Bautista junto a Chloe Coleman en una escena de “Grandes espías”.
Bautista junto a Chloe Coleman en una escena de “Grandes espías”.
/ Michael Gibson
Enrique Planas

Una tarde, de regreso a casa, Donna Raye Bautista encontró a la entrada del edificio un hombre que agonizaba por una herida de bala. Llamó a la policía, pero los oficiales tardaban en llegar. Mientras acompañaba al hombre agonizante, podía ver a sus hijos y sus amigos jugar afuera, ajenos a la muerte. Tan acostumbrados estaban a la violencia en los barrios más duros de Washington DC. Así lo cuenta su hijo, Dave Bautista en su libro autobiográfico “Batista unleashed”, lanzado en 2008. La escena no es un simple recurso para fortalecer su entonces imagen de campeón de lucha libre. Más bien se trata de un homenaje a una mujer de la que siempre habla en sus entrevistas y que, en sus propias palabras, “hizo siempre todo lo que pudo para mantenerme con vida, alejado de los problemas”.

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