El ajo se ha utilizado desde la antigüedad para sus aplicaciones culinarias y por sus miles de beneficios medicinales. De acuerdo a diversos ensayos clínicos, se puede considerar que este tiene diferentes beneficios para la salud, sin embargo, existen diferentes mitos que abordan el consumo de esta planta que muchas personas los creen, sin embargo, no son reales y en la siguiente nota los desmentiremos.
Mitos y verdades del ajo
El Seguro Social de Salud (ESSALUD) recomienda consumir esta planta, además de la cebolla y el kión. Por ello, estos son los mitos y verdades.
Mitos:
1. Comer un ajo crudo en ayunas ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares:
Falso. Según un artículo publicado en 2012 en la revista The Cochrane Database of Systematic Review, el ajo puede ser beneficioso para reducir el riesgo de mortalidad y morbilidad cardiovascular en pacientes con hipertensión, pero la evidencia es insuficiente para respaldar esta afirmación.
2. Ayuda a tratar las verrugas de la piel:
Falso. Esta condición dermatológica no se puede tratar con él y también puede provocar quemaduras graves en la piel.
3. El ajo en ayunas ayuda a adelgazar:
Falso. Se dice que masticar un diente de ajo por la mañana, solo o junto con una cucharada de miel o aceite de oliva, estimula el metabolismo y favorece la quema de grasas. Sin embargo, médicos, nutricionistas y científicos han refutado estas afirmaciones. En primer lugar, no hay pruebas de que consumir ajo con el estómago vacío tenga un impacto más fuerte que consumirlo en otros momentos del día.
Verdades:
1. Contiene un alto contenido vitamínico:
Verdad. En él se encuentran cantidades de hierro, solicio, azufre, yodo, magnesio, selenio y vitaminas B1, B2, B6 y C.
2. Es un protector cardiovascular:
Verdad. Mejora también la coagulación sanguínea y aumenta la elasticidad de las arterias. Esta planta también es recomendada para pacientes con hipercolesterolemia y con diabetes mellitus tipo 2.
3. Ayuda a combatir infecciones respiratorias:
Verdad. Ayuda a combatir enfermedades como la gripe y el resfriado por sus propiedades antisépticas. Estimula el sistema inmunitario, combate las infecciones urinarias, los parásitos intestinales y las infecciones de oído.
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