Sin lugar a duda, el campo de la salud es un universo infinito, que gracias a la ciencia día a día se logran nuevos hallazgos en cuanto a tratamiento y diagnóstico. Sin embargo, la difusión de los temas en salud a la población es bastante selectiva, puesto que en ocasiones la falta de información que manejamos puede hacer que caigamos en la ignorancia y que no seamos capaces de identificar los síntomas y signos de una afección. En definitiva, esto dificulta la prevención de padecer de una enfermedad, la cual repercute negativamente en la salud y calidad de vida. Por ejemplo, sabías que ¿es posible sufrir de un infarto ocular?
Para ser muy sincera, cuando me enteré de la existencia de este síndrome, definitivamente llamó mi atención, puesto que nunca había oído hablar sobre ello. Sin embargo, como expresa la oftalmóloga Verónica Talavera, de la Clínica Ricardo Palma, el infarto ocular existe y es más frecuente de lo que uno cree.
¿Qué es el infarto ocular?
Como refiere la especialista, este se produce cuando un coágulo o embolo se desprende de las cavidades del corazón y se desplaza a través del torrente sanguíneo hasta la arteria oftálmica. Por ende, este embolo impide en forma total o parcial el paso de la sangre a la retina, ocasionando una obstrucción en la arteria central de la misma.
Cabe señalar que, las venas y arterias oculares al ser más estrechas, existe un mayor riesgo de taponamiento, motivo por el cual, se produce una pérdida de la vista de manera súbita, que en ocasiones puede no producir dolor.
Asimismo, entre sus síntomas más frecuentes pueden encontrarse la visualización de manchas o especie de arañas que se mueven por doquier y disminución de la visión, puesto que únicamente se ve la mitad del campo visual. De igual manera, existe un dolor de cabeza intenso con alteraciones en la vista, enrojecimiento de los ojos, así como fotofobia o hemorragias oculares sin motivo aparente, inflamación del globo ocular y desprendimiento de retina, explica Talavera.
¿Cuáles son las consecuencias del infarto ocular?
Según la oftalmóloga, las enfermedades cardiovasculares como la hipertensión y la arteriosclerosis son una de las principales causas de esta patología. No obstante, no son las únicas que debemos tomar en cuenta, ya que también indicen en la aparición de los infartos oculares, otras afecciones inflamatorias, los problemas de coagulación y la presión intraocular alta, dado que se comprimen las venas por la tensión constante.
¿Qué tipos de infarto ocular existen?
En efecto, existen tres tipos de esta patología, en primer lugar, está la obstrucción de la arteria central de la retina, el cual es catalogado como el más grave, ya que afecta a la arteria principal que es la encargada de suministrarle los nutrientes necesarios a la retina. Seguido de, la trombosis de la vena central de la retina, en este caso se produce una obstrucción parcial o total en algunas de las venas de la retina, impidiendo así el drenaje vascular. El trombo dilata las venas de la retina y favorece la aparición de hemorragias retinianas, así como de edema macular.
Finalmente, la neuropatía óptica isquémica, es cuando se produce un infarto del nervio óptico a nivel de su entrada en el globo ocular y se presenta una pérdida de visión difusa en la parte superior o inferior del campo visual, señala la doctora.
¿Cómo prevenir un infarto ocular?
La prevención de esta afección depende del control del riesgo cardiovascular, pues como manifiesta Talavera, en algunos casos la tendencia a sufrir de este tipo de problemas es mayor, ya que existe una mayor predisposición genética.
Por esta razón, afirma que con ciertos cuidados podemos disminuir el riesgo de sufrir de una emergencia oftalmológica, siempre y cuando procuremos llevar un estilo de vida saludable, seguir una dieta balanceada, realizar ejercicio de forma regular y evitar el tabaquismo.
De igual manera, es importante acudir donde el médico en caso de que el paciente presente pérdida de vista de forma repentina, con el fin de que pueda recibir un tratamiento adecuado y recuperar en medida de lo posible la visión.
Por último, la especialista destaca que, el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular se incrementa después de experimentar un infarto en el ojo. Por este motivo, es fundamental la prevención y la ayuda inmediata, dado que las consecuencias de esta patología pueden ser graves e irreversibles.