Expertos en salud infantil recomiendan limitar el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarse.
Expertos en salud infantil recomiendan limitar el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarse.
Redacción EC

No establecer un control del u horarios para descansar puede resultar perjudicial para tu hijo. De acuerdo a la , un niño de entre 3 a 5 años debe de 10 a 13 horas al día, sin embargo, no muchos padres entienden esto.

Ya sea por dejadez o falta de autoridad, permiten que su pequeño hijo se desvele viendo televisión, jugando en su habitación, o en cualquier otra actividad, cuando a la mañana siguiente tiene que levantarse temprano para acudir a clases en el colegio.

Esto puede generar consecuencias de consideración en cualquier infante, tanto en su físico como en su estabilidad mental. Debido a que completar su ciclo del sueño le permite recargar la “batería” del cerebro para un óptimo rendimiento mental a lo largo de la jornada, así como permitir que sus músculos liberan tensiones, se recuperan y se preparan para las actividades del día siguiente.

Consecuencias de acostar tarde al niño

Poca concentración

No completar las horas de sueño necesarias, ya sea por acostarse tarde o por interrupciones a lo largo de la madrugada, puede provocar efectos negativos en la salud mental de tu hijo. En esa línea, no lograr dormir bien generaría que los pequeños estén menos alerta mentalmente y que sean incapaces de lograr niveles óptimos de concentración.

Este puede ser la razón principal por la que tu hijo o hija no tienen un correcto desempeño en la escuela. Tal vez solo le falta más horas de sueño para que sean más activos y menos perezosos.

Somnolencia

No dormir las horas necesarias, además, va a provocar que el pequeño sufra de somnolencia diurna, es decir, va a experimentar gran sensación de cansancio y ganas de pernoctar en el día. En ese sentir, varios estudios relacionan la somnolencia diurna con el desarrollo de problemas de comportamiento y ánimo.

Trastornos más complejos

Es importante destacar que los niños son especialmente vulnerables a experimentar debilidad y fatiga si no logran dormir y descansar lo suficiente. Además, se ha observado que en algunos casos pueden entrar en un estado de “hiperalerta” o ansiedad, lo que posteriormente puede desencadenar trastornos de sueño más complejos de resolver.

Estos trastornos pueden manifestarse en dificultades para conciliar el sueño, despertares frecuentes durante la noche o incluso insomnio crónico. Recuerda que la falta de sueño adecuado en la infancia puede tener consecuencias a largo plazo en el desarrollo cognitivo y emocional de los niños.

Por tal motivo, es fundamental que los padres y cuidadores estén atentos a los signos de somnolencia y cansancio en los más pequeños, y tomen las medidas necesarias para garantizar un descanso apropiado.

Riesgo de obesidad

Diversos estudios han sugerido que acostar tarde a los niños o permitirles tener una duración de sueño insuficiente puede ser un factor de riesgo para el sobrepeso y la obesidad, especialmente cuando se combina con otros malos hábitos, como el sedentarismo.

Estas investigaciones han demostrado una conexión directa entre la falta de sueño y un mayor riesgo de desarrollar problemas de peso en la infancia. El sueño insuficiente puede alterar los ritmos metabólicos y hormonales del cuerpo, lo que puede influir en el apetito y la regulación de la saciedad en los niños.

Además, se ha observado que cuando los niños duermen menos, tienen más tiempo disponible para realizar actividades sedentarias, como ver televisión o jugar videojuegos, lo que puede contribuir aún más al aumento de peso.

¿Cómo mejorar los hábitos de sueño?

Expertos en salud infantil recomiendan establecer una rutina de sueño consistente, proporcionar un entorno propicio para dormir, limitar el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarse y fomentar hábitos saludables de sueño.

Con una atención adecuada al descanso, se puede ayudar a prevenir la somnolencia y los trastornos de sueño en los niños, promoviendo así su bienestar general. Recuerda que lo ideal es que los niños vayan a la cama entre las 7:30 a 8:30 de la noche.


Contenido sugerido

Contenido GEC