El sistema circulatorio humano es una intrincada red de vasos sanguíneos y órganos encargados de transportar nutrientes, oxígeno, desechos y células a través del organismo. Básicamente, entre las células sanguíneas que desempeñan un papel crucial en este sistema, se encuentran las plaquetas, también denominadas como trombocitos, los cuales, a pesar de ser diminutas estructuras que representan solo una fracción de todo el volumen de la sangre, sin duda, su función es vital para mantener la salud y el bienestar general del cuerpo.
“Las plaquetas se originan en la médula ósea, el tejido esponjoso que se localiza en el interior de nuestros huesos. Cabe señalar que este órgano es el sitio de producción de varias células sanguíneas, incluidos los glóbulos blancos, los glóbulos rojos y las plaquetas. Las plaquetas son pequeños fragmentos citoplasmáticos que se forman a partir de los megacariocitos, los cuales son unas células de gran tamaño en la médula ósea que dividen sus cuerpos en pequeños trozos, dando lugar a las plaquetas que finalmente ingresan en el torrente sanguíneo. Generalmente, estas células tienen un tiempo de vida de entre 8 a 11 día una vez que están en sangre periférica, es por ello que, su producción y formación, a la cual se le conoce como trombopoyesis, es fundamental para permitir un correcto abastecimiento y evitar alguna anomalía en los niveles plaquetarios”, explicó la doctora Patricia Quevedo, hematóloga de la Clínica Ricardo Palma a Bienestar.
¿Cuál es la función de las plaquetas?
La principal función de las plaquetas es participar en la formación de coágulos sanguíneos para detener una hemorragia. Como detalló Andrés Guizado, hematólogo de la Clínica Internacional, cuando se produce una lesión en un vaso sanguíneo, las plaquetas se adhieren a la zona dañada y forman un tapón plaquetario, permitiendo así frenar la pérdida de sangre. En definitiva, este proceso denominado como hemostasia primaria, es esencial para prevenir la pérdida excesiva de sangre y favorecer la curación del área afectada.
“Mantener niveles adecuados de plaquetas en sangre es importante, ya que ayuda a prevenir hemorragias excesivas o incontroladas. En caso los niveles estén demasiado bajos, el organismo puede empezar a presentar una serie de problemas de coagulación, aumentando así el riesgo de presentar sangrados espontáneos, siendo estos potencialmente peligrosos para la salud”.
También las plaquetas son indispensables en la reparación de los tejidos comprometidos, pues una vez que han logrado tapar el área de la lesión, estas inician un proceso de reconstrucción más complejo que implica la activación de otras células y factores de coagulación, los cuales facilitan la cicatrización, además de restaurar la integridad de los tejidos dañados, refirió la hematóloga.
¿Cuáles son los valores normales de plaquetas en sangre?
El número normal se sitúa entre 150.000 y 450.000 plaquetas por microlitro de sangre. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos valores pueden variar, es decir, presentarse niveles altos y bajos de plaquetas. Por un lado, cuando están por encima de estas cifras, se denomina trombocitosis, y puede estar causada por diversas condiciones, como infecciones, anemia, enfermedades inflamatorias, cáncer, entre otras, mientras que, al número reducido de plaquetas, se le conoce como trombocitopenia.
“Las complicaciones asociadas con niveles anormales de plaquetas incluyen: hemorragias internas o externas. Por ejemplo, si una persona sufre un accidente, esta puede experimentar una hemorragia severa y si el nivel de plaquetas es muy bajo, podría sangrar de manera espontánea, a nivel digestivo, urinario o cerebral. Por otro lado, los niveles elevados de plaquetas pueden aumentar el riesgo de formación de coágulos sanguíneos, es decir, una trombosis, lo que puede derivar en problemas graves, como un ataque cardíaco, accidente cerebrovascular, embolia pulmonar o trombosis venosa profunda”, destacó el doctor Guizado.
¿Cuáles son las causas comunes de niveles bajos de plaquetas?
Las causas más comunes de los niveles bajos de plaquetas son: por un defecto en la producción de estas células sanguíneas en la médula espinal, por lo que cualquier enfermedad que afecte a este órgano puede conducir a la trombocitopenia, como la leucemia, la aplasia medular y el síndrome mielodisplásico, señaló la especialista de la Clínica Ricardo Palma,
Asimismo, algunas condiciones pueden provocar una destrucción acelerada de las plaquetas en la sangre, como la púrpura trombocitopénica idiopática (PTI), donde el sistema inmunológico ataca y destruye las plaquetas. También se puede originar por la deficiencia de vitamina B12 y ácido fólico, al igual que, por algunos medicamentos que pueden ocasionar trombocitopenia como efecto secundario, ya sean antibióticos, diuréticos y anticonvulsivos.
“Algunos trastornos autoinmunitarios, como el lupus eritematoso sistémico, genera que, el organismo ataque sus propias células, incluidas las plaquetas, lo que puede traer consigo una trombocitopenia. Además, ciertas infecciones virales pueden provocar una disminución en la producción de plaquetas o una destrucción excesiva de las mismas”.
¿Qué síntomas pueden indicar niveles bajos de plaquetas en el organismo?
De acuerdo con Patricia Quevedo, los niveles bajos de plaquetas o la trombocitopenia pueden provocar una serie de síntomas, los cuales pueden variar según la gravedad de la condición. No obstante, entre los signos más comunes se encuentran:
- Sangrado: Puede ocurrir un sangrado prolongado tras cortes o lesiones menores, así como hemorragias en las encías o la nariz.
- Sangrado gastrointestinal: Se puede presentar como sangre en las heces o acompañado de vómito.
- Sangrado menstrual abundante: Durante el período de las mujeres, el sangrado puede tornarse más intenso y prolongado.
- Petequia: Son diminutos puntos o manchas rojas o moradas en la piel, las cuales son causadas por hemorragias pequeñas bajo la dermis.
- Hematomas: Moretones que aparecen sin haber experimentado ningún trauma previo.
¿Cómo se realiza el diagnóstico de la trombocitopenia?
En primer lugar, para poder diagnosticar niveles bajos de plaquetas, se le solicita al paciente un hemograma completo, el cual permite establecer la cantidad de glóbulos rojos y blanco, plaquetas y hemoglobina en sangre. Igualmente, se debe realizar un frotis de lámina periférica que ayuda al conteo real de plaquetas, pues en ocasiones puede presentarse una pseudo trombocitopenia, dado que estas células pueden estar aglomeradas, lo que dificulta poder determinar el número exacto de plaquetas.
“También puede llevarse a cabo el aspirado de médula ósea; sin embargo, este procedimiento se reserva únicamente para ciertos casos y depende mucho del cuadro clínico. Por ejemplo, si se sospecha que el paciente puede tener una patología neoplásica, una aplasia medular o incluso leucemia”, indicó la hematóloga.
¿Cuáles son los tratamientos para aumentar las plaquetas?
Los tratamientos van a depender exclusivamente de la etiología. Por ejemplo, si una persona padece de una trombocitopenia severa en la que la causa no es inmune, sino más bien se sospecha de una posible aplasia medular, una leucemia o una infección en la que las plaquetas está por debajo de 20.000, sin lugar a duda, en estos casos se indica una transfusión de plaquetas. En cambio, si es una trombocitopenia inmune, se suele recomendar el uso de corticoides o incluso inmunoglobulina. Si es por deficiencia de vitamina B12 y ácido fólico, el tratamiento será principalmente con suplementos médicos y/o ampollas de estos micronutrientes.
“La vitamina B12 y el ácido fólico son dos nutrientes importantes que juegan un papel crucial en la producción de células sanguíneas, incluidas las plaquetas. Por un lado, la B12 es esencial para la formación de glóbulos rojos y plaquetas en la médula ósea, por lo que su deficiencia puede provocar anemia e impactar en la producción de los trombocitos. Por esta razón, es vital consumir alimentos ricos en esta vitamina, como carnes magras, pescado, lácteos, huevos, cereales fortificados, etc. Mientras que, el ácido fólico es necesario para la síntesis del ADN y ARN y la elaboración de las plaquetas. Por consiguiente, se debe ingerir fuentes alimenticias de este nutriente incluyendo: verduras de hoja verde oscura, legumbres, frutos secos, naranjas, entre otros”, precisó Andrés Guizado.
¿Los cambios en el estilo de vida puedan ayudar a aumentar las plaquetas de forma natural?
Además, de priorizar ciertos alimentos ricos en vitamina B12 y ácido fólico, como recalcó el hematólogo de la Clínica Internacional, en general, es fundamental llevar una alimentación balanceada. Asimismo, es importante mantenerse activo y realizar ejercicio de forma regular, pues esto puede mejorar la circulación sanguínea y la salud integral, lo que, a su vez puede contribuir a niveles saludables de plaquetas.
“El consumo excesivo de alcohol puede repercutir negativamente en la producción de plaquetas, motivo por el cual, es sustancial limitar su consumo o evitarlo por completo. De igual modo, es importante tener en cuenta que, al intentar aumentar las plaquetas de forma natural, es relevante siempre consultar previamente con un profesional de la salud para evitar interacciones con otros medicamentos o posibles efectos secundarios. Desde luego, es clave buscar ayuda médica si los niveles de plaquetas no incrementan con cambios en el estilo de vida o la dieta, así como si se presentan signos de alerta como sangrados espontáneos. Definitivamente, no podemos olvidar que, en primera instancia es primordial comprender, por qué los niveles de plaquetas son bajos, logrando así identificar la causa, con el fin de determinar el tratamiento más oportuno para cada caso”.
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