En los últimos años, mi bienestar mental se ha vuelto una prioridad para mí. Siempre busco maneras para mantenerme mentalmente estable. Comencé este proceso ingresando a una terapia psicológica en el 2019 y, luego de casi 4 años, ha sido la mejor decisión, ya que me ha ayudado a conocerme desde el lado consciente y racional. Sin embargo, no quería quedarme en eso, sino ir más hacia mi lado espiritual. Comencé a practicar la respiración consciente en casa porque me ayudaba a dormir, pero luego decidí intentar con la coherencia cardiaca.
Llegué al consultorio de Talia Schvartzman, nutricionista con mirada integral de “EcoNutrición”, quien se encarga de todo este proceso de acompañamiento para reconocer la energía emocional. Cuando esta se encuentra en el lado positivo, nos renueva y cuando se encuentra en el lado negativo, nos desgasta, por ello el propósito es identificar qué estuvimos pensando cuando nos sentimos bien para así mantenerlo durante el día y seguir “vibrando alto”.
Me senté frente a Talia, quien me colocó un sensor llamado heartmath, el cual va midiendo, a través de la respiración, la energía de las emociones. Esta se va viendo reflejada en la pantalla de computadora a través de tres colores:
- Verde: Relacionado con las emociones positivas (felicidad, entusiasmo, gratitud, esperanza, etc.)
- Azul: Emociones neutras (frustración, deseo, miedo, etc.)
- Rojo: Emociones negativas (tristeza, impotencia, rencor, odio, etc.)
Inició haciéndome una serie de preguntas como: ¿Por qué decidiste venir? ¿Tienes algo que quisieras comentar antes de iniciar?, y luego comenzó la primera parte de la sesión. “Cierra los ojos y déjate llevar por tu mente, respira y siente como si el aire entrara por el pecho a través de un tubo”, me guiaba Talia. Luego de unos minutos inhalando y exhalando, ella me dijo que, cuando estuviera lista, abriera los ojos para observar el resultado en el sensor.
Al concentrarme en mi respiración dejé mi mente en blanco, solo me concentré en que el aire entrara y saliera de mi pecho y llegue hasta mi mente. Abrí los ojos y sorprendentemente el heartmath mostraba resultados en verde, incluso cuando conversamos al inicio. Ella me comentó que era muy bueno todo lo que sentía, a pesar de que lo que habíamos conversado era una situación que me causaba mucho estrés.
Los juegos de la coherencia cardiaca
En la segunda parte de la sesión, Talia abrió en su computadora un par de juegos para que apliquemos la coherencia cardiaca de una manera más dinámica. Sin embargo, nunca pensé que sería tan complicado.
El primer juego consistía en que había un agujero negro en la pantalla, por el que salían los colores y mediante la respiración debía estar en verde, pero esta vez debía permanecer con los ojos abiertos. Comencé de la misma manera que la primera parte, respirando y poco a poco fui abriendo los ojos para ir observando cómo mi energía cambiaba.
En un momento, mi mente se desvió hacia otros pensamientos y de verde empezó a cambiar a azul. Talia me dijo que cerrara los ojos nuevamente y que pensara en un momento bonito: yo en la playa o en un lugar donde disfrutara estar con las personas que quería. Poco a poco fue cambiando a verde nuevamente.
El segundo juego consistía en pintar un paisaje de un bosque mediante la respiración. Empecé de la misma manera y cuando abrí los ojos, me di cuenta de que poco a poco el paisaje de un bosque se volvía colorido. La verdad al inicio me sentí un poco insegura, debido a lo que había pasado con el otro juego, pero finalmente pude lograrlo.
Entendí que para que nuestras emociones “se mantengan en verde” en nuestro día a día hay que tener pensamientos que nos hagan sentir en paz y calma, por ello debemos aprender a reconocerlos para así aplicarlos y poder vivir más felices.