La freidora de aire se ha convertido en uno de los electrodomésticos con mayor presencia en la cocina de miles de hogares en el mundo; no obstante, su uso desmesurado puede traer consecuencias en la salud.
La freidora de aire se ha convertido en uno de los electrodomésticos con mayor presencia en la cocina de miles de hogares en el mundo; no obstante, su uso desmesurado puede traer consecuencias en la salud.
Milenka Duarte

Definitivamente, no conozco otro que haya causado tanta sensación en el siglo XXI como la . Sin duda, se ha convertido en el perfecto aliado en miles de cocinas alrededor del mundo, pues es una opción ideal para todas aquellas personas que no cuentan con el tiempo suficiente para o tal vez no son tan hábiles en el arte culinario. Gracias a su particular practicidad, cuenta con una capacidad infinita, puesto que podemos realizar desde unas deliciosas papas fritas hasta nuestro postre favorito.

No cabe duda, que su popularidad se debe a su cocción libre de aceite, además de haber calado en la mente del consumidor como la mejor alternativa de ahorro y salud. Es por esta razón, que en plataformas como , o , no hay persona que no haya compartido las bondades y maravillas de este aparato de moda. Igualmente, la gran mayoría de marcas en el mercado han apostado por sacar como mínimo un modelo de freidora de aire, por lo que existe para todos los gustos, necesidades y bolsillos.

¿Cómo funciona la freidora de aire?

Según explica la marca Oster en su portal web, esta freidora hace que el aire caliente circule a una velocidad ultra rápida por el interior del equipo, cocinando los alimentos y produciendo una capa crujiente utilizando un 99.5% menos de aceite. En definitiva, con esta tecnología lo que se busca es recrear la textura de los alimentos fritos, pero sin grasa.

Cabe señalar que, una de las principales atracciones de este aparato es su consumo eléctrico, aunque varía según su tamaño, potencia y precio, básicamente oscila entre 700 w hasta 2000 w a diferencia de un horno eléctrico convencional, el cual emplea de 2000 a 5000 watts. En otras palabras, calienta un espacio mucho más reducido a una potencia muy alta, haciendo que sea bastante más rápido y suponiendo un ahorro económico en el hogar.

Los expertos refieren que, cocinar todos los alimentos con la freidora de aire puede generar acrilamida, una sustancia química con la que se produce papel, tintes y plásticos. Además de desarrollar algún tipo de cáncer. (Foto: iStock)
Los expertos refieren que, cocinar todos los alimentos con la freidora de aire puede generar acrilamida, una sustancia química con la que se produce papel, tintes y plásticos. Además de desarrollar algún tipo de cáncer. (Foto: iStock)

¿Cuál es el impacto de la freidora de aire en la salud?

En efecto, al no emplear aceite o en el caso de alimentos no grasos, basta con rociar con un spray, las calorías que consumimos son sustancialmente inferiores, por ende, es más saludable que freír de la forma convencional. Además, si se utiliza esta tecnología de forma sabia, podemos obtener alimentos muy sanos: “una cosa que ofrece una freidora de aire es una forma eficiente de cocinar alimentos. También usa mucha menos grasa que los alimentos fritos, lo que es un beneficio obvio para la salud”, señala Rachel Ward, médico de cabecera de Woodlands Medical Center al medio digital Computer Hoy.

Si bien es cierto, es una alternativa excelente para sacarnos de apuros y es imposible negar que solemos usarla más de lo que nos gustaría admitir; no obstante, cocinar frecuentemente con este electrodoméstico puede suponer algunos riesgos para la salud. Como explica la Organización de Consumidores y Usuarios, cocinar todos los alimentos con la freidora de aire puede generar acrilamida, un compuesto que se forma en los alimentos ricos en almidones durante la cocción a una alta temperatura.

La temida acrilamida

Esta sustancia fue descubierta en el 2002 por unos investigadores suecos, quienes destacaron su potencial cancerígeno y neurotóxico. Específicamente, esta se forma durante la cocción mediante lo que se conoce como la reacción de Maillard, la cual se produce entre un aminoácido y un azúcar. Básicamente, su formación inicia a temperaturas de 120°C y alcanza su punto máximo entre los 160° C y 180° C, refiere Laura García, en el blog Food, Health, Plants and Books.

Por su parte, el Instituto Nacional de Cáncer explica que, la acrilamida compone otra sustancia química llamada glicidamida que es genotóxica, es decir, puede causar daños en el ADN. Igualmente, destaca que alimentos, como las papas fritas y sus derivados, las galletas, el pan y los cereales pueden contener esta sustancia, razón por la cual es recomendable cocinarlas a bajas temperaturas.

Es importante tener en cuenta que, este componente puede generarse ya sea al freír, asar y hornear, más allá del aparato que se emplee, por este motivo, el punto a favor de la freidora de aire, es que además de no necesitar aceite, también permite un mejor control de la temperatura, pues reduce la cantidad de grasas oxidadas que vamos a consumir y los niveles de acrilamida; sin embargo, es fundamental que jamás abusemos de su uso y siempre intercalemos con diversas alternativas.

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