Imaginémonos que, después de un día lleno de sonrisas y ternura, nuestro bebé empieza a llorar de manera inconsolable y sin razón aparente, por lo que, como padres, tratamos de hacer hasta lo imposible por consolarlo, ya sea alimentándolo, cargándolo, usando el chupón, dándole pequeñas palmadas en la espalda, etc. Sin embargo, tras varios intentos y diferentes métodos, no logramos nuestro objetivo y, al contrario, empezamos a sentirnos impotentes, frustrados, estresados e incluso culpables, ya que no sabemos cómo ayudarlo a calmarse.
Sin duda, esta es una realidad que viven muchos padres de recién nacidos, sobre todo, aquellos que son primerizos, pues en ocasiones la falta de información y experiencia, pueden suponerles un mayor desafío para poder identificar la causa de dicha reacción. En definitiva, una de las más comunes suele ser los cólicos del lactante, los cuales, aunque generalmente no indican un problema de salud grave, sí pueden ser difíciles de manejar, puesto que son episodios prolongados en los que un bebé llora sin cesar, a pesar de estar bien alimentado, cambiado y en un ambiente cómodo.
“Los cólicos en los bebés es una condición bastante común que aparece alrededor de las dos semanas de vida y pueden durar hasta los tres o cuatro meses de edad. Básicamente, estos episodios de malestar a menudo siguen un patrón diario, apareciendo en la tarde o en la noche con una duración de varios minutos o incluso horas. De acuerdo con diversos estudios, estos afectan a aproximadamente del 20% al 40% de los neonatos y se manifiestan mediante síntomas, tales como llanto intenso y prolongado, flexión de piernas hacia el abdomen, cara enrojecida, puños apretados, gases y eructos frecuentes, por lo que para los padres puede ser bastante difícil calmar al bebé”, explicó el doctor Rómulo Puga, pediatra de la Clínica Internacional a Hogar y Familia.
¿Cuáles son las posibles causas de los cólicos del lactante?
De acuerdo con el pediatra, las causas de los cólicos pueden ser:
- Tracto gastrointestinal inmaduro: El sistema digestivo de los bebés está aún en desarrollo, lo que puede causarles incomodidad y dolor mientras digieren la leche o fórmula.
- Alergias alimentarias: Aunque es menos común, algunos bebés pueden tener alergias a ciertos componentes de la leche materna o fórmula, como las proteínas, siendo una de las más comunes la alergia a las proteínas de la leche de vaca (APLV), lo que puede causar malestar abdominal.
- Gas o aire tragado: Los bebés a menudo succionan aire mientras se alimentan o lloran, lo que puede llevar a la acumulación de gas en el estómago o los intestinos, ocasionando así dolor y cólicos.
- Sensibilidad o intolerancia a ciertos alimentos: Algunos bebés pueden tener una sensibilidad o intolerancia a ciertos componentes de la leche materna (si la madre consume productos lácteos, por ejemplo) o a las proteínas de la fórmula infantil.
- Reflujo gastroesofágico (RGE): El reflujo ácido, donde el contenido del estómago regresa al esófago, puede causar irritación y dolor en el bebé, contribuyendo a los cólicos.
- Sobreestimulación: Los bebés pueden sentirse abrumados por un exceso de estímulos (luces, sonidos, movimiento), lo que puede provocarles estrés y llanto.
- Desequilibrio en las bacterias intestinales: Un desequilibrio en la microbiota intestinal del bebé puede contribuir a la formación de gases y malestar.
- Factores emocionales y psicológicos: Los cólicos pueden ser una manera en que los bebés liberan tensión o estrés acumulado. La falta de una rutina estable y la ansiedad de los padres también pueden influir.
“Asimismo, es importante tener en cuenta que, hay ciertos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de que un bebé sufra de cólicos. Por ejemplo, está condición suele estar relacionada con los bebés prematuros, dado que pueden tener un sistema digestivo aún más inmaduro, lo que incrementa la incidencia de padecerlos. De igual modo, la dieta de la madre durante la lactancia puede influir en el bebé, en especial, si consume en exceso alimentos procesados y ultraprocesados, como frituras, comida chatarra, bebidas gasificadas, entre otros. También la exposición al humo del tabaco antes o después del nacimiento se ha asociado con un mayor riesgo de cólicos. Además, a veces la mamá puede cometer el error de darle de lactar e inmediatamente después acostarlo; sin embargo, para impedir que se produzcan los cólicos es necesario cargarlo y masajearlo para que libere los gases”, señaló Frezzia Grandez, pediatra y vocera de Una Vida por Dakota.
¿Los bebés alimentados con fórmula son más propensos a sufrir de cólicos que aquellos que son amamantados?
En efecto, es más frecuente que los bebes que reciben leches maternizadas sean más propensos a sufrir de cólicos, ya que las fórmulas suelen ser más difíciles de digerir para algunos bebes y pueden causarles gases y molestias intestinales. Además, a veces con el biberón tienden a tragar más aire durante la alimentación, lo que también contribuye a este malestar. En cambio, como destacó la especialista, la leche materna contiene una serie de enzimas que ayudan a la digestión y proteínas que son más suaves para el sistema digestivo inmaduro de un bebé.
“No obstante, cabe mencionar que, en la actualidad hay algunas fórmulas que son especiales para evitar el cólico, puesto que contienen probióticos, los cuales favorecen a una mejor digestión”.
¿Qué cambios dietéticos pueden hacer las madres lactantes para reducir los cólicos en sus bebés?
Los cólicos del lactante son un problema que puede causar un gran malestar tanto para el bebé como para los padres; sin embargo, como refirió el doctor de la Clínica Internacional, realizar los siguientes cambios en la dieta de la madre lactante puede ayudar a reducir los síntomas en el bebé:
- Mantener una dieta equilibrada y saludable: Asegurarse de que la dieta sea nutritiva y equilibrada, evitando los alimentos procesados y con alto contenido de azúcar, que pueden afectar la digestión.
- Reducir alimentos que causan gases: Alimentos, como las menestras, brócoli, coliflor, repollo, cebolla y pimientos pueden causar gases en la madre, lo que puede pasar al bebé a través de la leche materna.
- Evitar alimentos picantes: Los alimentos muy condimentados o picantes pueden afectar la leche materna y causar molestias en algunos bebés.
- Limitar la cafeína: La cafeína en el café, té, refrescos y chocolate puede pasar a la leche materna y puede afectar al bebé, causando irritabilidad o problemas para dormir.
- Reducir los alimentos ácidos: Los alimentos ácidos, como los cítricos, tomates y productos de tomate pueden desencadenar molestias en algunos bebés.
- Eliminar alimentos con alto contenido de alérgenos: Algunos bebés pueden ser sensibles a alimentos, tales como los frutos secos, huevos, soja, trigo o mariscos. Intentar eliminar estos alimentos uno por uno puede ayudar a identificar posibles sensibilidades.
- En algunos casos eliminar productos lácteos: Algunos bebés pueden ser sensibles a las proteínas de la leche de vaca. Por ello, las madres pueden intentar eliminar la leche, el queso, el yogur y otros productos lácteos de su dieta durante al menos una a dos semanas para ver si hay una mejora.
- Hidratarse adecuadamente: Beber suficiente agua es esencial para mantener una buena producción de leche.
¿Qué métodos se utilizan para diferenciar los cólicos de otros problemas de salud en los bebés?
En primer lugar, para poder realizar un diagnóstico de cólicos, es fundamental observar las señales de alerta o síntomas en el bebé. Una vez los padres acudan al médico pediatra, este debe realizar una historia clínica detallada, la cual debe contemplar los patrones de llanto del bebé, su alimentación, los hábitos de sueño, sus deposiciones y cualquier otro síntoma, así como también la dieta de la madre si el bebé está lactando, mencionó Grandez.
Por su parte, el doctor Puga, recalcó que entre lo métodos más empleados están la regla de los tres, es decir, duración (el bebé llora por al menos tres horas al día), frecuencia (esto ocurre al menos tres días a la semana) y período (este patrón continua durante al menos tres semanas). Igualmente, es importante llevar a cabo un examen físico, con el fin de poder descartar otras posibles causas de malestar, como infecciones, reflujo gastroesofágico, alergias o problemas estructurales.
“También se debe realizar una evaluación de los síntomas asociados que consiste en: el llanto sin otros síntomas, en otras palabras, cuando se producen los cólicos, el bebe suele llorar intensamente, pero no muestra otros signos de enfermedad, como fiebre, vómitos persistentes, diarrea, pérdida de peso o letargo. Asimismo, se consideran los patrones de llanto específico, pues el llanto asociado a los cólicos a menudo ocurre en las tardes o noches”.
¿Cuáles son los tratamientos o medidas más efectivos para aliviar los cólicos en los bebés?
Aunque los cólicos en los bebés puede ser un desafío, como indicó el experto en pediatría, hoy en día existen diversas estrategias que han demostrado ser bastante efectivas, por lo que los padres con una adecuada orientación de su médico tratante pueden poner en práctica. Entre ellas se encuentran:
1. Alimentación adecuada
- Lactancia Materna: Asegúrate de que el bebé se agarre correctamente al pecho para evitar que trague aire.
- Fórmula Infantil: Si alimentas con fórmula, considera usar una fórmula diseñada para bebés con sensibilidad digestiva. Por ello, debes consultar con el pediatra antes de cambiar de fórmula.
2. Posición del bebé
- Sostener al bebé erguido: Mantén al bebé en posición vertical durante la alimentación y por al menos 20-30 minutos después de comer para ayudar a prevenir el reflujo y la acumulación de gas.
- Eructar frecuentemente: Ayuda al bebé a eructar durante y después de las tomas para liberar el aire atrapado.
- Uso de portabebés: Llevar al bebé en un portabebés puede proporcionar comodidad y aliviar los cólicos.
3. Rutinas calmantes
- Establece una rutina tranquila y consistente para el bebé, especialmente antes de dormir.
- Usa métodos calmantes, como el balanceo suave, paseos en cochecito, baños tibios, y sonidos suaves.
4. Masajes abdominales y ejercicios
- Masaje en el abdomen: Coloca al bebé boca arriba. Luego usa tus dedos índice y medio para hacer movimientos circulares suaves en el sentido de las agujas del reloj alrededor del ombligo. Esto ayuda a estimular el movimiento intestinal, por ende, libera los gases y alivia el dolor.
- Movimientos de bicicleta: Con el bebé boca arriba, sujeta suavemente sus piernas y realiza un movimiento con ellas como si estuviera pedaleando en una bicicleta. Esta técnica también puede ayudar a aliviar el gas y la presión en el abdomen.
- Rodillas al pecho: Posiciona al bebé boca arriba y sujeta de forma muy suave sus piernas por las rodillas y llévalas hacia el pecho del bebé. Mantén esta posición por uno segundos y luego suelta. Puedes repetir varias veces, ya que esto favorece a la liberación de los gases atrapados.
5. Controlar el estrés de los padres
- Los bebés pueden percibir el estrés de los padres, por lo que es primordial que los cuidadores encuentren maneras de manejar su propio estrés y ansiedad.
“Otra opción para abordar esta condición son los medicamentos con simeticona en formato de gotas, puesto que este antiespumante puede ayudar a reducir el gas en el tracto gastrointestinal del bebé; no obstante, siempre es importante consultar con un pediatra antes de iniciar cualquier tratamiento para asegurarse de que sea seguro y adecuado para el pequeño. Por esta razón, no se debe recurrir a remedios caseros o naturales, tales como el agua de anís, dado que no se le debe dar infusiones a los bebés, sobre todo, a los menores de seis meses. De igual forma, es necesario recordar que, los cólicos suelen ser temporales y tienden a mejorar con el tiempo; sin embargo, si los síntomas persisten o empeoran, es vital descartar otras posibles causas”, sostuvo la vocera de Una Vida por Dakota.
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