Durante la temporada de verano las personas suelen disfrutar de jornadas prolongadas al aire libre, por lo que están permanentemente expuestos a los altos niveles de radiación solar. Si bien es cierto, el sol provee múltiples beneficios, también puede ser muy perjudicial para la salud, puesto que produce daño y destrucción de las células que conforman la piel, causando posibles melanomas. Sin embargo, para evitar la aparición de esta enfermedad, es fundamental realizar un examen exhaustivo de los lunares, ya que son el mejor indicador para la detección de aquellas alteraciones que originan el cáncer de piel.
En definitiva, es clave el papel que cumplen los lunares para realizar diagnósticos oncológicos. Por este motivo, cada primer domingo de febrero se conmemora el Día del Lunar, fecha en la que se busca crear consciencia en la población sobre la prevención del riesgo del cáncer cutáneo, su evidente relación con los lunares y la sobreexposición al sol y destacar la importancia de una detección temprana.
¿Qué son los lunares?
Según explicó el doctor Carlos Sordo, dermatólogo de la Clínica Ricardo Palma a Bienestar de El Comercio, estos son células nerviosas o melanocitos modificados que provienen del sistema nervioso central y migran hacia la piel, adoptando diferentes formas, colores y características. Asimismo, son los que producen la melanina, el pigmento natural que proporciona el color a la piel.
Gracias a diversos estudios estadísticos se ha determinado que, antes de los 40 años es normal que aparezcan nuevos lunares, ya que después existe un mayor riesgo de que estos se tornen en cáncer. No obstante, en ocasiones los lunares pueden sufrir modificaciones a edades tempranas, y básicamente, se debe a dos factores. Por un lado, la carga genética; es decir, si la persona cuenta con antecedentes de cáncer de piel; y el otro aspecto está relacionado con la exposición a la radiación solar que puede condicionar varios tipos de esta enfermedad, en especial el melanoma, destacó el especialista.
¿Cuáles son los tipos de cáncer de piel?
Probablemente, el cáncer de piel pueda ser considerado como un enemigo silencioso de la salud, ya que muchas veces no le prestamos la atención que merece, pese a que es una afección bastante común. Por esta razón, es importante conocer cómo es la clasificación de la misma. Como refirió el dermatólogo, por un lado, está el cáncer de piel tipo no-melanoma, el cual está conformado por el carcinoma basocelular que se origina a partir de las células basales y el carcinoma espinocelular, que surge de los queratinocitos. A pesar que son malignos, es poco probable que se extiendan a otras partes del cuerpo. Mientras que, el segundo grupo denominado de tipo melanoma, en definitiva, es el más agresivo y potencialmente letal de los tumores cutáneos malignos.
¿Cómo prevenir el cáncer de piel por medio de un examen de los lunares?
Como destacó Sordo, es clave observar si surgen nuevos lunares o los que ya tenemos empiezan a presentar alteraciones, ya que en ambos casos si la detección se realiza a tiempo, es posible recibir la ayuda necesaria, y en caso de melanoma, inclusive salvar la vida de la persona.
Por esta razón, el médico mencionó la importancia de el uso de la nemotecnia denominada ABCDE, la cual permite identificar cualquier modificación en los lunares.
A de asimetría: si dividimos imaginariamente un lunar por la mitad, ambos lados deben ser simétricos, pero si alguna de las partes se torna deforme, este es un criterio de sospecha de un posible melanoma.
B de borde: estos deben ser precisos y delimitados, en caso se presenten difusos o existan alteraciones debe ser evaluado.
C de color: debe ser de un color marrón uniforme. Sin embargo, si tiene más de dos tonalidades o si está perdiendo color en alguna parte, este puede ser un signo de alerta.
D de diámetro: si un lunar es mayor de 6 milímetros es más susceptible a desarrollar un cáncer.
E de evolución: cuando el lunar presenta alteraciones tales como, sangrado, picazón, crecimiento o algún tipo de modificación, es fundamental que sea observado por un especialista.
Esta técnica es muy útil porque permite realizar un autoexamen, ya que se pueden detectar posibles alternaciones en los lunares. En caso algo llame la atención, es importante acudir al médico, quien ante la sospecha de un melanoma realizará una biopsia para estudiar la lesión y determinar si en efecto, se trata de un cáncer.
5 mitos sobre los lunares
El médico dermatólogo aclaró algunos mitos sobre los lunares para que al momento de realizar el autoexamen no haya ningún tipo de confusión o duda con respecto al tema:
1. Cuando un lunar aparece en la palma de la mano o en la planta del pie no hay que preocuparse
Los lunares localizados en estas zonas generalmente corresponden al tipo denominado Nevus Juntural o de Unión. Tienden a crecer más y pueden malignizarse. Es importante evaluarlos y ante la presencia de cambios acudir al dermatólogo para examinarlo y de ser necesario realizar una biopsia o indicar su extirpación.
2. Cuando un lunar crece es maligno
Los lunares pueden aparecer en la infancia y crecer proporcionalmente durante el desarrollo de la persona y en la adultez. En el caso de la mujer, esto puede deberse a estímulos hormonales como el embarazo. Sin embargo, cualquier cambio en los lunares debe ser evaluado y si aparecen después de los 40 años con mayor razón.
3. Si me hago una herida en un lunar se vuelve maligno
Los traumatismos punzo cortantes pueden lesionar la piel y, por ende, a los lunares que se encuentren en ella alterando su morfología. En estos casos, acudir al dermatólogo para evitar riesgo de infecciones y para que determine si existen cambios en el lunar relacionados con la herida.
4. Los lunares con pelos son peligrosos
Los lunares pilosos pueden ser congénitos y adquiridos, siendo los congénitos más grandes. Cuanto más grande es el lunar, mayor es la cantidad de células que posee y la posibilidad de alterarse.
5. Si me pongo protector solar, puedo estar expuesto todo al día al sol y no voy a tener problemas con mi piel
El fotoprotector ayuda a prevenir el daño solar, pero la radiación igual penetra en la piel, aunque en menor proporción. A mayor exposición, mayor daño. En la medida de lo posible es mejor evitar la sobreexposición solar, caminar por la sombra, utilizar ropa, lentes y sombreros adecuados para protegerse de los efectos nocivos de los rayos ultravioleta.
Finalmente, Sordo recalcó que, en caso se practique la técnica del ABCDE y se observe algún tipo de anomalía en sus lunares, inmediatamente es importante acudir a un dermatólogo para que realice el diagnóstico y si es necesario, un tratamiento.