Te hicieron la gran pregunta, te entregaron el anillo y dijiste que sí. Sabemos que estás emocionada y perdidamente enamorada del amor de tu vida pero ahora es cuando viene el trabajo duro.
El día de tu boda es uno de los momentos más especiales en la vida de una mujer. Lo que tienes que tomar en cuenta es que no puedes dejar que los sentimientos te controlen en esta ardua tarea que se te viene y te hagan cometer algunos de estos errores.
El vestido es uno de los puntos centrales de todo el matrimonio y no debes enamorarte del primero que se te aparece. Date el tiempo de buscar en internet distintos estilos teniendo en cuenta cómo te quieres ver en tu día especial. Una vez hecha la tarea, pruébate varios modelos pues siempre puedes regresar por el primero pero no devolverlo después si te arrepientes.
Ten esto en cuenta: Roma no se construyó en un día y menos tu matrimonio. Si bien te has comprometido ahora, falta tiempo para tu boda así que no todo tiene que estar listo hoy. Haz una lista de las cosas que tienes que hacer y añade un calendario donde puedas tener uan fecha límite para cerrar temas como el pastel, las flores y la comida.
Probablemente la noticia de tu casamiento es la nueva tendencia de Twitter y te has encargado de hacérselo saber al mundo pero contrólate. No vayas invitando a todos hasta que tengas las cosas un poco encaminadas. Mediante vas avanzando en tu presupuesto y sepas con cuánto dinero vas a contar para la ceremonia, conversa con tu novio y decidan cuántas personas va a invitar cada uno. Él también debe ser parte del proceso.
No te tomes mucho en elegir a tus damas de honor. Entre más pronto les preguntes, tendrás otra cosa fuera de tu lista y unas cuantas manos en caso de emergencia. Consúltales previamente si desean ayudarte en los preparativos para que luego no las sorprendas con favores de última hora. El hecho de trabajar juntas hará que su amistad se haga más fuerte.
Y lo más importante: date el tiempo para relajarte. Nadie quiere lidiar con una noviazilla (novia+Godzilla) y tampoco es sano para ti. Tómate un par de días “libres” de la planificación en la semana, sal con tu novio, anda a la peluquería o a tomar un trago con tus amigas. No permitas que la experiencia de casarte se convierta en un dolor de cabeza.