A lo largo de nuestra vida, nos enfrentamos a múltiples situaciones y desafíos que indudablemente nos generan agotamiento, ya que suponen de nosotros un gran esfuerzo físico y/o mental. Desde luego, nuestra cotidianidad, especialmente, con el ritmo de vida tan acelerado que llevamos y los altos niveles de estrés que prevalecen en la gran mayoría de la población mundial, son la combinación perfecta para restarnos energía. Básicamente, cuando nos abrumamos con tantos problemas, trabajo y responsabilidades, empezamos a sentir que todo ello nos supera y se nos dificulta el logro de nuestras metas y objetivos, situación que evidencia que estamos sufriendo de un cansancio o fatiga mental.
Si bien esta sensación de agotamiento emocional, cognitivo y físico puede darse en cualquier ámbito en el que nos desarrollamos, ciertamente, el síndrome de burnout es uno de los ejemplos más claro, puesto que el cansancio mental es un componente fundamental de este desgaste, ya que la persona suele llegar a un punto en donde se siente mentalmente incapaz de hacer frente a la situación.
¿Cómo podemos identificar si estamos sufriendo de cansancio mental?
En concreto, esta carga mental que nos aqueja puede verse reflejada en nuestra falta persistente de energía, incluso tras haber dormido lo suficiente, presentamos dificultad para concentrarnos en las tareas o nos cuesta retener información, por lo que empiezan a surgir problemas de memoria. Evidentemente, hay una latente falta de motivación, así como podemos tener cambios en el estado de ánimo, liderado principalmente por emociones, como la irritabilidad, la tristeza o la ansiedad.
Asimismo, nos cuesta poder tomar decisiones, incluso ante eventos aparentemente simples, pues no nos sentimos lo suficientemente competentes para realizarlas, ya que empieza a haber una tendencia a cometer más errores de lo normal. Además, esta fatiga mental puede llevarnos a reducir o evitar por completo las interacciones sociales.
¿Cuáles son las causas del cansancio mental?
Principalmente, creo que el estrés es un factor innegable del cansancio mental, pues esta experiencia emocional genera una sobrecarga a nivel cerebral y causa una sensación de agotamiento mental. Cuando nosotros estamos constantemente bajo estrés, nuestro cuerpo segrega hormonas, como el cortisol y la adrenalina, lo que nos lleva a estar alertas todo el tiempo, cuestión que puede ser muy perjudicial para nuestra salud mental y física.
Claramente, la sobrecarga de trabajo y tareas puede ser otro elemento relevante para su desarrollo, ya que al no tener suficientes pausas y descansos dificulta también nuestra capacidad para concentrarnos y procesar correctamente la información, así como el tener que tomar decisiones importantes y frecuentes puede causarnos un agotamiento mental.
¿Cómo prevenir el cansancio mental?
En primera instancia, considero que, si estamos pasando por un agotamiento mental, es fundamental que podamos identificar cuáles son las causas subyacentes a ese cansancio que sentimos y podamos tomar las medidas necesarias para aprender a manejarlo adecuadamente.
Por esta razón, quiero compartir contigo algunas estrategias muy simples que puedes aplicar en tu día a día, lo que te ayudará a tratar y aplacar esta fatiga, así como a prevenirla.
Calidad de sueño
Aunque para muchos pueda sonar como algo repetitivo, el sueño es sumamente necesario para nuestra salud en general, pues durante esas horas nuestro cuerpo regenera, recompone, moldea y recupera algunos sistemas biológicos que han trabajado durante el día. De hecho, desempeña un papel sustancial en el desarrollo de algunas funciones cognitivas, como en el caso de la memoria, puesto que en este proceso se consolidan los conocimientos adquiridos previamente. Además, un sueño de calidad nos ayuda a reducir los niveles de estrés y a equilibrar las hormonas, mejorando notablemente nuestro estado de ánimo.
Límites claros
Creo que una de las competencias más valiosas y que todos los seres humanos deberíamos tener, es la asertividad, es decir, la capacidad de decir que no y poder demostrar nuestro punto de vista, ideas, valores y sentimientos, pero siempre desde el respeto a uno mismo y a lo demás. Sin lugar a duda, cuando no somos capaces de establecer límites claros en nuestro trabajo o nuestra vida en general, empezamos a sentirnos abrumados y agotados con la infinidad de responsabilidades que debemos cumplir. Por este motivo, debemos aprender a crear límites saludables y a priorizar nuestras tareas, pues ello nos generará una mayor sensación de control y equilibrio.
Tiempo para mí
Sé que a veces puede ser muy difícil encontrar un espacio para nosotros; sin embargo, si aprendemos a priorizar aquello que es indispensable para nuestro bienestar, desde luego, el dedicarnos tiempo para realizar alguna otra actividad que rompa un poco con esa rutina tan ajetreada será en favor de nuestra salud y desarrollo personal. Por supuesto, el practicar técnicas de relajación, como meditación, respiración profunda o relajación muscular progresiva, o hacer ejercicios de forma regular, son algunas maneras muy efectivas que nos permiten prevenir el cansancio mental, ya que nos ayudan a reducir la tensión muscular, mejora nuestro estado de ánimo, aumenta nuestra energía, disminuye el estrés y potencia funciones cognitivas, como la atención y la memoria.
Es sumamente importante que, seamos consciente que el cansancio mental puede tener un impacto negativo en nuestra salud integral, por ello es muy recomendable tomar en cuenta estos y otros consejos para mejorar dicha condición. Por consiguiente, si esta fatiga persiste y sentimos que cada vez empeora, tenemos que buscar apoyo profesional, para justamente abordar el problema desde la raíz y, con la finalidad de desarrollar estrategias más individualizadas.
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Milenka Duarte es periodista y psicóloga por la Universidad Peruana Cayetano Heredia.