La fórmula de la felicidad: ¿Cómo podemos sentirnos satisfechos en nuestro día a día?

Existe una tendencia inminente en los seres humanos a no sentirnos satisfechos con nuestros logros, sino que siempre estamos anhelando conseguir más cosas. Creo que esto no tiene nada que ver con el conformismo, porque parte de nuestro desarrollo personal y mejora continua, justamente requiere de un proceso, de esfuerzo y un trabajo diario para lograrlo. Sin embargo, esto está más ligado a nuestra necesidad casi instintiva, ya sea por una cuestión evolutiva y de supervivencia que nos impulsa a la búsqueda de recursos, pero también a nuestro afán de constantemente estarnos comparando con los demás.

A veces pensamos que mientras más cosas tenemos, más felices seremos. Definitivamente, hay que tomar en cuenta que, la felicidad es una experiencia subjetiva que está asociada a sensaciones de bienestar, satisfacción y alegría, que depende de una serie de factores internos, como la actitud, las emociones y las creencias personales, pero también de circunstancias externas, como la salud, las relaciones interpersonales y una serie de aspectos de la vida.

Lamentablemente, en nuestra sociedad se suele medir la felicidad y el valor de una persona en base a las posesiones, lo que nos ha llevado a creer que necesitamos de lo material y superficial para ser felices, privándonos de vivir con satisfacción y disfrutar de lo que ya tenemos, sea salud, familia, amistades, amor propio, educación, etc.

¿Cómo podemos vivir con satisfacción?

Autocuidado

Sin duda, podemos encontrar una felicidad absoluta en nosotros mismos, ya que si nos permitimos tener el espacio y tiempo para cuidar de nuestra salud integral y todos esos factores que influyen en nuestro bienestar, podremos sentirnos satisfechos con nuestra propia vida. En efecto, el amor propio es un pilar fundamental para nuestro crecimiento y mejora continua, que nos permite día a día fortalecernos y aprender a valorar lo que para cada uno de nosotros es importante.

Aquí y ahora

Constantemente, nos dejamos influenciar por la incertidumbre y el miedo al futuro, el cual muchas veces se convierte en un elemento paralizante y que nos impide vivir cada una de las experiencias y oportunidades que nos ofrece la vida el día de hoy. Desde luego, esto también es algo que sucede mucho con el pasado, pues solemos quedarnos estancados en él sin intenciones de seguir avanzando. Personalmente, creo que toda experiencia vivida merece su análisis, pues gracias a ello podemos obtener enseñanzas; sin embargo, tenemos que aprender a pasar la página y disfrutar más el presente.

Mentalidad positiva

Sé que a veces este es un tema un tanto complicado; no obstante, tenemos que comprender que cómo percibimos la vida influye mucho en nuestra capacidad de poder sentirnos felices, ya que muchas veces solemos ver el vaso medio lleno o medio vacío, sosteniendo una mentalidad bastante polarizada. Sin lugar a duda, creo que tenemos que aprender a encontrar un punto intermedio que nos permita disfrutar la vida. Es sumamente importante tratar de adoptar una perspectiva más positiva ante las diferentes adversidades y situaciones, y tomarlas como lecciones que nos permiten lograr una mejora continua.

Agradecido

Hay que saber valorar y sentirnos agradecidos por las oportunidades y personas que nos rodean, pero también ser agradecidos con nosotros mismos, pues muchas veces nos invaden una serie de sentimientos de insuficiencia, los cuales nos llevan a cuestionar nuestro valor como personas. En efecto, debemos que aprender a reconocer lo bueno de nuestra vida y también las habilidades y fortalezas que nos hacen seres únicos y especiales.

Comparación

Creo que un factor fundamental para experimentar ese estado de satisfacción y felicidad, es que evitemos las comparaciones con los demás, por que lo único que nos generan, es frustración y que empecemos a cuestionarnos sobre nosotros y nuestra vida, repercutiendo negativamente en nuestra autoestima. Por esta razón, considero que es muy importante desarrollar el autoconocimiento, para que podamos ser más conscientes de nuestros pensamientos y emociones, y podamos gestionar mejor este tipo de circunstancias.

Al final de cuentas, la felicidad depende de uno mismo, pues nuestra manera de percibir el mundo y cómo nos enfrentamos a la vida día a día, influye indiscutiblemente en nuestras emociones, pensamientos y comportamientos y; sobre todo, nos permite vivir con mayor satisfacción, aceptarnos tal y como somos y valorar todo aquello que conforma nuestro propio mundo.

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Milenka Duarte es periodista y psicóloga por la Universidad Peruana Cayetano Heredia.