Una mala experiencia amorosa es una de las causas que frenan a una mujer a la hora de elegir a una pareja.
Una mala experiencia amorosa es una de las causas que frenan a una mujer a la hora de elegir a una pareja.
Laura Espinoza Busato

Cuando nos cruzamos con alguien que “todavía” está , solemos preguntarle indirectamente por qué o solemos asegurarle que “encontrará a su persona pronto”, tratando de hacerlo sentir mejor. Sin embargo, estas frases que parecen simples pueden construir una vergüenza individual en la persona que los recibe. Por ello, Bienestar del Diario El Comercio conversó con el psicoterapeuta humanista y especialista en salud intercultural, Humberto Briceño, “, quien nos explica sobre el sesgo negativo de la soltería.

Solemos asegurar que las personas que no tienen pareja deben estar tristes y solas, por ello están buscando activamente una, pero si no la encuentran, se cree que deben tener algo malo que les hace estar solas. El estereotipo principal es que debemos conseguir una pareja para tener todos los ingredientes de la felicidad. Si bien, estas normas se han reevaluado constantemente, investigaciones recientes aseguran que esta vergüenza sigue siendo muy fuerte.

“Hay una vergüenza de estar solteros, aunque es más la vergüenza social ante las exigencias de la sociedad de estar acompañados que asume a la pareja como un criterio para medir el éxito o para verificar si somos realmente deseables. Estas tensiones impactan sobre nosotros y nos sujetan, de ahí viene esta vergüenza”, explica Briceño.

Las mujeres solteras

Según el especialista, la carga social de la soltería está más presente en las mujeres, que viene de un pensamiento machista y conservador. En ese sentido, la soltería en las mujeres es siempre sospechosa, ya que no se ajusta a los parámetros que el status quo le da a la mujer.

“La mujer soltera e independiente es amenazante para los hombres que se sienten inseguros de sí mismos, igualmente”, agrega.

La decisión de estar solteras en muchas mujeres tiene diferentes razones, pero puede significar que quieren sanar sus procesos emocionales, es decir, estar bien consigo mismas y poder vivir una experiencia sentimental sin caer en la dependencia.

Soltería en mujeres
Soltería en mujeres

“Además, muchas mujeres huyen de su soledad, de aprender a estar consigo mismas, por las mismas ideas que se les ha impuesto de niñas sobre el éxito social y la felicidad. En terapia son cosas con las que se tiene que lidiar, ya que muchas veces no es la vida que llevan, sino las expectativas la que las hace sentir insuficientes o desafortunadas, expectativas que tienen que ver más con los cuentos de hadas y mandatos familiares, que con la realidad”, explica Briceño.

Según el libro “Los cuentos de Canterbury”, de Geoffrey Chaucer hay una palabra que adquirió mayor relevancia negativa actualmente: “Solterona”. Es una palabra que se utiliza para menospreciar a las mujeres solteras y jóvenes. Muchas de ellas tienen miedo a que si no se casan o están con una pareja van a terminar “solteronas”.

La soltería nos hace salir de nuestra zona de confort

El ser humano es un ser sociable que necesita de contacto físico y esa presión social que tiene la soltería nos puede hacer salir de nuestra .

La ansiedad y la necesidad de contacto físico, sexual nos hace descargar apps para llegar a otros solteros. Esto forma parte de la modernidad y los modos que nos ofrece de interactuar, no tiene nada de malo. Esta forma de interactuar facilita bastante la posibilidad de concretar encuentros, mientras que, por otro lado, dificulta mucho que estos se den de forma más “orgánica” y no forzada. Tiene sus pros y contras”, comenta el especialista.

Briceño finaliza mencionando que es posible vivir sanamente y feliz sin tener como único fin reproducirse, tener una relación y formar una familia. “Es importante recorrer el camino de la soledad y los placeres que nacen de aprender a disfrutarla y aprender a compartir nuestras vidas sin buscar de forma desesperada atarlas. Hay que disfrutar de nosotros mismos, a no infravalorar la amistad, la familia, hasta la compañía de nuestras mascotas. Valorar lo que tenemos y los vínculos que formamos”.

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