“Con tan solo tocar el agua antes de una competencia ya me daba un bucle de emociones”. Esas fueron las primeras palabras de Omar Dietrich, a hablar del deporte que practica desde muy pequeño: la natación.
Omar inició en este deporte en quinto de secundaria y se enfrentó en competencia a nadadores de dos a cuatro años mayores que él. Al inicio, sus entrenamientos, de tres horas por tres días a la semana, implicaban un entrenamiento físico muscular y luego natación. Luego, comenzó a entrenar una hora y media de lunes a viernes.
En su mejor momento, Omar tuvo que dejar este deporte que le apasionaba por empezar sus estudios en la universidad. Cinco años después, ha retomado este deporte entrenando una hora todos los días y siente que su estado físico ha mejorado considerablemente.
Un deporte completo
El verano es la época de talleres para los niños y adolescentes, y muchos se acercaron a la natación en ese contexto. “Hijo, tienes que aprender a nadar, es básico”, se les escuchaba decir a los padres. Sin embargo, mas que ser una habilidad básica de supervivencia, se trata de un deporte que brinda múltiples beneficios.
“Al ser un deporte aeróbico, es decir, de baja intensidad y de mayor resistencia, nuestro cuerpo obtiene grandes ventajas al nadar y casi cualquier persona puede practicar esta disciplina, ya que el riesgo de lesiones es mínimo”, comenta la doctora en medicina del deporte, María Cristina Rodríguez Gutiérrez en una entrevista con la UNAM.
Además de ser un deporte accesible, nos ayuda en nuestra salud mental y emocional, ya que mientras nadamos el oxígeno que utilizamos activa a nuestro cerebro, lo cual reduce la sensación de estrés y mejora el estado de ánimo.
Al nadar, utilizamos dos tercios de los músculos de todo nuestro cuerpo. Todo depende del estilo que se aplique al nadar, pero en general se tonifican casi todos los músculos, entre ellos los bíceps, tríceps, deltoides, glúteos, intercostales, abdminales y pectorales.
Finalmente, la natación ayuda a controlar “el peso, el metabolismo de los lípidos, los niveles de glucosa, los problemas respiratorios, la hipertensión arterial e, incluso, el asma inducido”, asegura Rodríguez Gutiérrez. Asimismo, agrega que es sumamente importante para ejercitar nuestra área cognitiva del cerebro y ayuda a mejorar nuestra velocidad mental.
Si tienes la oportunidad de iniciar a practicar este deporte, aprovéchala pues notarás rápidamente los cambios físicos y emocionales en ti.