En el crepúsculo de la vida, cuando los días se vuelven más pausados y el cuerpo comienza a sentir el peso de los años, la mente se convierte en un pilar aún más fundamental para mantener una vida plena y satisfactoria. Sin embargo, a pesar de que hoy en día se promueve cada vez más la salud mental, por lo general, en los adultos mayores este aspecto crítico del bienestar queda relegado, cuando la realidad es que el envejecimiento trae consigo una serie de desafíos emocionales y psicológicos que pueden tener un profundo impacto en la calidad de vida de estas personas.
¿Por qué es crucial prestar atención a la salud mental de los adultos mayores?
En un mundo que valora la juventud y la productividad, los adultos mayores a menudo se encuentran en una posición en la que sus opiniones no suelen ser tomadas en cuenta y sus capacidades subestimadas, lo cual puede llevar a un sentimiento de invalidez, afectando no solo su autoestima, sino que también puede agravar problemas de salud mental existentes o dar lugar a nuevos trastornos.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente el 14% de los adultos de 60 años o más viven con un trastorno mental, siendo la depresión y la ansiedad las afecciones más comunes entre esta población. Asimismo, se calcula que uno de cada seis adultos mayores sufre de malos tratos, a menudo por parte de sus propios cuidadores, razón por la cual, la soledad y el aislamiento social son factores de riesgo clave para los padecimientos de salud en etapas posteriores de la vida.
“Por esta razón, es importante tener en cuenta que, la salud mental es esencial, ya que repercute en el bienestar general, por lo que no podemos ver a una persona simplemente como un cuerpo sin considerar también el aspecto mental. Ciertamente, su influencia se extiende a nuestra calidad de vida, relaciones interpersonales, desarrollo personal, toma de decisiones e incluso nos ayuda a mantener cierta autonomía, la cual muchas veces durante esta etapa suele perderse. Por ello, al lograr una mente sana, podemos ser capaces de reforzar nuestra independencia y capacidad para cuidar de nosotros mismos”, expresó la docente y psicóloga, Marilyn Toledo a Hogar y Familia.
¿Cuáles son los principales desafíos emocionales que enfrentan los adultos mayores?
La vejez es una etapa especialmente vulnerable, marcada por una serie de cambios biológicos, psicológicos y sociales que repercuten directamente en la salud mental de los adultos mayores. Como señaló Ángela Otazú López, psicóloga y docente de Continental University of Florida, a diferencia del crecimiento y el desarrollo que ocurre en la infancia y la adolescencia, esta fase se caracteriza por un retroceso y degeneración del cuerpo, puesto que se produce un desgaste tanto físico como mental, lo que puede llevar a un deterioro cognitivo significativo en la adultez, generando así algunos problemas de memoria, atención y otros procesos cognitivos.
Asimismo, los cambios en este período de la vida también incluyen el impacto del apoyo familiar, así como una serie de momentos críticos por los cuales suelen transitar estos individuos. Si bien la sociedad trata de generar una mayor conciencia sobre el cuidado de los adultos mayores, también existen una serie de factores sociales que les recuerdan constantemente que han entrado en una nueva etapa de la vida, afectando significativamente en su salud mental.
Jubilación
Según Toledo, la jubilación es uno de los desafíos más comunes, ya que marca un cambio significativo en la identidad y en la rutina diaria de la persona, por lo que la pérdida del rol puede llevar a sentimientos de inutilidad o incluso de pérdida de propósito, lo que incluso podría desencadenar una crisis existencial que los haga cuestionarse sobre ¿qué sigue? O ¿cuál es mi propósito ahora?
“La jubilación representa uno de los grandes desafíos para muchos adultos mayores, ya que no solo implica tomar un descanso tras años de arduo trabajo, sino que también tiene repercusiones económicas importantes. Además, es común que las personas se sientan menos productivas tras retirarse de su empleo, por lo que esta sensación de falta de utilidad puede ser exacerbada por factores sociales. Por ejemplo, en la etapa del adulto tardío, es posible que un individuo ya no necesite renovar su DNI o votar obligatoriamente. Aunque estas medidas están diseñadas para proteger a los mayores, también pueden causar malestar psicológico, puesto que muchas personas aún se sienten jóvenes y capaces de contribuir a la sociedad, por lo que la percepción de ser tratadas de manera diferente puede generar una disfuncionalidad, por ende, repercutir significativamente en su bienestar socioemocional”, explicó Otazú.
Duelo
De igual manera, como refirió Liliana Tuñoque, psicóloga de la Clínica Internacional, la pérdida del cónyuge, familiares o amigos es también un momento crítico de dicho período, pues la persona experimentar el duelo como una respuesta natural a la partida de ese ser querido, por lo que puede manifestarse, como una tristeza profunda y una sensación de vacío. Asimismo, esta pérdida puede llevar a una mayor sensación de soledad, la cual puede resultar en aislamiento social, lo que a su vez incrementa el riesgo de ansiedad y depresión.
“Durante esta etapa, muchas personas enfrentan la crisis de la muerte, no solo por la pérdida de los seres queridos, sino también al enfrentar su propia mortalidad, lo que genera un considerable malestar emocional”, destacó la experta de Continental University of Florida.
Dinámica familiar
Por lo general, cuando los hijos se independizan y dejan el hogar para hacer su propia vida, los adultos mayores pueden experimentar una sensación de vacío y soledad, pues como indicó la licenciada Kristell Pacheco Balvin, psicoterapeuta clínica y especialista en neuropsicología del Policlínico Risso, aunque es una etapa natural, adaptarse a la nueva dinámica familiar puede significar un verdadero reto emocional.
“Estos cambios a nivel familiar también pueden ofrecer oportunidades para redefinir vínculos y crear nuevos lazos, pues en algunos casos, la independencia de los hijos puede llevar a relaciones más maduras y equilibradas entre ellos. Igualmente, esta etapa puede impulsar al adulto mayor a enfocarse en su propio crecimiento personal, pasatiempos y conexiones sociales”, sostuvo Tuñoque.
Sin embargo, otro problema a nivel de la dinámica familiar que puede impactar en la salud mental de los adultos mayores es cuando tienen hijos que aún dependen económicamente de sus padres, por lo que el mantenerlos puede aumentar el estrés financiero, especialmente si los recursos del adulto tardío son limitados o está en la transición de la jubilación. Ciertamente, como aseguró Marylin Toledo, la responsabilidad de seguir siendo el principal sostén económico puede causar un agotamiento emocional y mucha frustración, dado que pueden sentirse abrumados por la presión de proporcionar apoyo financiero mientras que ellos mismos están lidiando con sus propias necesidades y limitaciones.
Deterioro físico
La relación entre el deterioro físico propio del envejecimiento o por enfermedades crónica no transmisibles y la salud mental en los adultos mayores es compleja y bidireccional. Básicamente, la pérdida de independencia producto de una disminución física puede traer consigo sentimientos de tristeza, inutilidad o desesperanza en la persona, así como también puede reducir la capacidad de los adultos mayores para participar de actividades sociales o salir de casa, lo que puede llevarlos a aislarse, motivo por el cual, esta falta de interacción social aumenta el riesgo de desarrollar depresión o ansiedad.
“Sin lugar a duda, la autopercepción negativa del envejecimiento, influenciada por las limitaciones físicas, puede también afectar la autoestima y la identidad de los adultos mayores. Por lo tanto, pueden empezar a sentirse como una carga para los demás o percibir que no son lo suficientemente capaces para contribuir, lo que disminuye significativamente su calidad de vida. De igual modo, esta es una etapa en la que suelen aparecer diversas enfermedades crónicas, como hipertensión, diabetes, enfermedades cardiovasculares, entre otras, las cuales pueden convertirse en un factor de estrés que exacerba los diversos problemas de salud mental”, recalcó la psicóloga clínica.
¿Cuáles son los primeros signos de un posible problema de salud mental en los adultos mayores?
Todos somos seres sociales, por lo que la familia es uno de los principales motivadores de nuestra propia historia. Por ejemplo, una madre o un abuelo quieren curarse y estar sanos por sus hijos y sus nietos, respectivamente. Sin embargo, la familia también desempeña un papel crucial en el cuidado de la salud mental de los miembros más longevos, por lo que el apoyo emocional y la compresión que pueden brindar a los seres queridos ayudan a prevenir factores, como la soledad, el aislamiento y la sensación de inutilidad. No obstante, la atención y el cuidado de la familia igualmente, puede facilitar la detección temprana de ciertos problemas de salud mental.
Por consiguiente, Ángela Otazú mencionó algunos de los signos que podrían indicar un posible problema de salud mental:
- Cambios en el estado de ánimo.
- Pensamientos rumiantes (sobrepensar).
- Aislamiento social.
- Problemas de memoria.
- Alteraciones en los patrones de sueño.
- Pérdida de interés en actividades cotidianas.
¿Qué estrategias pueden ayudar a los adultos mayores a mantener una buena salud mental en la vejez?
De acuerdo con Tuñoque, estas son algunas estrategias que pueden favorecer positivamente a la salud mental de los adultos mayores:
- Aceptación: Aprender a reconocer y aceptar los cambios y limitaciones es fundamental. Esto no significa rendirse, sino permite que los sentimientos de frustración o tristeza se procesen para que eventualmente, los adultos mayores puedan enfocarse en lo que sí se puede hacer y controlar.
- Enfoque en lo positivo: Concentrarse en lo que sí se puede hacer, más no en lo que está fuera de nuestro contro. Por ejemplo, si una persona pierde fuerza física, puede buscar actividades que se adapten a su nueva realidad y sus capacidades, como caminar, nadar o realizar ejercicios, ya que esto facilita la continuación de actividades que disfrutan.
- Establecer nuevas metas: Fijar objetivos realistas y alcanzables puede proporcionar un sentido de propósito. Estas metas pueden ser relacionadas con la salud, la actividad física, hobbies o incluso relacionarse socialmente.
- Actividad física de acuerdo a la capacidad: Realizar actividad física ayuda a reducir el riesgo de enfermedades mentales y mejora el bienestar general. Actividades como caminar o nadar son muy beneficiosas.
- Practicar la atención plena: Técnicas de mindfulness o meditación pueden ayudar a los adultos mayores a reducir el estrés, mejorar la concentración y promover una mayor autocompasión.
- Juegos de estímulo mental: Participar en actividades que desafíen la mente, como leer, resolver crucigramas, jugar a juegos de mesa o aprender algo nuevo, puede ayudar a mantener la agilidad mental.
- Socialización: Mantener relaciones sociales es crucial, razón por la cual, los adultos mayores deben participar en grupos comunitarios, tardes con amigos u otras actividades sociales que ayudan a combatir el aislamiento y la soledad. Involucrarse en proyectos o actividades que sean de interés y que brinden un sentido de propósito puede ser muy gratificante.
- Dormir lo suficiente: Asegurarse de tener un sueño reparador es fundamental para la salud mental. Además, esto implica, mantener una rutina de sueño y crear un ambiente propicio para descansar son claves.
- Terapia y apoyo psicológico: Es fundamental buscar ayuda profesional si se presentan síntomas de depresión, ansiedad u otros problemas. La terapia psicológica puede ayudar en el manejo del estrés y técnicas de relajación para ayudar a mantener el equilibrio emocional.
- Alimentación saludable: Seguir una dieta balanceada y rica en nutrientes, como frutas, verduras, granos enteros y pescado, puede influir positivamente en la salud mental.
“Es crucial que como sociedad tratemos de fomentar una visión más positiva del envejecimiento, con la finalidad de que podamos inculcar cada vez más la importancia de la salud mental en esta etapa de la vida. Por este motivo, es vital educar a la sociedad sobre mitos y estereotipos asociados con la vejez, ya que de esta manera se puede desarrollar una percepción más positiva del envejecimiento. Igualmente, es importante que podamos en todo momento reforzar el valor de estas personas. Por ejemplo, las empresas deberían ofrecerles a los colaboradores que están cerca a la jubilación, que sean los responsables de preparar a los jóvenes que se integrará en la organización tras su retiro, ya que son individuos que cuentan con experiencias, conocimientos y habilidades”, afirmó Otazú López.
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