Para prevenir la anemia al cumplir cuatro meses de vida, el niño debe comenzar a recibir suplementación de hierro. Los padres reciben las indicaciones del médico en el centro de salud, pero el resto de la acción ocurre en el hogar. Depende de ellos cumplir con dar la dosis diaria indicada a sus hijos.
Un grupo de actores sociales capacitados por el Minsa o personal del Midis realiza visitas semanales a domicilio para promover el consumo de los micronutrientes, pero el resto del tiempo no sabemos lo que está ocurriendo en casa. ¿Por qué los padres no cumplirían? El mensaje que se ha estado dando en los centros de salud es que el niño debe consumir el suplemento de hierro, pero en muchos casos a los padres no se les ha explicado bien por qué. Se trata de hablar de las consecuencias de la anemia en un lenguaje sencillo para que el padre de familia entienda que la suplementación va a permitir que su hijo tenga una capacidad de aprendizaje mejor en el futuro.
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Si se traduce el porqué de la dosis, el comportamiento de los padres puede cambiar. Tenemos que explicar que estamos trabajando preventivamente. Que no van a ver resultados inmediatos. Esto no es como curar la fiebre. Se trabaja desde ahora para tener resultados a largo plazo, porque si el niño puede evitar la anemia tendrá una adecuada formación de la estructura del cerebro que le permitirá aprender mejor cuando ingrese al sistema educativo.
También que los padres cumplan con dar la dosis es una oportunidad, una puerta de entrada para que tengan una mejor interacción con sus hijos, que los acaricien, que jueguen con ellos. Y que sus hijos se sientan protegidos. Toda esta actividad sensitiva es clave en el desarrollo infantil temprano.