LIMA, 24 DE MAYO DE 1964

TRAGEDIA EN EL ESTADIO NACIONAL DE LIMA. LA ANULACION DE UN GOL PERUANO PROVOCA LA REACCION DEL PUBLICO. LAS BOMBAS LACRIMOGENAS LANZADAS HACIA LAS TRIBUNAS POR LA POLICIA GENERA EL CAOS Y LA ESTAMPIDA DE LA GENTE, QUE ENCUENTRA LAS PUERTAS CERRADAS Y MUERE APLASTADA.

FOTO: EL COMERCIO
LIMA, 24 DE MAYO DE 1964 TRAGEDIA EN EL ESTADIO NACIONAL DE LIMA. LA ANULACION DE UN GOL PERUANO PROVOCA LA REACCION DEL PUBLICO. LAS BOMBAS LACRIMOGENAS LANZADAS HACIA LAS TRIBUNAS POR LA POLICIA GENERA EL CAOS Y LA ESTAMPIDA DE LA GENTE, QUE ENCUENTRA LAS PUERTAS CERRADAS Y MUERE APLASTADA. FOTO: EL COMERCIO
/ EL COMERCIO
Redacción EC

El Gobierno ha dispuesto se abra una severa investigación sobre los luctuosos sucesos ocurridos la tarde de ayer en el estadio Nacional, que produjeron como saldo trágico y lamentable, muchos muertos y heridos, entre los espectadores del partido disputado por las selecciones de Perú y Argentina.

Poco después de que el réferi anulara injustamente un gol de los peruanos y, posteriormente, diera por terminado el juego, cuando faltaban seis minutos para cumplirse el tiempo reglamentario, una tur ba de fanáticos, visiblemente exaltada, provocó, al tratar de ser contenida en sus desmanes por la policía, uno de los mayores escándalos futbolísticos del mundo y originó la mayor de las tragedias habidas en nuestra historia deportiva.

A fin de facilitar el desarrollo de las investigaciones que han de esclarecer definitivamente esta tragedia que ha enlutado numerosos hogares limeños, el gobierno ha dispuesto la suspensión de las garantías constitucionales por 30 días. En la noche, el jefe del Estado, arquitecto Fernando Belaúnde Terry, ha dirigido un mensaje lamentando los sucesos ocurridos en el estadio y haciendo llegar sus más sinceras condolencias a los familiares de las víctimas.

La chispa que provocó el escándalo se produjo al anular el réferi de nacionalidad uruguaya, [Ángel] Pazos, un gol obtenido por los peruanos, cuando el equipo argentino aventajaba al de casa por 1 gol a cero. Una tremenda silbatina se hizo sentir en el estadio. En esos momentos, un hombre descendió de la tribuna sur y se introdujo en la cancha, evidentemente, con el propósito de agredir al árbitro. El agresor fue contenido por la policía.

Poco después, un segundo hombre saltó el alambrado que separa la cancha de fútbol de las tribunas y corrió hacia el lugar donde se encontraba el réferi rodeado de los jugadores. Un oficial de la policía lo contuvo, haciéndole caer. Esa actitud encendió aún más los ánimos caldeados de los espectadores que comenzaron a arrojar a la policía botellas, piedras y otros proyectiles. La policía, entonces, arrojó gases lacrimógenos y sacaron, con el propósito de contener el orden, a los perros de su dotación.

Al sentir los efectos de los gases la gente presa de pánico trató de ganar las puertas, pero estas, no obstante que faltaban solo escasos minutos para la terminación del encuentro, se encontraban cerradas lo que produjo la muerte de numerosas personas por sofocación y aplastamiento.

Algunos exaltados comenzaron a destrozar y a incendiar las oficinas del estadio. Los destrozos continuaron fuera del estadio, en la calle, donde, algunos mozalbetes comenzaron a apedrear y a trata de volcar los vehículos que se encontraban estacionados en las inmediaciones.

El origen de la tragedia.

Testimonio del gol válido que anuló el árbitro uruguayo. El mejor testimonio del error en que incurrió el árbitro uruguayo para anular el gol peruano, lo ofrecemos en esta gráfica. La pelota fue rechazada por el zaguero [Horacio] Morales, quien inclusive aparece obstaculizando a [Víctor] Lobatón con el hombro. En esta circunstancia, la pelota impulsada por Morales, rebotó en la planta del pie derecho de Lobatón para introducirse luego en el arco, sorprendiendo al guardavalla [Agustín] Cejas. La posición del árbitro, a unos 25 metros, no le posibilitaba ver claramente la jugada y, por lo tanto, resulta discutible su apreciación de “jugada peligrosa”. Se cumplían los 35 minutos de la etapa complementaria cuando Argentina aventajaba en el score a Perú por 1-0. Cinco minutos después, el réferi suspendió el partido, según expresó, “por falta de garantías”, y, en seguida, se produjeron los trágicos sucesos que consignamos aparte.

Una semana de Duelo Nacional

Decreto supremo

El presidente de la República considerando:

Que, con motivo de una actuación deportiva internacional, han ocurrido lamentables sucesos debido a la confusión reinante y a los tumultos producidos, teniendo que lamentarse un doloroso saldo de víctimas que enluta a muchas familias y ha causado la más honda consternación en el Gobierno y el pueblo peruanos;

Decreta:

Durante la semana que se inicia el lunes 25 de mayo se observará siete días de duelo nacional, sin suspensión de labores, cancelándose todos los actos oficiales públicos y colocándose a media asta los pabellones en todas las dependencias del Estado.

Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a los veinticuatro días del mes de mayo de mil novecientos sesentaicuatro.

Fernando Belaúnde Terry

Suspendieron por 30 días garantías constitucionales

Información oficial

El partido de fútbol realizado hoy en el Estadio Nacional entre las selecciones del Perú y la Argentina tuvo un trágico final debido a la exaltación de algunos espectadores que invadieron la cancha al ser anulado un gol efectuado por el equipo peruano, lo que dio lugar a violentas protestas de la multitud que colmaba dicho coso.

No obstantes los esfuerzos realizados por la policía para restablecer la calma continuaban las protestas airadas contra referee uruguayo, que había anulado el tanto del empate, siendo necesario usar los gases lacrimógenos en un intento, infortunadamente inútil, de evitar mayores desmanes.

En efecto, al suspenderse el partido aparecieron hogueras incendiando parte de las tribunas y, dentro de la confusión reinante, resultaron contusionados en el tumulto buen número de espectadores y algunos policías, debiéndose lamentar el deceso de muchas personas lesionadas en la apretura, cuyo número se está tratando de determinar.

La policía no usó armas de fuego y las bajas que hay que deplorar provienen exclusivamente del tumulto producido sobre todo en los accesos del Estadio.

El Gobierno, hondamente consternado por estos fatales sucesos, originados en un hecho trivial, recomienda a la ciudadanía guardar la debida serenidad y colaborar con la fuerza pública para que este triste incidente deportivo no sea explotado por agitadores o maleantes, ni produzca más daños que los que ya, infortunadamente, han ocurrido. Con tal propósito ha suspendido las garantías constitucionales en toda la República por treinta días.

Tanto los hospitales del Estado, incluyendo los seguros sociales, los de índole militar y los particulares prestan la más decidida colaboración en la atención de las personas lesionadas. El gobierno ha llamado a todo su personal de médicos para secundar esta labor.

Lima, 24 de mayo de 1964.

Mayoría de las víctimas murió pisada y asfixiada en salidas del Estadio

Hasta el momento de entrar en prensa esta edición no se sabe aún el número exacto de muertos y heridos, el saldo trágico de los incidentes ocurridos ayer, al término del cortejo futbolístico sostenido por los equipos de Perú y Argentina, en el Estadio Nacional.

Entre los muertos, se sabe, se encuentran tres policías. Dos han sido identificados y son: sargento segundo G.C. Asencio Vásquez Pérez y el guardia de la Republicana, Nicanor Arenaza Almandez. El nombre del tercero, un guardia civil, se ignora.

Extraoficialmente, también se calcula que el 80 % de los muertos fueron adultos, la gran mayoría de ellos jóvenes, entre 18 y 22 años; que el 10 % fueron niños y otro porcentaje similar, 10%, mujeres.

Entre los muertos han sido reconocidos Tomás Eche Fiestas (22 años), su cadáver está depositado en el hospital Loayza; Carlos Enrique Cueva Mogollón (30), Pablo Cárdenas (65), Carlos Vera Sotelo, Nicanor Arteaga (30), Peregrino Pantaleón (21), Ismael Javier Ortoya, José Garizola.

Entre los niños adolescentes figuran: Yola Arteaga (5), Oscar Romo Vera (10), César Romo Vera (16), Aníbal Santillán (16), Hugo Mesiosuq Lazo (12), Leonardo Wilson (13), Guillermo Vega Hernández (7), Pedro Albino (4).

De acuerdo a lo que ha trascendido en los centros hospitalarios y asistenciales se estima que la mayoría de las víctimas murieron por asfixia y por traumatismos provocados por la misma gente que huía, buscando la salida del estadio Nacional.

La labor de identificación de los cadáveres se inició aproximadamente a las ocho de la noche. Hasta ese momento, los cuerpos de las víctimas fueron depositados en los pasadizos, jardines, etc. de los hospitales. Se dio el caso de que muchos de los cadáveres fueron recogidos a viva fuerza por sus familiares, los que procedieron a llevárselos precipitadamente a sus respectivos domicilios.

Luego de que un cadáver era identificado por las autoridades, se le colocaba el nombre sujeto con un esparadrapo, en el brazo. La labor se vio dificultada por el mismo público, que presa de pánico, prácticamente, tomó por asalto los hospitales, centros asistenciales y copó las líneas telefónicas en su afán de indagar por sus familiares.

En horas de la noche se hizo un llamado por las emisoras de radio y televisión para que los médicos, auxiliares y enfermeras se dirigieran a sus respectivos centros de trabajo, para prestar colaboración en la gigante labor de salvamento y curación de los heridos.

Colecta para deudos comenzó el Cardenal

Por iniciativa de su eminencia, el cardenal del Perú, Juan Landázuri Ricketts, se ha abierto una colecta nacional prodeudos de las víctimas de los sucesos del estadio, ocurridos el día de hoy.

Respondiendo a este llamado de la Iglesia Católica, los ministerios se han suscrito de inmediato con la suma de 1.000.000.00 de soles de oro, en conjunto. Cáritas del Perú es la entidad que recibirá y administrará estos fondos.

Lima, 24 de mayo de 1964



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