Jazmín Flores

A poco más de 1300 kilómetros al sur de Ica se encuentra el desierto de Atacama en Chile. Una maravilla árida que podría ser un paisaje sacado de otro planeta de no ser por la imborrable huella que la industria de la moda dejó en ella: un colosal vertedero clandestino de ropa usada. Y aunque el panorama parece desalentador, no todo está perdido, porque esa misma industria está haciendo un esfuerzo por enmendar sus errores con la llamada “”. En el marco del , te explicamos cómo funciona ahora la compleja relación entre la y el .

A lo largo de todos estos años, la moda se ha ganado la terrible etiqueta de ser la segunda industria más contaminante del mundo y no es por poco, pues es responsable del 8% de los gases invernaderos y del 20% del desperdicio de agua a nivel mundial. Cifras alarmantes que dan la vuelta al globo y pueden llegar al basurero municipal de tu distrito.

Pero… ¿por qué la moda contamina tanto? La respuesta la tiene Mirva Trujillo, presidenta de la Asociación de Moda Sostenible del Perú; quien afirma que se debe a que la moda es transversal a las otras industrias. “La moda tiene que ver con los bosques, porque de ahí se extrae la celulosa con la que se hacen las telas o insumos. Toca la minería para la indumentaria, joyería y accesorios. Toca los mares, porque al momento de la sobreproducción de moda también hay una de lavado. Y así”, explica.

En camino a la sostenibilidad

La contaminación por parte de esta industria crece tanto que se estima que para el 2050, podría ser responsable de más del 26% del presupuesto total global del carbono, según datos del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Una cifra que se torna alarmante al añadir a la ecuación el fenómeno de los 80′ que hoy se convirtió en el favorito de muchos: el fast fashion. Esta ‘moda rápida’ se construyó sobre todo lo que no debe ser una industria eco amigable: ropa de materiales sintéticos de corta duración pero de largo proceso de deterioro (como las pilas de ropa en el desierto de Atacama).

Sin embargo, tanto a nivel económico, social y ambiental, se estima que este modelo se volverá insostenible. Por eso, gigantes de la industria como Zara y H&M han dado el brazo a torcer empezando su lento camino hacia la sostenibilidad con sus líneas de moda consciente, la cuales se enfocan en disminuir el impacto ambiental de la industria mediante el uso de materias primas orgánicas y recicladas, así como de procesos respetuosos con el consumo de agua.

La salvadora moda sostenible

Esta moda sostenible ha calado tanto en la sociedad y la industria que su futuro sólo se vislumbra como un prometedor camino hacia la expansión, de acuerdo a Trujillo. Un panorama alentador que por primera vez, se convierte en el acuerdo más saludable entre la industria de la moda y el medio ambiente.

Ahora bien, si tenías la creencia de que hacer moda sostenible en el Perú es difícil o prácticamente imposible, pues estás equivocada. “Nosotros somos un país privilegiado, tenemos costa, sierra, selva. Tenemos algodón, alpacas, lanas, biocuero, biotextil. Tenemos todo”, afirma.

Y aunque las grandes empresas tengan el mayor poder de hacer un cambio radical, las acciones pequeñas también forman parte de la solución. Comprar marcas sostenibles hace la diferencia. Además, hacer un poco de upcycling, bordado o aplicar cualquier método para elevar el valor de una prenda que creíste no volverías a usar para darle una nueva oportunidad de vida es la mejor forma en la que puedes contribuir a generar un menor impacto de la industria de la moda en el medio ambiente.

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