El retraso en la maternidad se ha convertido en una tendencia creciente en la sociedad contemporánea, influenciada por una variedad de factores sociales, culturales, económicos y personales. Sin duda, hoy en día, muchas mujeres están priorizando el logro de sus metas educativas y profesionales, al igual que, el poder alcanzar una estabilidad e independencia financiera, motivo por que están postergando el tener hijos hasta bien entrada la treintena.
Sin embargo, este cambio en la dinámica social ha despertado una serie de preocupaciones y preguntas en torno a la fertilidad después de los 30 años, pues mucho se habla acerca del reloj biológico, el cual hace referencia a la capacidad reproductiva limitada que las mujeres experimentan a medida que envejecen. Si bien es cierto, las posibilidades de concebir naturalmente pueden disminuir con la edad, es importante tener en cuenta que, existen opciones disponibles para aquellas personas que desean ser madres en un futuro.
¿Qué factores pueden afectar la fertilidad de una mujer después de los 30 años?
Después de los 30 años, el cuerpo de la mujer experimenta una serie de cambios fisiológicos que pueden repercutir en su fertilidad, como la disminución de la cantidad y la calidad de los óvulos, alteraciones en la función ovulatoria, así como cambios hormonales, los cuales pueden afectar la regularidad del ciclo menstrual y la función reproductiva en general. De igual modo, con el envejecimiento, las mujeres pueden tener un mayor riesgo de desarrollar condiciones médicas que impactan en la fertilidad, como endometriosis, fibromas uterinos o enfermedad pélvica inflamatoria, explicó Urso Rodríguez, ginecólogo obstetra y especialista en fertilidad de Niu Vida, Centro de Reproducción Asistida a Bienestar.
“Uno de los principales factores que influyen en la fertilidad de una mujer es la baja cantidad de óvulos en los ovarios, pero también hay otras condiciones que pueden traer consigo problemas para concebir, entre las cuales se destacan: la obstrucción bilateral de las trompas uterinas (ocasionada generalmente por infecciones de transmisión sexual no tratadas o abordadas de forma inadecuada), la presencia de cicatrices, pólipos o miomas en el útero de la mujer y las enfermedades endocrinas, como hipotiroidismo, hiperprolactinemia o síndrome de ovario poliquístico”, recalcó Milton Mestanza, ginecólogo especialista en fertilidad de la Clínica Internacional.
Igualmente, como señaló Rodríguez, el estilo de vida de una persona también puede ser un aspecto determinante en la fertilidad, pues mantener hábitos alimenticios poco saludables, la falta de ejercicio o el estrés crónico pueden reducir significativamente la calidad de los óvulos y afectar la ovulación.
¿Cómo cambia la reserva ovárica después de los 30 años?
Las mujeres pierden aproximadamente 1.000 óvulos por mes desde que nacen. Por esta razón, como precisó el experto de la Clínica Internacional, después de los 30 años de edad –especialmente a partir de los 35– quedan pocos óvulos en la reserva ovárica, por lo que estos suelen ser de mala calidad, y este declive se vuelve aún más pronunciado a los 40 años. Las mujeres producen sus mejores óvulos entre los 20 y 30 años.
“A partir de los 35 años, el ovario comienza a sufrir una serie de cambios estructurales con la propia edad, por lo que conforme pasan los años se va deteriorando en un 10%. Actualmente, está demostrado que, si una paciente por debajo de los 35 años se somete a un tratamiento de fertilidad para lograr el embarazo en un futuro, la tasa de éxito ronda el 50% o 60%. Una vez que supera esta edad, sus posibilidades se reducen al 40% o menos. Es esencial que las mujeres que están considerando la fertilidad, o planeando someterse a tratamientos de fertilidad, se realicen una prueba de la hormona antimülleriana, que evalúa la reserva ovárica, además de complementarlo con una ecografía tomada dentro de los tres primeros días de la menstruación, permitiendo así determinar la calidad y cantidad ovular”, destacó el ginecólogo obstetra.
¿Cuáles son los mitos más comunes sobre la fertilidad después de los 30 años?
Actualmente, existen una variedad de creencias en torno a la fertilidad, las cuales necesitan ser desmitificadas, con la finalidad de que las mujeres puedan tomar decisiones informadas sobre su salud reproductiva y busquen el apoyo adecuado si desean concebir después de los 30 años.
Por esta razón, Milton Mestanza mencionó algunos de los mitos más comunes sobre la fertilidad:
- La menstruación es sinónimo de fertilidad: Hay muchas mujeres que tienen ciclos regulares, pero que no son fértiles, puesto que tienen problemas de baja reserva de óvulos o trompas obstruidas. Por lo tanto, la menstruación regular no es sinónimo de fertilidad.
- Los anticonceptivos causan infertilidad después de dejar de usarlos: Los anticonceptivos evitan un embarazo mientras la mujer los usa; sin embargo, si después de dejar de usarlos la mujer no se embaraza, no es una consecuencia del uso de anticonceptivos, sino de otras causas como la poca cantidad de óvulos en los ovarios.
- La infertilidad es solo un problema de las mujeres: Diversos estudios señalan que, el hombre es responsable del 40% de los casos de infertilidad. La calidad del esperma también puede disminuir con la edad. Por esta razón, tanto la salud reproductiva de la mujer como la del hombre juegan un papel crucial en la fertilidad.
¿Cuáles son los métodos para mantener la fertilidad después de los 30 años?
De acuerdo con el especialista en fertilidad de Niu Vida, gracias al avance de la ciencia existen diferentes métodos que pueden ayudar a las mujeres a alcanzar el sueño de ser madres y contar con una salud reproductiva plena, entre los que destacan:
- Donación de gametos: Es un tratamiento de reproducción asistida en la que el gameto femenino es aportado por una mujer distinta de la que recibirá el embrión o el gameto masculino (muestra seminal), donado por un hombre diferente del que fecundará el embrión de la pareja. Esta alternativa es una de las más exitosas, ya que permite lograr el embarazo en mujeres con otro tipo de tratamientos.
- Vitrificación de óvulos: Este método es uno de los más conocidas y consiste en la congelación ultra rápida de los ovocitos. El proceso dura unas dos semanas aproximadamente y se basa en una estimulación ovárica mediante una medicación insertada en el vientre de 10 a 12 días. Luego se procede a sustraer los óvulos para pasar a ser vitrificados posteriormente.
- Criopreservación de tejido ovárico: También conocido como almacenamiento de tejido ovárico. Puede ser útil para mujeres que quieren tener hijos tras someterse a un tratamiento que puede causar esterilidad, como, por ejemplo, los tratamientos del cáncer.
- Cultivo de embriones: Este procedimiento se da inicio una vez de haberse realizado la fecundación in vitro. Tienen que estar en un ambiente lo más semejante posible al que ocurre en el tracto uterino. Tiene una duración de cuatro a cinco días de desarrollo para que finalmente sea transferido a la paciente.
- Transferencia de embriones desvitrificados: Es una interesante alternativa de tratamiento durante los ciclos de fertilización in vitro. Debe efectuarse durante el período de receptividad endometrial óptimo. Para ello, se desarrolla una estimulación hormonal, monitoreada por una ecografía para lograr la sincronización del crecimiento endometrial y la transferencia de embriones desvitrificados(descongelados) para su implantación.
“En efecto, estas opciones de tratamientos son muy variables según cada caso, razón por la cual, es indispensable realizar una serie de evaluaciones previas que permitan determinar cuál es el método más idóneo. Definitivamente, estas alternativas para mantener la fertilidad es un tema de suma importancia, en especial, para todas las pacientes que desean posponer la maternidad, puesto que es necesario que sus óvulos permanezcan jóvenes a pesar del paso del tiempo y así puedan someterse sin problemas a un proceso de gestación en el futuro. Por lo tanto, si una mujer está planeando embarazarse después de los 35 años, lo más recomendable es que congele sus óvulos entre los 30 y 35 años para mejorar sus probabilidades de concepción”.
Algunas recomendaciones
Desde luego, es fundamental que las mujeres que están considerando retrasar la maternidad hasta después de los 30 años, se sometan a revisiones médicas regulares, con el fin de mantener una buena salud reproductiva. Por este motivo, es imprescindible acudir con un ginecólogo, sobre todo, si se presentan descensos, procesos infecciosos, enfermedad inflamatoria pélvica o alguna otra condición, dado que podrían causar infertilidad. Asimismo, es importante realizarse anualmente una prueba de Papanicolaou, la cual permita descartar una lesión en el cuello uterino, indicó Urso Rodríguez.
“Por lo general, algunas parejas suelen manifestar que tienen problemas para concebir, pero muchas veces no lo logran porque no lo realizan en el momento adecuado. En concreto, las relaciones sexuales tienen que darse siempre en el día ovulatorio, es decir, si son ciclos de 28 a 30 días, es vital llevarlas a cabo en la mitad del mismo, aproximadamente entre los días 13 y 15. Esto deben intentarlo durante un año antes de ir con el especialista en fertilidad; no obstante, este período se reduce a seis meses cuando una mujer de 30 años o más está buscando quedar embarazada de forma espontánea y aún no lo consigue, por lo en este tipo de casos debería asumirse que existe un problema de fertilidad, el cual requiere de un tratamiento específico”.
Por su parte, como recomendó el doctor de la Clínica Internacional, es esencial mantener un estilo de vida saludable, en otras palabras, llevar una alimentación balanceada y realizar con regularidad una actividad física. De igual forma, es sustancial buscar asesoramiento médico si se tienen dudas sobre la fertilidad, así como considerar la preservación de óvulos e informarse sobre los riesgos y posibilidades de la concepción a una edad más avanzada.
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