El estrés es una condición común en el entorno laboral moderno y puede ser causado por diversos factores, como altas cargas de trabajo, plazos ajustados, falta de control sobre las tareas, ambientes laborales conflictivos, falta de apoyo social, inseguridad laboral, entre otros.
El estrés es una condición común en el entorno laboral moderno y puede ser causado por diversos factores, como altas cargas de trabajo, plazos ajustados, falta de control sobre las tareas, ambientes laborales conflictivos, falta de apoyo social, inseguridad laboral, entre otros.
Milenka Duarte

Es muy probable que, en más de una ocasión nos hayamos sentido ansiosos, frustrados, agotados y una infinidad de asociadas a las presiones, demandas y tensiones por las que atravesamos en nuestro día a día. Sin duda, el es uno de los problemas más comunes de salud en la actualidad, pues de acuerdo con el último informe de “State of the Global Workplace 2023″, se reveló que el 59% de los empleados encuestados están “renunciando en silencio”, es decir, no se sienten comprometidos con sus funciones, mientras que, el 44% sufre de mucho en sus centros de trabajo.

Ciertamente, a medida que pasa el tiempo, se observa una tendencia elevada de estrés, pues cada vez el mercado laboral es más demandante y competitivo, por lo que la productividad y la eficiencia tienen que ser los ejes centrales en la vida de todo ser humano, razón por la cual, la supervivencia de los colaboradores en este campo, suele correr gran peligro, ya que la carga excesiva de trabajo, un clima laboral poco saludable e incluso la inseguridad laboral, producto de los cambios económicos, las reestructuraciones y la globalización, pueden llegar a incrementar los niveles de estrés, generando un desequilibrio físico y mental en las personas.

De igual manera, puede traer como consecuencia una disminución en el desempeño laboral, puesto que la falta de concentración, la desmotivación y la dificultad para poder tomar decisiones pueden derivar en un rendimiento deficiente. Asimismo, pueden surgir dos fenómenos que se observan mucho en el entorno laboral, por un lado, el ausentismo, el cual implica que los empleados no asistan al trabajo debido a los problemas de salud relacionados con el estrés o también puede existir el presentismo, en otras palabras, que las personas están físicamente en el trabajo, pero en realidad no están comprometidas con su labor, lo cual se ve reflejado en un bajo rendimiento.

¿Qué podemos hacer para evitar o reducir el estrés laboral?

Establecer límites

Creo que una de las competencias que todos deberíamos desarrollar es la asertividad, justamente esa capacidad para saber decir que no y poder trazar límites claros. En definitiva, esto puede ayudarnos a evitar el agotamiento físico y mental, ya que al lograr un mejor equilibrio entre lo laboral y lo personal, podemos establecer las horas de trabajo regulares y respetar también nuestro tiempo de descanso y recuperación. El establecer límites también implica dar a conocer de forma clara nuestras necesidades tanto a nuestros superiores como compañeros de trabajo. Por supuesto, es vital que exista una comunicación horizontal y asertiva por ambas partes, pues es importante comprender que mientras más comprometidos y motivados se sientan los colaboradores, tendrá un mejor desempeño, por ende, será más fácil el logro de los objetivos organizacionales.

El estrés laboral también puede tener consecuencias para las organizaciones, ya que puede disminuir la productividad, aumentar la tasa de ausentismo y provocar un ambiente laboral tenso y poco colaborativo.
El estrés laboral también puede tener consecuencias para las organizaciones, ya que puede disminuir la productividad, aumentar la tasa de ausentismo y provocar un ambiente laboral tenso y poco colaborativo.

Gestión del tiempo

Muchas veces podemos sentirnos agobiados porque tenemos la sensación de que el tiempo no nos alcanza para cumplir con todos nuestros deberes, ya sean personales o laborales. Por esta razón, es fundamental aprender a administrar nuestro día para poder cumplir satisfactoriamente con todo y que, especialmente, no pongamos en riesgo nuestro bienestar. Gestionar el tiempo implica establecer metas realistas, planificar y organizar las tareas, por ejemplo, podemos asignar unos intervalos de tiempo en los cuales, únicamente nos dediquemos a trabajar sin ningún tipo de interrupción o distracción y, entre cada uno de estos períodos debemos establecer descansos o pausas activas de unos minutos, para que luego, volvamos a conectar con la actividad que estábamos desarrollando.

Habilidades de afrontamiento

Cuando desarrollamos habilidades de afrontamiento, nos resulta más fácil poder identificar cuáles son los factores estresantes en nuestro entorno laboral y cómo estos repercuten en nosotros. Igualmente, nos permiten lograr una mejor regulación emocional, lo cual podemos lograrlo por medio de diversas prácticas, como la atención plena, la respiración consciente o la visualización positiva. Adicionalmente, esto guarda una estrecha relación con la construcción de la resiliencia, pues es importante que aprendamos a adaptarnos y recuperarnos de los desafíos y adversidades por los que atravesamos en nuestro trabajo. Por consiguiente, es esencial cultivar una mentalidad positiva y lo podemos lograr por medio de estrategias, como la reestructuración cognitiva, que nos permite detectar esos pensamientos irracionales y negativos que limitan nuestro crecimiento personal, reemplazándolos por unos más realistas y positivos.

Autocuidado

Lamentablemente, este es un factor que solemos olvidar y lo colocamos al final de nuestras prioridades; no obstante, no somos conscientes que, si nosotros estamos mal física y mentalmente, es muy difícil que podamos tener un buen rendimiento en las distintas áreas en donde nos desempeñemos. Por ello, es crucial aprender a dedicar un tiempo para cuidar de nuestro bienestar, en otras palabras, es necesario dormir lo suficiente, mantener una alimentación equilibrada, realizar ejercicio de forma regular, establecer relaciones interpersonales saludables y destinar parte de nuestra rutina en actividades o experiencias que nos hagan sentir verdaderamente bien.

Desde luego, es sumamente importante abordar y gestionar el estrés laboral de manera adecuada para prevenir una serie de consecuencia negativas. Por este motivo, es esencial tratar de implementar estrategias de manejo de estrés, una mayor promoción de un entorno laboral más saludable y que las instituciones laborales puedan brindar diversos recursos de apoyo a sus colaboradores, con programas que estén orientados al bienestar.

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es periodista y psicóloga por la Universidad Peruana Cayetano Heredia.

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