Hablar de sostenibilidad, minería y joyería en el Perú al mismo tiempo resultaba casi imposible hace algunos años. Hoy, la joyería sostenible se alza como un terreno que está siendo conquistado cada vez más por emprendimientos que no sólo encuentran una innovadora oportunidad para introducirse en el mundo de la joyería, sino también para ser parte del cambio socioambiental. Y aunque muchas marcas fueron sumándose a esta iniciativa en los últimos años, la joyería peruana Sissai marca el camino al ser la primera joyería peruana en recibir el sello Fairmined. Esta es su historia.
Sissai empezó como un pasatiempo para las hermanas Ximena y Pamela Ceballos. De pequeñas, durante sus paseos por las playas en pleno verano limeño, recolectaban piedras que encontraban en la arena para luego convertirlas en pulseras. Un trabajo manual que pronto se convirtió en su primer negocio y que; con el pasar de los años, en una oportunidad de trabajo.
Al inicio, las hermanas complementaban su pasatiempo con trabajos a tiempo completo. No fue hasta el 2014, que decidieron formalizar la empresa con el lanzamiento de su primera tienda física ubicada en San Isidro. Continuaron expandiéndose a paso lento hasta que en el 2016, tan sólo dos años después de su fundación oficial, se licenciaron con el sello Fairmined, otorgado por la Alianza por la Minería Responsable (ARM). Este sello certifica que el oro con el que trabajan proviene de prácticas de minería responsable. Es decir, que el emprendimiento apoya el desarrollo de las comunidades mineras peruanas y contribuye a mejorar temas como su salud, educación y bienestar general. Así, Sissai se convirtió en la primera joyería peruana en ostentar este título.
Joyas con alma
“Nosotras fuimos las pioneras en el tema de abastecimiento de oro ético, una de las partes más importantes para contar con un producto responsable dada toda la complicada coyuntura en torno a la minería ilegal”, cuenta Ximena. Según la fundadora, en aquel entonces los materiales sostenibles eran inexistentes en el mercado local. “Por eso (el sello Fairmined) era justo lo que estábamos buscando porque por mucho tiempo, el comercio ético era lo que nos interesaba. Fue un poco difícil, pero al final logramos llegar a Fairmined, un sello que hasta el día de hoy nos acompaña. El Perú tiene un montón de riquezas, pero también le falta un montón de desarrollo. Con Sissai no sólo queríamos ser una marca para generar dinero, sino tener como objetivo principal generar desarrollo”, continúa.
Con la sostenibilidad como pilar de Sissai, Ximena y Pamela pusieron todos sus esfuerzos en expandir el impacto positivo en todo el proceso de fabricación. En el 2018, se certificó la primera mina peruana con Ecogold, un estricto estándar bajo el que no se usa ningún tipo de químico para extraer el oro. “Empezamos a trabajar con ese tipo de oro y fue todo un reto”, afirma Pamela. A diferencia de otros países donde existe una figura intermediaria que acopia y redistribuye ese oro a las empresas, en Perú no existe una, por lo que el trato debe ser directo entre los mineros y las empresas de joyería.
Los esfuerzos de Sissai no se detuvieron en las minas y el oro extraído (que continuó siendo uno de sus principales pilares), sino también se expandió al impacto socioambiental. Surgió la idea de querer tener un impacto positivo en la protección del medio ambiente. Así nació la iniciativa de reforestación, donde el cliente tiene la opción de no llevarse el empaque, actitud que se traduce en la siembra de árboles en la Amazonía. “No sembramos en cualquier lugar. Sino en terrenos que fueron usados para minería. Como son terrenos que quedaron muertos, se remedian los suelos y sembramos”, explica Ximena. “Es lindo involucrar a los clientes para generar conciencia”, añade.
Sissai también ofrece un servicio especial en el que los clientes pueden llevar una joya antigua o que ya no usen para que sea retrabajada y transformada en joyas nuevas. Estrategia que también se aplica en su taller, donde todo se recicla. Hasta los sobrantes de oro que quedaron al fabricar algunas piezas.
De la mano con la comunidad
En Sissai tuvieron la idea de crear un taller propio con joyeros peruanos que formen parte de su equipo con condiciones de trabajo dignas, algo que no se da en muchas empresas según cuentan. Un esfuerzo por potenciar el equipo humano no sólo a través de la contratación de personal local, sino también a través de su capacitación. Iniciativa que se materializó a través de un taller de formación en joyería dedicado a mujeres mineras, quienes lograron empezar sus propios emprendimientos en el rubro.
Para Sissai, hacer buena joyería es tan importante como enseñar sobre ella. Por eso hicieron parte de su sello como marca el comunicar libremente sobre la trazabilidad a través de un proyecto de blockchain, un sistema (disponible en su página web) donde los clientes puedan usar el código de sus joyas para conocer su completo recorrido: qué piedras u oro se usaron, de qué minera peruana fueron extraídas y dónde y cómo se fabricaron. Todo. Pues ambas fundadoras afirman que había un gran desconocimiento sobre el consumo responsable y las joyas por parte de la clientela. “Parte de nuestro protocolo es educar al cliente sobre el tipo de oro y de dónde proviene”, comentan.
“Definitivamente el mercado ha cambiado, pero estamos mucho más contentas porque hemos aportado también a generar uno más consciente. Y no solo para joyería, sino en general. Estamos contentas, pero todavía hay muchísimo por hacer”, afirman Ximena y Pamela, quienes también sueñan con lograr llevar la marca al extranjero. Así, Sissai no sólo se alza como una marca pionera en temas de sostenibilidad en joyería, sino también en una en constante proceso de aprendizaje e innovación para lograr un impacto integral en el ámbito comercial, la sociedad y el medio ambiente.
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