¿Sabías que más del 50% de la población femenina ha sufrido o sufre de síndrome premenstrual? Especialistas de la salud lo confirman, pues estudios revelan que esta condición puede presentarse bajo una amplia gama de síntomas que van desde pequeñas molestias hasta dolorosos signos de alarma. Y no hablamos únicamente del bienestar físico, sino también emocional.
¿Qué es el síndrome premenstrual?
De acuerdo al Manual MSD, el síndrome premenstrual (SPM) es un trastorno recurrente de la fase lútea, caracterizado por diversos síntomas (tanto físicos como emocionales) que se presentan 7 a 10 días antes e incluso algunas horas después del inicio de la menstruación; cuyo diagnóstico (clínico) dependerá de la cantidad e intensidad de los síntomas presentados.
Algunos de sus síntomas físicos más comunes son: sensación de gases, retención de líquidos, sensibilidad mamaria, estreñimiento, diarrea, hinchazón abdominal, acné, dolor de cabeza, dolor muscular, fatiga e incluso sensibilidad al ruido y las luces.
Plano emocional
Esta larga lista se extiende aún más cuando hablamos de los síntomas a nivel cognitivo y emocional. Entre los principales están la tensión, ansiedad, depresión, irritabilidad, insomnio, problemas de concentración y memoria, cambios en el apetito, cambios en la libido, letargia y cansancio extremo.
Cada uno de estos síntomas puede llegar a convertirse en un verdadero problema y no solo afectar tu vida cotidiana, sino tu salud mental a largo plazo. Por eso, debes aprender a reconocer cuándo dejan de hacer efecto tus cuidados personales y cuándo es hora de acudir al médico, en especial si hablamos de trastornos del estado de ánimo.
El nivel más doloroso: Trastorno disfórico premenstrual
Redireccionar tu rutina diaria hacia un estilo de vida más saludable puede ayudarte a controlar los síntomas; sin embargo, para algunas mujeres estos pueden llegar a niveles que escapan de su control, provocando tanto dolor hasta el nivel de incapacitarlas. Si este es tu caso, podría tratarse de una afección más seria que sí o sí requiere de tratamiento médico: el trastorno disfórico premenstrual (TDPM).
Aunque se habla poco de este trastorno, es una realidad para alrededor del 5% de las mujeres, de acuerdo a estudios. Quienes sufren de esta condición presentan síntomas agravados en torno al estado de ánimo. La ira, el llanto y los cambios drásticos de humor aumentan, ocurren ataques de pánico, se pierde interés por las actividades diarias y las relaciones, aumenta la negatividad, la tristeza e incluso los pensamientos suicidas debido a los altos niveles de ansiedad y depresión.
¿Se puede reducir el nivel de peligro? Sí, con el seguimiento de un tratamiento clínico (fármacos, terapia, entre otros). Así que si tus síntomas premenstruales te provocan demasiado dolor hasta el punto de impedirte desarrollar tu vida normal, no dudes en acudir al médico.
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