La familia es considerada como el núcleo básico de la sociedad, pues es el entorno donde los seres humanos desarrollamos nuestras primeras relaciones afectivas y aprendemos a interactuar con el mundo que nos rodea. De igual manera, juega un papel fundamental en nuestra vida, ya que nos proporciona un sentido de identidad y pertenencia, además de ser una fuente esencial de apoyo emocional, social y económico, la cual está enfocada en garantizar el bienestar integral de todos sus miembros.
Sin embargo, no todas las familias ofrecen un ambiente saludable y constructivo, dado que, en muchos casos, surgen dinámicas complejas y problemáticas que pueden impactar significativamente en cada uno de los individuos que la conforman. Las familias denominadas como disfuncionales, enfrentan diversos desafíos que pueden ir desde la comunicación deficiente y los problemas constantes, hasta comportamientos abusivos y negligencia emocional, lo que trae consigo una serie de consecuencias negativas y duraderas en el desarrollo psicológico de sus miembros, especialmente, de los niños.
“Una familia disfuncional se caracteriza por patrones de interacción y comportamientos que obstaculizan el bienestar emocional y psicológico de las personas. En estas familias, las relaciones suelen estar marcadas por la falta de comunicación efectiva y apoyo emocional, roles poco claros o rígidos, conflictos permanentes, falta de límites saludables y de respeto mutuo, adicciones, negación de los problemas familiares y, en muchos casos, diferentes formas de abuso, como emocional, físico o verbal. Aunque se suelen concebir únicamente como familias disfuncionales aquellas que están separadas o divorciadas, en realidad no es así, pues en esencia, son relaciones interpersonales inadecuadas que se desarrollan en un ambiente de hostilidad y agresividad”, explicó Luis Alejandro Segovia Vega, psicólogo, terapeuta y miembro del comité de parejas y familia del Colegio de Psicólogos del Perú a Hogar y Familia.
¿Cuáles son las causas de la disfunción familiar?
Las causas de la disfunción familiar son multifacéticas y pueden variar considerablemente de una familia a otra. No obstante, a menudo, esta puede ser el resultado de patrones intergeneracionales no resueltos, es decir, cuando los problemas no abordados en generaciones anteriores se repiten en la actualidad. Asimismo, como refirió el terapeuta de pareja y familia, los traumas no solucionados, tales como el abuso infantil o la pérdida de un ser querido, también pueden contribuir a esta dinámica poco saludable.
“Igualmente, los problemas de salud mental no tratados, como la depresión o el trastorno de estrés postraumático pueden afectar la capacidad de los miembros de la familia para relacionarse de manera saludable. Además, las dificultades financieras, los cambios significativos en la estructura familiar, ya sea el divorcio o la adopción, así como la presión social pueden desempeñar un papel determinante en la disfunción familiar”.
¿Cómo impacta la disfunción familiar en el desarrollo emocional y psicológico de los miembros?
En definitiva, vivir en un ambiente disfuncional afecta a todos los miembros de una familia, por un lado, podemos tener a adultos mayores abandonados, deprimidos y poco valorados, así como adultos frustrados, impulsivos, desinteresados en el entorno social y sin un proyecto de vida. Del mismo modo, los adolescentes en este tipo de casos, tienen una mayor posibilidad de caer en conductas de riesgo, sufrir de baja autoestima y ser bastante intolerantes. Mientras que, en los niños, esta disfuncionalidad puede repercutir profundamente en su desarrollo emocional y psicológico, razón por la cual, pueden presentar problemas de autoestima, ansiedad, depresión y trastornos del estado de ánimo. También pueden tener un retraso en el lenguaje, un bajo rendimiento académico y dificultades para establecer y mantener relaciones sociales saludables, destacó Francis Angélica Vilela Tragodara, psicóloga y doctora en ciencias de la educación.
“Ciertamente, la disfunción familiar tiene un impacto importante en el desarrollo psicosocial de los individuos, por lo que puede manifestarse en las relaciones interpersonales tanto dentro y fuera del hogar de diversas maneras, como dificultades para confiar en los demás, patrones de conflicto repetitivos, codependencia, problemas de intimidad e incapacidad para establecer límites saludables”, aseguró Segovia Vega.
¿Cómo los niños de diferentes edades responden a la disfunción familiar?
Por lo general, como mencionó la psicóloga, se suele pensar que, los niños pequeños no son completamente conscientes de la vida dentro de un entorno familiar disfuncional; sin embargo, esa idea no podría estar más alejada de la realidad, puesto que, desde la infancia hasta antes de llegar a la pubertad, desde luego, los niños pueden verse muy afectados por este tipo de dinámicas, por lo que pueden presentar diversos problemas, como retraso en el lenguaje, en las habilidades motoras y dificultad para controlar sus esfínteres.
Por ejemplo, los niños más pequeños pueden mostrar síntomas, como regresión en el comportamiento, miedo al abandono y problemas de sueño, en cambio los de edad más avanzada, pueden experimentar problemas de conducta y bajo rendimiento escolar, sostuvo el especialista del Colegio de Psicólogos del Perú.
¿Cómo influyen las experiencias traumáticas en la salud mental de los niños a largo plazo?
Las experiencias traumáticas, como el divorcio, la violencia doméstica o el abuso, pueden tener un impacto relevante en la salud mental y emocional de los niños a largo plazo, ya que pueden llegar a desarrollar un trastorno de estrés postraumático, depresión, ansiedad, problemas de apego, trastornos de la conducta alimentaria, al igual que, pueden tener dificultades para establecer relaciones interpersonales saludables en el futuro.
Asimismo, las personas que crecieron en familias disfuncionales pueden enfrentar diversos desafíos en su vida adulta, tales como problemas de autoestima, tendencias codependientes, problemas para poder manejar el estrés y los conflictos, así como también una mayor probabilidad de desarrollar problemas de salud mental, adicciones o comportamientos autodestructivos. No obstante, como recalcó el psicólogo, con el apoyo y el trabajo terapéutico adecuado, pueden aprender a sanar y desarrollar relaciones más saludables consigo mismos y con los demás.
“Sin lugar a duda, el núcleo familiar es determinante para la vida adulta, por lo que es importante tener en cuenta la siguiente frase: “si quieres conocer al adulto de hoy, pregúntale cómo fue su infancia”. En efecto, todas las experiencias que dejan una huella imborrable en el inconsciente, en algún momento logran salir a la luz, pues los niños asimilan todo y las vivencias traumáticas siempre tienen consecuencias. Por consiguiente, siempre hay que tener presente que la vida infantil es clave para el desarrollo de una persona”, señaló Francis Vilela.
¿Qué recursos podrían ayudar a las familias disfuncionales a mejorar su situación?
Actualmente, existen varios recursos y estrategias que pueden ayudar a las familias disfuncionales a mejorar su dinámica. Según Luis Segovia, estos pueden incluir la terapia familiar, en donde los miembros de la familia pueden aprender habilidades de comunicación efectiva, resolver conflictos de manera constructiva, establecer límites saludables y fortalecer los lazos familiares. También pueden participar en intervenciones grupales, las cuales les proporcionan un espacio seguro para poder compartir sus experiencias y recibir la orientación de otros individuos que hayan pasado por situaciones similares.
“Al involucrar a todos los miembros de la familia en el proceso terapéutico, se pueden identificar y cambiar patrones disfuncionales que han estado contribuyendo a los problemas familiares. Igualmente, la terapia familiar puede ayudar a los miembros a sanar las heridas emocionales del pasado y a construir relaciones más saludables y sólidas en el futuro”.
¿Cómo se pueden mitigar los efectos negativos de la disfuncionalidad en el desarrollo psicológico de los niños?
Para recuperar la salud mental de los niños que viven en una familia disfuncional y aplacar sus efectos negativos, sobre todo, a nivel psicológico, es importante brindarles apoyo emocional y terapéutico. Sin duda, la terapia individual puede ayudar mucho a los pequeños a procesar y sanar las experiencias traumáticas, mientras que, la terapia familiar puede abordar dinámicas disfuncionales y mejorar notablemente la comunicación dentro del hogar. Además, es vital proporcionarles un entorno seguro y estable fuera del ambiente familiar, ya sea en la escuela o en las actividades extracurriculares, lo cual puede ser fundamental para su bienestar emocional.
“Por un lado, es indispensable que los educadores puedan identificar y apoyar a los niños que provienen de familias disfuncionales, básicamente, mediante la observación de señales de advertencia, como cambios en el comportamiento, bajo rendimiento académico, problemas de conducta o síntomas de ansiedad o depresión. Definitivamente, es primordial ofrecerles un entorno de confianza en el cual, se sientan cómodos compartiendo sus experiencias y emociones, así como brindarles los recursos y el apoyo emocional que necesitan. En el caso de los padres que desean mejorar el bienestar de sus hijos, en primera instancia, es sustancial buscar ayuda profesional, lo que implica participar en una terapia familiar y/o individual para tratar problemas subyacentes y aprender estrategias efectivas de crianza. De igual forma, es indispensable que prioricen su autocuidado, con la finalidad de que puedan alcanzar su mejor estado mental y emocional para también poder apoyar a sus hijos”, precisó el terapeuta.