Uno de los primeros grandes hitos en la vida de un hijo es decir adiós al pañal. Para muchos padres, esta etapa representa un auténtico “rito de iniciación” en el complejo viaje de la crianza, pues llega el día en que el niño empieza a dar los primeros pasos hacia el control y la autoconfianza. Aunque puede parecer un cambio sencillo, muchos adultos afrontan esta transición con una mezcla de ilusión y ansiedad, preguntándose si es el momento más adecuado, cómo iniciar el proceso y, sobre todo, si están preparados para lidiar con las inevitables sorpresas que trae consigo esta fase.
La retirada del pañal no es solo una cuestión práctica, sino también es un paso fundamental en el desarrollo emocional y físico del niño, ya que aprender a controlar los esfínteres requiere de mucha autoconciencia y conexión con el propio cuerpo. Además, como padres, especialmente, primerizos, es probable que reciban una variedad de consejos de internet, amigos y familiares: “aprovecha el verano para intentarlo”, “espera hasta que esté realmente listo” o “no te preocupes, los accidentes son normales”, por lo que, con tantas recomendaciones, es natural que se sientan confundidos sobre cómo gestionar esta transición.
Si bien cada niño puede vivir este proceso de forma diferente, hay aspectos clave que pueden ayudar a que sea una experiencia gratificante y menos estresante. Por ello, Hogar y Familia conversó con expertos en desarrollo infantil, con quienes exploramos desde los primeros signos de preparación en el menor hasta algunas estrategias efectivas que pueden hacer que esta etapa sea lo más fluida y positiva posible.
¿Cuál es la edad promedio para comenzar con el proceso de retirada del pañal?
El momento ideal para comenzar el entrenamiento para dejar el pañal suele ser entre los 18 y 24 meses de edad. Sin embargo, Kimberly Slocombe, enfermera de Cleveland Clinic señaló que, es importante recordar que cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo, motivo por el cual, algunos pueden no estar listos hasta los 3 años o más, lo que es completamente normal. Básicamente, la clave está en observar las señales de preparación del niño, en lugar de enforcarse solo en su edad.
“Retirar el pañal antes de que el niño esté listo puede afectar significativamente su bienestar físico y emocional. Desde luego, hacer esto antes de tiempo puede traer complicaciones como accidentes frecuentes, pues la falta de control de esfínteres en el niño puede llevar a que se moje o ensucie repetidamente, lo cual puede generar frustración y estrés tanto en el menor como en los padres. Igualmente, la presión para dejar el pañal puede provocar ansiedad en el infante, llevándolo incluso a rechazar el inodoro o la bacinica, creando así una resistencia al proceso de aprendizaje o un retroceso en los avances logrados. Asimismo, algunos niños podrían retener la orina o las deposiciones por miedo a los accidentes, causando estreñimiento, dolor abdominal o infecciones urinarias”, aseguró el doctor Erick Olivera, pediatra emergencista de la Clínica Ricardo Palma.
¿Qué señales indican que un niño está listo para dejar el pañal?
De acuerdo a la pediatra de la Clínica Internacional, Carla Young, aunque cada niño es diferente, por lo general, existen varias señales que podrían indicar que un pequeño puede estar preparado para iniciar el proceso de control de esfínteres, incluyendo:
- Capacidad para contener la orina y las heces: El niño puede mantenerse seco durante al menos dos horas o después de una siesta, lo que sugiere que ha desarrollado un mayor control de sus esfínteres.
- Comunica sus necesidades: El niño es capaz de expresar mediante palabras o gestos que necesita ir al baño, mostrando así una compresión de sus necesidades fisiológicas.
- Curiosidad e interés por el baño: Muchos niños observan o tratan de imitar a los adultos y hermanos mayores en el uso del baño, demostrando interés en orinar en el bacín o el inodoro, lo cual es una señal de preparación emocional.
- Expresión de incomodidad con pañales sucios: Si el niño muestra incomodidad con los pañales mojados o sucios y pide ser cambiado, esto indica una conciencia de su propio cuerpo.
- Habilidades motoras y autonomía: La capacidad para subirse y bajarse los pantalones de forma independiente es esencial para un uso más autónomo del orinal.
“Es importante recordar que, forzar al niño puede ser contraproducente y generar resistencia, ansiedad y frustración. Por lo tanto, el proceso de retirada del pañal debe ser gradual y guiado por las señales de que el niño está listo. La clave es tener paciencia y asegurarse de que el pequeño se sienta seguro y cómodo a lo largo de todo el proceso”.
¿Existen diferencias entre niños y niñas en el proceso de dejar el pañal?
En términos generales, las niñas tienden a mostrar señales de preparación para el control de esfínteres antes que los niños. Según la experta de Cleveland Clinic, estudios y experiencias clínicas han sugerido que esta diferencia puede deberse a variaciones en el desarrollo neurológico y muscular, así como a factores sociales. En concreto, se plantea que las niñas suelen alcanzar habilidades como el control de la vejiga y el reconocimiento de señales corporales de forma ligeramente más temprana que los niños.
“Sin embargo, cabe recalcar que estas diferencias son solo tendencias generales, ya que en la práctica cada niño es único. Si bien la teoría indica que, los niños suelen ser un poco más tardíos en el control de esfínteres, la realidad es que vemos varones que pueden dejar el pañal antes del tiempo esperado a comparación de las niñas”, expresó el doctor Olivera.
¿Existen diferencias en la transición entre pañales desechable o de tela?
El tipo de pañal utilizado, ya sea desechable o de tela, puede influir en el proceso de retirada del pañal, aunque no necesariamente es el factor más determinante. Slocombe destacó que la sensación de humedad es una de las diferencias entre ambos tipos, lo que podría impactar en el entrenamiento de control de esfínteres. Por ejemplo, los pañales de tela tienden a permitir que el niño sienta la humedad con mayor rapidez, lo que podría ayudarlo a identificar las sensaciones previas a la necesidad de ir al baño y, por ende, ser más consciente con respecto a sus necesidades fisiológicas a una edad temprana.
En cambio, los pañales desechables modernos están diseñados para absorber rápidamente la humedad y mantener la piel seca. Aunque esto puede resultar más cómodo para el niño, podría hacer que le cueste un poco más reconocer cuando ha orinado.
¿Cuáles son algunos motivos por los que un niño no quiere dejar el pañal?
Según el médico de la Clínica Ricardo Palma, existen varios motivos por los cuales un niño puede resistirse a dejar el pañal. Uno de los más comunes es que no esté listo físicamente, es decir, que no pueda controlar adecuadamente sus esfínteres, lo que puede provocar accidentes, como que aún se le escape la orina sin avisar. Otro factor importante es el miedo o la incomodidad hacia el uso del inodoro o el baño, pues muchos niños experimentan temor de usarlo debido a su altura o al ruido que hace cuando se descarga el agua.
Además, la ansiedad por los cambios también juega un papel fundamental. Sin lugar a duda, dejar el pañal es un cambio significativo en la vida diaria de un infante, por lo que los más pequeños, en especial aquellos menores de dos años, suelen sentirse más seguros con la rutina y lo familiar, razón por la que prefieren seguir usando el pañal en lugar de adoptar un nuevo hábito.
“También puede influir una sensación de pérdida de control. Algunos niños asocian el uso del pañal con la seguridad de saber cuándo necesitan ser cambiados, ya que pueden tocar la zona del pañal o llamar la atención de sus padres para indicar que lo tienen sucio. Este sentido de control puede hacer que el niño no quiera renunciar al pañal. Del mismo modo, la presión de los padres o familiares para que el menor deje el pañal antes de lo esperado puede aumentar su nivel de ansiedad. Esta presión genera un mayor temor y resistencia al proceso de aprendizaje, lo que puede hacer que el infante se niegue aún más a abandonar el pañal”, explicó Erick Olivera.
¿Cuál es la mejor manera de introducir el uso del inodoro en el día a día del niño?
De acuerdo a Johana Herrera, psicóloga del Centro de Desarrollo Humano Zueh, esta transición debe hacerse de manera gradual, por lo que sugirió los siguientes pasos:
- Presentación gradual: Comienza colocando el orinal o el inodoro para niños en un lugar accesible y permite que el niño se siente en él con ropa, para que se acostumbre a la idea sin presión. Haz de este proceso algo divertido, de manera que el niño lo vea como una actividad interesante y no algo obligatorio.
- Establecer una rutina regular: Lleva al niño al orinal en intervalos regulares, como después de las comidas, al despertar por la mañana o antes de dormir. Esto ayuda a que se acostumbre a los momentos clave del día en los que debe usar el inodoro.
- Modelado y observación: Deja que el niño vea a otros miembros de la familia usando el inodoro para que entienda su propósito y lo vea como algo normal. Esto puede motivarlo a seguir el ejemplo de los demás.
- Recompensas y refuerzo positivo: Elogia al niño cada vez que logre usar el inodoro con éxito. Puedes darle un abrazo o un pequeño premio como forma de celebrar sus logros, lo que refuerza el comportamiento positivo y lo motiva a continuar.
- Mantén la calma y la paciencia: Es importante que mantengas la calma ante los accidentes. Los niños pueden tener momentos en los que no lleguen al orinal, y esto es completamente normal durante el proceso de aprendizaje. Evita regañarlos y hazles saber que los accidentes son parte del proceso.
- Evita la vergüenza: No hagas que el niño se sienta mal si tiene un accidente. Es fundamental que no asocie el uso del inodoro con vergüenza o frustración, ya que esto podría dificultar el aprendizaje.
“En el proceso de transición al uso del inodoro, sí es muy recomendable utilizar la bacinica, ya que ofrece múltiples beneficios. En primer lugar, es accesible y tiene un tamaño adecuado para que el niño se sienta cómodo, además de que le brinda una mayor seguridad y le permite tener los pies en el suelo, lo que facilita el proceso de aprendizaje. Asimismo, su diseño portátil facilita su uso en cualquier lugar de la casa según sea necesario. Otra gran ventaja de las bacinicas actuales es que incluyen imágenes y colores atractivos, como animales o superhéroes, lo que ayuda a que el niño se sienta confiado y reduzca el miedo al inodoro. Ciertamente, su uso favorece a la autonomía del niño, ya que le permite tomar el control de la situación, desarrollando habilidades y confianza mientras se adapta a esta nueva etapa”, sostuvo el doctor Olivera.
¿Qué hacer cuando el niño experimenta accidentes frecuentes después de haber dejado el pañal?
Es importante mantener la calma y recordar como padres que, los accidentes son parte del proceso de aprendizaje. Por ello, como recomendó la psicóloga, en lugar de regañar o castigar al niño, podemos:
- Mostrar apoyo: “Parece que te has mojado, ¿verdad? Vamos a limpiarte”. Evita decirle que lo ha hecho mal, para que no lo asocie con algo negativo.
- Ayudar a identificar esta sensación: Podemos decir, “te sientes mojado porque te has hecho pis”. Esto le ayudará a comprender la conexión entre la sensación y la acción.
- Enfatizar el aprendizaje: Podemos decir, “está bien, todos aprendemos, ¡vamos a intentarlo de nuevo! Recuerda que antes de hacer pis, tenemos que ir al baño”.
- Alentarlo: “Eres muy valiente por estar aprendiendo a ir al baño. ¡Lo estás haciendo muy bien!”.
¿Cómo pueden gestionar los padres la transición durante la noche?
El control nocturno suele desarrollarse después del control diurno, por lo que puede tomar más tiempo. Por esta razón, como mencionó Kimberly Slocombe, es crucial tomar en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Reducir la ingesta de líquidos antes de dormir: Limitar los líquidos en las horas previas al descanso puede ayudar a disminuir la necesidad de orinar durante la noche.
- Establecer una rutina para ir al baño antes de dormir: Hacer que el niño use el baño justo antes de acostarse ayuda a vaciar la vejiga y reduce la probabilidad de accidentes nocturnos.
- Usar un protector de colchón: Esto facilita la limpieza y reduce la ansiedad en caso de accidentes.
- Mantener una actitud positiva y paciente: La importancia de elogiar los logros del niño y evitar el castigo por accidentes, ya que estos son comunes en el proceso de aprendizaje.
“Generalmente, se considerada “normal” que un niño complete el proceso de dejar el pañal entre los 4 y 5 años. Sin embargo, si un menor de más de 4 años aún no tiene control de esfínteres durante el día o si no logra mantenerlo durante la noche cerca de los 7 años, es recomendable buscar una evaluación pediátrica para descartar posibles problemas físicos. Si no se encuentran alteraciones físicas, también puede ser útil una evaluación psicológica, ya que factores emocionales también pueden influir en este proceso”, recalcó el pediatra.
¿Cómo hacer para que el cambio del pañal a la ropa interior se más atractivo para el niño?
Para hacer la transición a la ropa interior más atractiva para el niño, la enfermera señaló que, los padres pueden involucrarlo en el proceso permitiéndole elegir su propia ropa interior con personajes o colores que le gusten, lo que puede motivarlo y entusiasmarlo a usarla. Además, utilizar refuerzos positivos, como felicitarlo y premiarlo cada vez que use la prenda y se mantenga seco, ayuda a reforzar el comportamiento positivo. También es útil hablar con el niño sobre el concepto de “crecer”, explicándole que usar ropa interior es una señal de que es “un niño mayor”, lo cual suele generar en él más interés en participar en el proceso.
“Es fundamental involucrar al niño en su transición para dejar el pañal, ya que esto le otorga un sentido de autonomía y responsabilidad. Hablar con él y explicarle por qué es importante dejar el pañal le ayuda a comprender el proceso. De igual manera, permitirle participar en la elección del orinal o inodoro refuerza esta sensación de control y participación. También es valioso que el niño tenga la oportunidad de quitarse y ponerse la ropa interior por sí mismo, lo cual contribuye a su independencia”, afirmó la experta del Centro de Desarrollo Humano Zueh.
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