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Catalina Quinto
Andrea, profesora de 36 años, cuenta que una noche luego de llegar del trabajo, y de forma repentina, su esposo le dijo que no la amaba más y que no continuaría viviendo con ella. ¿El motivo? Había conocido a otra persona. Ella no podía entender cómo cuatro años de relación se iban al tacho de la noche a la mañana.
La infidelidad es una de las situaciones más dolorosas de afrontar entre dos personas que prometieron amarse: lo que sucede después es un asunto muy íntimo pero también confuso. Aunque cada caso es distinto, vale la pena encontrar un modo sano de resolverlo.
ENCONTRAR LAS CAUSAS
La primera pregunta suele ser ¿por qué? La rutina es una de las principales causas de este quiebre: llegar a casa y abrir la boca solo para comer la cena y decirse buenas noches; la repetición genera un gran desgaste entre ambos. Otra de las causas es la incompatibilidad entre ambos que impide que el amor crezca. Es posible que este estancamiento lleve a buscar una pareja más afín. Encontrar la causa, sin embargo, sirve solo si es un modo de empezar a superar la situación. Jamás debe usarse para sentirse culpable o para culpabilizar al otro. Es un modo de que cada uno acepte responsabilidades.
¿PASAR LA PÁGINA O NO?
Frente a este hecho ¿Se puede subsanar una infidelidad? ¿Hay un punto de retorno en las relaciones sentimentales? ¿Existe manera de reparar el desgaste en una relación? Hay relaciones en donde una infidelidad es un punto de quiebre sin retorno. Pero a veces hay voluntad de las partes por trabajar en el problema.
El psiquiatra y psicólogo Jorge Lazo Manrique, aconseja a las parejas buscar ayuda especializada en casos de infidelidad. Afirma que el 70% de casos logran superar este quiebre en la relación. El primer paso lo da el infiel al reconocer su falta y proponer no volver a cometerla; el segundo va por cuenta de la persona afectada al ser capaz de perdonar
el engaño; por último, el tercer paso implica renacer el amor recordando los mejores momentos como cuando se casaron o nació su primer hijo.
