La indiferencia gatuna: ¿Me quiere o no me quiere?
La indiferencia gatuna: ¿Me quiere o no me quiere?

Lucero Yrigiyen M.Q. 

Las mujeres que tienen gatos saben que estos animales llegan a reconocer las voces de quienes conviven con ellas. Entonces, ¿por qué no nos obedecen? La respuesta la contestaron los investigadores Atsuko Saito y Kazutaka Shinozuka de la Universidad de Tokio, después de analizar a 20 gatos. 

En una de las pruebas, a cada felino se le dio un nombre pero ellos no mostraron ningún interés cuando se los mencionaba. 

Los científicos también afirmaron que los felinos sí distinguen las voces de quienes conviven con ellos. ¿Por qué tanta indiferencia? Hicimos la consulta al veterinario Juan Diego Asencios, el doctor nos comenta que el gato todavía no ha sido domesticado al 100%. Esta conclusión se apoya en el descubrimiento de grandes semejanzas entre el ADN de los gatos y los felinos salvajes. Por eso siguen manteniendo su capacidad para cazar y su actitud alerta.

Además, agrega la veterinaria Milagros de Jesús Montesinos, por ello los gatos son autosuficientes e independientes. Aunque se hayan adaptado a vivir con el hombre, siguen siendo capaces de ver por sus necesidades sin necesitarnos tanto como los perros. Por eso solo se acercan cuando quieren algún provecho y se dice que son interesados.

Los antepasados de los gatos eran carnívoros y, en su mayoría, solitarios. Se alimentaban cazando a animales más pequeños. El proceso de domesticación se inició hace 9 mil años, a diferencia de los perros, que fue hace más de 15 mil años, y es probable que el hombre aceptara vivir con ellos para proteger sus almacenes de cosechas de los roedores. 

Algo más

Jerarquías. Los gatos no tienen una estructura social como los perros, que vivían en manadas, en donde se distinguían canes dominantes y sumisos.

Cariño. Se dice que los perros gritan su amor y los gatos lo susurran al oído. El lenguaje corporal del felino es clave para poder entender su estado de ánimo. Rodar sobre la alfombra con la barriga hacia arriba y ronronear a su dueño son, por ejemplo, señales de afecto.

Anécdota. El político y estadista británico Winston Churchill decía: “Los perros nos ven como sus dioses, los caballos como a sus iguales, pero los gatos nos miran como si fuéramos sus súbditos”. Su gato Jock empezó a maullar horas antes de que muriera el líder.

Fuentes:
Dra. Milagros de Jesús Montesinos. Servicios Veterinarios San Antonio
Dr. Juan Diego Asencios. Veterinaria Polovet

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