Mitos y leyendas amazónicas convergen en libro de Bendayán
Mitos y leyendas amazónicas convergen en libro de Bendayán
Enrique Planas

El último gran golpe que dio la Amazonía peruana para hacerse visible a través del arte comenzó hace 15 años. El artista hace memoria y recuerda la muestra “El ojo verde” (2002), preparada por Gredna Landolt y Pablo Macera. Para el pintor, aquel esfuerzo marcó el inicio de una presencia que luego fue fortaleciéndose con proyectos como “Puro sabor” que reveló otro aspecto de la plástica amazónica, más ligada al pop, al arte urbano, a la feliz estridencia de color, la cumbia y la psicodelia. Son 15 años de plasmar una imagen, una estética selvática amplia y diversa, difundiendo con ello un mundo de conocimientos ancestrales.

“Amazonistas”, el más reciente libro editado por Bendayán, es fruto de ese proceso de visibilización. Recoge la obra y la voz de 23 artistas del país y fuera de él, que muy lejos de las antiguas miradas exóticas producen un arte que intenta abrir nuestros ojos y acercarnos a una realidad que ha dejado de ser distante y que también forma parte de nosotros.

Para Bendayán, un arte “amazonista” es aquel que tiene un compromiso con esta región, responsable no solo de transmitir problemáticas sino de rescatar sus conocimientos milenarios, de mantener el equilibrio del ecosistema y recuperar una historia que no ha sido contada fuera de la región. “No se trata solo de decir ‘mira qué bonita, interesante o divertida es la Amazonía, sino de asumir como tarea cuidar este espacio, escuchar a su gente e involucrarse con ella”, señala el destacado pintor y editor.

—La obra y la voz—
Por supuesto, Bendayán sabe que no son solo 23 los artistas amazonistas, pero los entrevistados por Bendayán y por la escritora Giuliana Vidarte resultan especialmente representativos. “Nunca antes la Amazonía ha estado representada tan fuertemente en la producción artística del país. Sin temor a equivocarme, cerca de la mitad de los artistas peruanos han incorporado la Amazonía a su imaginario y su producción”, señala. Así, a diferencia de la corriente indigenista que marcó la cultura peruana a inicios de los años 30, el amazonismo no pretende quedarse en la celebración de una herencia prehispánica ni una reinterpretación visual desde las élites intelectuales.

Mitos y leyendas amazónicas convergen en libro de Bendayán
Mitos y leyendas amazónicas convergen en libro de Bendayán

Así, en el libro conviven artistas oriundos de la región amazónica como Elena Valera, Enrique Casanto, Lastenia Canayo, Rember Yahuarcani o Graciela Arias con colegas capitalinos como Armando Williams, Nancy La Rosa, Kylla Piqueras, Eduardo Hirose o Natalia Revilla, además de extranjeros adoptados como el estadounidense Thomas Locke Hobbs o el suizo Francesco Mariotti.

“No estamos hablando del pasado, sino del futuro. Tenemos en cuenta el valor de la Amazonía como una reserva natural gigantesca, una reserva de conocimientos y sabiduría. Por otra parte, si bien hay artistas de todo el mundo trabajando lo amazónico, no se trata de una mirada superficial. Los artistas se involucran, exploran, tienen experiencias en este territorio, aprendiendo otras formas de comprender la realidad. El indigenismo nunca tuvo esa cercanía con el pensamiento indígena y el mito, era más bien una interpretación”, afirma Bendayán.

Sin duda, el libro nos invita a ser optimista al descubrir esta masa crítica de artistas de actitud y compromiso amazonista. Sin embargo, sabemos bien que la zona y sus habitantes viven a diario distintas amenazas, desde la explotación indiscriminada de recursos, la contaminación o, ya en el corazón de Lima, la condición precaria en que vive la comunidad asháninka en Cantagallo.

“La Amazonía es un espacio donde se juegan intereses muy fuertes, y aún persiste la mirada foránea que considera esta región como un lugar de extracción y explotación: caucho, madera, petróleo, coca, una serie de productos que generan contaminación y violencia”. Para Bendayán, los artistas no son ajenos a eso. Más bien, gran parte de la producción del arte amazonista nace de estas preocupaciones. Problemas que aquejan a nuestro corazón verde y que, más temprano que tarde, tendrán su impacto en el mundo.

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