La geriatra Tania Tello ha escuchado a la gente comentar que si un adulto mayor tiene es por causa de su edad. Pero eso es un mito. “La edad avanzada no es motivo para tener anemia. El médico debe investigar a fondo a qué se debe, tomando en cuenta los antecedentes del paciente y sus exámenes clínicos”, dice Tello, especialista de la Unidad de Investigación del Instituto de Gerontología (IGERO) de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Un estudio publicado en el 2015 por el Instituto Nacional de Salud, encontró que uno de cada cuatro en el Perú ha tenido anemia. Entre otros datos, se descubrió que esta enfermedad en adultos mayores peruanos es predominante en el área rural, entre uno de cada tres personas en extrema pobreza, y sobre todo en personas delgadas.

La anemia en los adultos mayores impacta en su capacidad física. Se sienten fatigados y con somnolencia, son más propensos a sufrir caídas y tienen un mayor riesgo de ser hospitalizados. “Se afecta su capacidad cognitiva y también aumenta la mortalidad debido a la mayor presencia de eventos cardiovasculares”, dice María del Pilar Gamarra, geriatra de la Clínica Internacional. En la tercera edad la anemia puede tener múltiples causas y puede ser la alerta de una enfermedad más grave, como el cáncer. Por eso los médicos buscan más allá de la causa aparente. A esta edad una anemia por deficiencia de hierro puede no deberse a una baja ingesta o absorción de este micronutriente en el organismo sino a sangrados internos ocultos y hemorragias digestivas.

“No solamente por tener anemia le vamos a dar suplemento de hierro como tratamiento. Se deben hacer otros estudios porque se puede estar perdiendo tiempo para llegar a un diagnóstico”, dice la geriatra Tello. La doctora Gamarra agrega que la anemia puede deberse al efecto de alguna medicación, a la deficiencia de vitamina B12 o de ácido fólico, pero también estar ligada a enfermedades crónicas como la insuficiencia renal o procesos neoplásicos. “Por eso hay que hacer todos los estudios necesarios para descartar estas enfermedades”, dice.

Cuidado integral

La buena nutrición es clave a toda edad en la prevención de la anemia. La desnutrición o la obesidad pueden provocar este mal. Al menos que exista una contraindicación, por padecer de una enfermedad, las personas mayores deben ingerir en su dieta alimentos con proteínas, carbohidratos y fibras. Se recomienda 1,2 gramos de proteína al día por cada kilo de peso. Si uno pesa 60 kilos necesita 72 gramos de proteína.

Al adulto mayor con anemia se le debe hacer una evaluación integral, no fijarse solo en las enfermedades que tiene, si es diabético o tiene hipertensión, sino también en su estado de ánimo y en el ambiente en el que vive. A esta edad la depresión llega hasta el 20% de los pacientes. Hay personas que se nutren mal porque se quedan solos en casa. Algunos siguen siendo muy activos, pero otros son dependientes por un tema físico o mental.

La persona que cuida a un adulto mayor, generalmente un familiar, tiene que encontrar la manera de que pueda seguir consumiendo algunos alimentos con la consistencia adecuada. Quizás triturados, licuados o en porciones pequeñas. La doctora Tello dice que un tema asociado a la buena nutrición es la salud oral. Es común que algunos adultos mayores dejen de comer carne o alimentos que consideran duros de masticar porque han perdido dientes o muelas, o les cuesta adaptarse a las prótesis. Entonces comienzan a alimentarse con purés, caldos y otros alimentos blandos que podrían llevarlos a desnutrirse.

Todo adulto mayor debería pasar al menos por un control médico una vez al año. Aunque en apariencia pueda estar saludable, es mejor prevenir con diversos exámenes. La geriatra agrega que una persona a los 50 años ya debió hacerse una colonoscopía y una endoscopia. Y con mucha más razón cuando ya tiene más de 60 años, así no tenga ninguna molestia.

Saberes productivos

Por primera vez este año, el programa Pensión 65 identificó que 10.300 adultos mayores, casi un 2% de todos sus usuarios, tienen anemia. Julio Mendigure, director ejecutivo de Pensión 65, explica que más allá de la subvención económica que se entrega bimestralmente a estas personas al programa le interesa que puedan acceder adecuadamente a servicios de salud y a un diagnóstico y un tratamiento temprano. Ellos cuentan con el Seguro Integral de Salud, pero según Mendigure, muchos adultos mayores son resistentes a seguir un tratamiento con sulfato ferroso.

Por sus costumbres y su cosmovisión desconfían de las medicaciones, pero sí siguen consejos para mejorar su alimentación. Es por eso que Pensión 65 ha lanzado “Saberes Productivos”, un proyecto para reforzar en esta población el consumo de platos ricos en hierro, adaptando por ahora 60 recetas ancestrales, propias de cada región. Además los promotores del programa visitan los hogares para capacitar a los adultos mayores y que puedan prevenir o detectar la anemia en sus nietos.

CONSEJOS NUTRICIONALES

  • En personas que tienen problemas para deglutir es mejor darle alimentos licuados, en papillas o fraccionadas varias veces al día.
  • Tener cuidado con el exceso de sal y condimentos. Los adultos mayores pueden ir perdiendo sensibilidad a algunos sabores y no darse cuenta de lo que están consumiendo.
  • La necesidad de tomar agua es mayor a esta edad. La disminución de la sensación de sed y la menor capacidad de trabajo de los riñones pueden predisponer al adulto mayor a la deshidratación.
  • Es recomendable visitar un geriatra para que brinde una recomendación integral. La dieta de cada adulto mayor puede variar a acuerdo a los medicamentos que tome o enfermedades que presente.

EL DATO

Sin anemia: entre los adultos mayores un varón debe tener un nivel de hemoglobina mayor o igual a 13 g/dl y en una mujer debe ser mayor o igual a 12 g/dl.