West se muestran con la flexión repentina y rigidez de las extremidades, de manera más recurrente en las superiores, señala la especialista. En algunos casos, los niños arquean la espalda mientras se extienden los brazos y piernas al mismo tiempo, además, usualmente están acompañadas de llanto.
Cecilia Medina, explica que los espasmos pueden darse de manera intermitente y durar hasta 10 minutos; mientras que, en los casos más graves, los bebés pueden llegar a tener decenas por día y, de no ser tratados, serán recurrentes hasta los cinco años. Una vez superada esta edad, la patología se manifiestan con otro tipo de convulsiones.
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Tratamiento
Si el niño tiene un diagnóstico oportuno, lleva a un tratamiento oportuno, con el que se busca disminuir el número de convulsiones que el niño presenta por día. “Con este síndrome el niño puede llegar a tener decenas de convulsiones seguidas unas de otras y esto tiene un impacto negativo en el desarrollo cerebral, por eso es lo importante detectarlo tiempo”, advierte Medina.
“Los niños con síndrome de West en Perú tendrán el acceso a Sabril, un tratamiento antiepiléptico que logra limitar el daño cognitivo para el infante y que reduce de manera rápida y sostenida, en 50% o más, la frecuencia de las convulsiones”, añade.
Tendrán vida normal
La especialista señala que con un diagnóstico oportuno el niño puede tener una vida normal, sin embargo, solo representa un 10% de los que sufren de esta enfermedad.
“Los niños con síndrome de West llegan a tener una vida normal dependiendo de la causa que lo generó”, señala Medina y añade que otros presentarán “un retraso en su desarrollo psicomotor, que es potenciado por los cuadros de convulsiones”, refiere.
Peligros frente a la pandemia
Por fortuna, los niños con cuadros de epilepsia no tienen un mayor riesgo que la población en general frente a la pandemia del nuevo coronavirus, expresa Cecilia Medina. “No se ha probado que exista un mayor riesgo de desarrollo de la enfermedad, como sí sabemos que existen en los pacientes adultos con patologías crónicas como la obesidad hipertensión o diabéticos”, aclara.