Natalia Parodi: "Después de un divorcio"
Natalia Parodi: "Después de un divorcio"
Redacción EC

Hola, Paola: no nos conocemos, pero leí tu mensaje y me quedé pensando en ti. Me preguntas cómo se hace para empezar de nuevo después de un divorcio. El tuyo es reciente, así que imagino que te sientes perdida, confundida. Tu mundo está de cabeza y debes estar conmovida, dolida, molesta, asustada, quebrada.

Ya debes saber que así como no hay fórmulas para el amor, tampoco existen para la separación. Pero te acompaño. Pensemos juntas. Tú le seguirás dando vueltas a lo que vives y recogerás de aquí lo que te sirva.

Creo que no hay camino corto al empezar de nuevo después de un divorcio: es perfectamente posible, pero requiere tolerancia, paciencia y amor propio. Tolerancia para soportar todos los sentimientos que se presentan y la incertidumbre de un futuro, que de pronto se vuelve borroso. Paciencia porque algunas de esas heridas solo las sana el tiempo. Y amor propio porque necesitas pensarte bien, con cariño, y recordar que esa separación no significa que valgas poco.

Me preguntas cómo se hace para pasar a otra cosa, que si se puede y cómo no sentir culpa. Quizá a veces no puedas lograrlo. Quizá haya momentos en que no puedas evitar sentirte culpable, que te convenzas de que ya no se puede, y de que te quedarás atrapada en este amarga experiencia. En esos momentos, tolera lo que sientes. Aunque ahora te cueste creerme, tienes que saber que se va a pasar. Todo pasa.

Te preguntas en cuánto tiempo te encontrarás nuevamente en paz. Puede tardar seis meses, un año, o cuatro. Depende de lo que hayas vivido. Pero no te rindas. En algún momento pasará. Busca espacios en donde te sientas mejor, aunque te parezcan irrelevantes. Un café con tus amigas, un almuerzo familiar, un hobby, ir al cine, hacerte la manicura. Todas esas cosas que te hagan sentir bien contigo misma –profundas o frívolas– son muy importantes. Cuídate mucho. Imagino que te inundan los recuerdos, no solo de lo vivido sino también de lo prometido, lo soñado y de lo planeado que de pronto se desvaneció. Debe doler mucho y dar mucha rabia. Te asusta salir de un matrimonio sin haber tenido hijos. Tranquila: queda tiempo fértil. Busca soluciones que te tranquilicen. Por ejemplo puedes congelar tus óvulos. Quizá ni los uses, pero hacerlo te hará sentir menos angustia ante el paso del tiempo.

Ir a terapia, intentar tratamientos alternativos, distraerte, hacer deporte, todo funciona. Inténtalo todo. Y no te angusties si a veces te cansas, te desanimas y sientes que ya no puedes más. En esos momentos, permítete hacer una pequeña pausa. Detente. Respira. Y luego te vuelves a parar.

¿Solo es cuestión de tiempo? No. El tiempo y la paciencia son indispensables, pero además de eso busca ayuda, trátate con ternura, intenta rodearte de gente que te quiere y evita pasar demasiado tiempo a solas.

El futuro desdibujado aterra a cualquiera. Pero la verdad es que el futuro de todos es incierto. Solo que a veces tenemos la ilusión de que lo podemos predecir. Como cuando estuviste casada y podías imaginártelo a la perfección. Ahora has podido confirmar que el futuro no se puede diseñar.

Esto no quiere decir que lo visualices oscuro: el futuro es incierto, pero puede traerte cosas maravillosas. Y la mejor parte es que tú sí puedes participar de ello.

No eres impotente frente a ese futuro. Es verdad que algunas cosas como el clima, los accidentes, las enfermedades y el azar, no están en tus manos. Pero sí lo están tu actitud, cuánto te cuidas, cuán dispuesta estás a seguir intentando, cuánto haces por buscar tu bienestar, en dónde pones tu energía, cuánto reconectas con tu vitalidad, tu creatividad y tu humor.

¿Se puede volver a confiar?, me preguntas. Yo te digo que esa es la batalla más valiosa. No tanto el olvidar al amor que se fue, sino reconquistar tu fe, volver a creer en tu capacidad para ser feliz. Sí se puede. Vas a estar bien.

Contenido Sugerido

Contenido GEC