Sin duda, una sensación que está muy presente en nuestras vidas, es la incertidumbre, pues vivimos en un mundo muy cambiante que nos genera una especie de labilidad emocional, ya que, al estar expuestos a diversas situaciones, solemos cuestionarnos constantemente sobre estas, lo que nos lleva a vivir en una montaña rusa de emociones. Probablemente, más de uno de nosotros ha experimentado un miedo muy grande sobre el futuro inmediato o a largo plazo, el cual, si se vuelve excesivo y no se logra manejar adecuadamente, puede llegar a dominarnos y obstaculizar nuestro desarrollo personal.
Definitivamente, este temor repercute en nuestra calidad de vida, ya que al sentir que no tenemos el control o que no estamos lo suficientemente preparados para los eventos futuros, esto puede provocar una serie de síntomas cognitivos, fisiológicos y conductuales, como pensamientos obsesivos, dificultad para conciliar el suelo, sudoración, palpitaciones, mareos, apatía, incapacidad para tomar decisiones, entre otros.
¿Qué es el miedo al futuro?
Es un estado emocional que se caracteriza por la preocupación y ansiedad en relación a eventos que podrían suceder en el futuro. El miedo puede ser causado por diferentes factores, como experiencias traumáticas del pasado, incertidumbre económica, falta de control sobre el futuro, etc. Además, en algunas ocasiones, puede ser una respuesta natural a situaciones de cambio y adaptación.
Por ejemplo, cuando estamos en nuestro último año de universidad, y sentimos que toda la responsabilidad recae sobre nosotros, pues se está acabando una etapa de formación clave para nuestro futuro, por lo que cada vez que pensamos en ello y cómo próximamente la vida en muchos aspectos, va a depender únicamente de nosotros, indudablemente, nos genera un gran malestar.
¿Cuáles son las consecuencias de vivir con miedo al futuro?
Cabe señalar que, todos en mayor o menor medida hemos sentido o nos sentimos miedo al futuro; sin embargo, el problema recae en nuestra capacidad para gestionarlo, puesto que, si no contamos con los recursos necesarios para afrontar estas emociones, nuestra ansiedad anticipada puede repercutir de manera negativa y significativa en nuestra salud integral.
CONSECUENCIAS DEL MIEDO AL FUTURO |
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Estrés: La preocupación excesiva por el futuro puede causar niveles elevados de ansiedad y estrés, lo que a su vez puede derivar en problemas, como dolores de cabeza, complicaciones gastrointestinales, desesperanza, trastornos del sueño, depresión, etc. |
Evitación de situaciones: Cuando hemos llegamos a un punto en el que el miedo nos domina, solemos evitar situaciones o tomar decisiones que involucren incertidumbre o riesgo, de manera que, limitamos nuestra vida y oportunidades, ya que en cierta medida, nos autosaboteamos. |
Procrastinación: Al enfocarnos en los obstáculos y las posibles fallas, adoptamos una actitud negativa hacia el trabajo o las tareas que debemos realizar, por lo que se desencadena una falta de motivación e iniciativa. Sin duda, experimentamos una sensación de parálisis que nos lleva a la postergación de los deberes y decisiones, ya que no nos sentimos listos para enfrentarnos a los diversos desafíos. |
Estrategias para superar el miedo al futuro
El miedo al futuro puede ser una experiencia abrumadora y paralizante, pero hay estrategias que pueden ayudar a superarlo. Por ello, te presento algunas de las técnicas que te servirán para manejar mejor tus preocupaciones sobre el futuro.
- Identifica los pensamientos irracionales
Una técnica muy empleada en la terapia cognitivo-conductual es identificar los pensamientos negativos que pueden estar contribuyendo al miedo al futuro, en otras palabras, esas ideas catastróficas o exageradas que rigen nuestra percepción de la vida. Una vez que detectamos estas creencias, debemos cuestionarnos sobre su veracidad, determinar qué es lo que lo está generando y reemplazarlo con pensamientos más realistas y positivos.
- Aprende a manejar el estrés
El estrés puede exacerbar el miedo al futuro, por lo que es importante aprender a controlarlo de manera efectiva. Esto se puede lograr mediante la práctica constante de técnicas de relajación, como la meditación o la respiración profunda, así como el ejercicio regular y el dedicar una parte de nuestro tiempo para actividades placenteras.
- Aprende a vivir en el presente
Muchas veces por pensar en el futuro, solemos desconectarnos del aquí y el ahora. Si bien es cierto, esto no implica que no nos esforcemos para alcanzar todas nuestras metas a corto, mediano y largo plazo, es fundamental que disfrutemos de cada experiencia al máximo, sin la necesidad constante de preocuparnos por lo que podría pasar de aquí a un tiempo.
- Establecer metas realistas y alcanzables
Sin lugar a duda, es muy importante desarrollar el autoconocimiento, pues nos permite reconocer nuestras fortalezas y competencias. Por esta razón, es más sostenible en el tiempo, trazarnos objetivos que estén ligados a nuestras capacidades y deseos, con la finalidad de evitar sentirnos abrumados y desmotivados.
- Buscar apoyo
Por lo general, logramos identificar mejor lo que nos pasa cuando lo conversamos con otras personas, ya sean amigos, familiares o un profesional de la salud mental, dado que esto nos provee un espacio íntimo y seguro para expresar nuestros miedos, además de que nos ayuda a mantener una perspectiva más positiva de la vida.
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Milenka Duarte es periodista y psicóloga por la Universidad Peruana Cayetano Heredia.