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Frances McDormand

Es una mujer de 60 años que desprecia saludablemente el narcisismo y el ruido de las redes sociales. Frances McDormand, nominada al 2018 por "", prefiere mostrarse sin filtros y provoca creer que su postura es genuina. Aplausos.

La actriz y su marido, el cineasta Joel Coen, solo hacen excepciones con Pedro, su hijo adoptivo. A veces salen en las fotos de su cuenta en Instagram. McDormand hasta payasea junto a Pedro en los breves ‘loops’ de esta red social. Es posible que su procedencia potencie el amor hacia su hijo: McDormand también fue adoptada. Ocurrió cuando tenía cerca de un año y medio. Su padre adoptivo era un pastor de la Iglesia de los Discípulos de Cristo de origen canadiense. Desde pequeña, ella sabía que quería actuar, como si esta profesión fuera tanto un placer como una misión del destino.

Si bien en las galas de los premios McDormand suele ponerse vestidos, no acostumbra a arreglarse en exceso. La intérprete lucha contra la tiranía del maquillaje y de los patrones convencionales de belleza de Hollywood que influyen cruelmente en las oportunidades de trabajo de las actrices. McDormand está orgullosa de su vejez y de sus arrugas, y afirma que estas conforman su mapa de carreteras, como si sugiriera que la vida está para recorrerla, no para falsearla. Nuevamente aplausos.

MUJER DE CARÁCTER
Frances McDormand también sabe reírse y no tomarse en serio. Una muestra contundente de ello es su participación en “Transformers: el lado oscuro de la Luna” (2011), la tercera parte de la saga delirante e indescifrable (el sancochado de los efectos digitales se recarga de manera exponencial). Ella encarna a una directora de inteligencia que tiene conversaciones muy serias con el hidalgo Optimus Prime.
Pero la intérprete está posicionada, sobre todo, como una actriz prodigiosa y de prestigio. Sus dos papeles más recordados se relacionan con la maternidad.

En “Fargo” (1996), dirigida por los hermanos Ethan y Joel Coen, McDormand es una policía embarazada que investiga varios homicidios. Las pesquisas se desarrollan en medio de la nieve. La cálida barriga de su abrigado personaje contrasta con el frío, la muerte y los absurdos de la existencia.

Y en “Tres anuncios por un crimen” ("Three Billboards Outside Ebbung"), que acaba de ingresar a los cines locales, interpreta a una madre que pone en jaque la ineptitud de la policía para que el asesinato de su hija no quede como otro lamentable caso sin resolver. Su personaje colocará en tres paneles publicitarios varios mensajes sobre la inoperancia de las autoridades, lo que generará un revuelo en su pueblo. No importa si muchos no la comprendan y la odien. Ella luchará contra viento y marea. Lo más seguro es que McDormand ganará su segundo premio Oscar de Mejor actriz por este rol (antes lo obtuvo por “Fargo”). Nadie le discutirá el logro.

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