El ‘terremoto Trump’ en Europa, por Paul Keller
El ‘terremoto Trump’ en Europa, por Paul Keller
Paul Keller

La victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos dio señales de un terremoto populista cuyas ondas estarían sintiéndose con más fuerza al otro lado del Atlántico. Trump y su equipo utilizaron el miedo de los votantes en temas como la inmigración y el futuro del país. En Europa, preocupaciones económicas y políticas similares están generando las condiciones ideales para una nueva ola populista de extrema derecha, particularmente en Francia, Alemania, Holanda y Austria.

El triunfo de Trump, junto a la decisión del Reino Unido de separarse de la Unión Europea, han formado una sombra que alcanza a países a miles de kilómetros de Londres o Washington. Les ha dado esperanza a líderes de partidos de extrema derecha –la llamada ‘derecha alternativa’– y a otros grupos populistas de que sus años en el yermo político han terminado. Como Trump, creen que son ellos, y no el ‘establishment’, quienes hablan por ‘el pueblo’. Nigel Farage, líder del partido nacionalista UKIP, quien dirigió la campaña del ‘brexit’, fue el primer político europeo en visitar a Trump tras su victoria electoral.

Los discursos populistas de Trump y Farage, con temas como los peligros de la inmigración masiva y la desconfianza en el ‘establishment’, son repetidos por políticos populistas alrededor de Europa. Y así como los partidarios del ‘brexit’ difundieron un mensaje ‘antiestablishment’ que fundó los cimientos del ‘efecto Trump’, grupos de extrema derecha en Europa han tomado la victoria del multimillonario como el amanecer de una nueva era en la política del continente.

La lideresa del Frente Nacional en Francia y candidata presidencial para las elecciones del próximo año, Marine Le Pen, ha llamado la elección de Trump “una señal de esperanza” para aquellos desilusionados con la globalización. Le Pen dice sobre Trump que “ha hecho posible lo que se presentaba como algo completamente imposible”.

Diversos analistas políticos anuncian que el triunfo de Trump es una advertencia de que el populismo está cobrando fuerza pese a la oposición de los medios y los partidos establecidos. El comentarista político Jonathan Freedland dice que Trump ha logrado canalizar el descontento hacia el sistema político estadounidense: “Y esta rabia no está confinada a Estados Unidos. Existen otras versiones alrededor del mundo, furiosos contra el statu quo… y aquellos que comparten este discurso claman estar hablando por el pueblo y la verdadera democracia”. Pero, como añade Freedland, estos partidos populistas, en sus versiones extremas, “amenazan con una revolución contra las normas, las fronteras acordadas que hacen posible la democracia”.

Por su parte, el partido de derecha extrema Alternativa para Alemania disfrutó de un éxito considerable con su mensaje antiinmigración en las elecciones regionales de hace unos meses. Mientras tanto, en Holanda, el Partido por la Libertad de Geert Wilders está encaminado a lograr ciertas victorias en las elecciones del próximo año y podría llegar a ocupar un asiento en el gobierno. Wilders dice que su partido representa al ciudadano común contra la élite política.

En Italia, el Movimiento 5 Estrellas, encabezado por el comediante Beppe Grillo, ha construido su popularidad en base al descontento de la población sobre la manera como el gobierno italiano y la Unión Europea manejaron la crisis económica que golpeó a la zona del euro hace siete años. Su partido cuenta con escaños en la oposición del Parlamento italiano y ha ganado elecciones regionales en Italia, incluso en Roma.

La consecuencia más alarmante del ‘efecto Trump’, sin embargo, podría verse hoy en las elecciones austríacas. Ahí, el populista Norbert Hofer, candidato del Partido de la Libertad de Austria, el movimiento nacionalista de extrema derecha creado por ex nazis en la década de 1950, pelea el triunfo. El “Financial Times” ha llamado estas elecciones como una de las pruebas más importantes del apoyo al populismo europeo en la era de Trump.

Como con Trump, el Partido de la Libertad de Austria ha ganado apoyo basado en preocupaciones sobre la migración masiva y el descontento hacia el crecimiento económico del país. La gente no ha olvidado la crisis migratoria europea del año pasado, cuando refugiados de países como Siria enrumbaron hacia Austria, pese a que muchos estaban de paso hacia Alemania.

El temor es, de acuerdo con algunos analistas, que los votantes europeos vean el triunfo de Trump como una señal de que el orden político tradicional ha muerto y se compren la promesa de aquellos fuera del sistema que dicen hablar por ‘el pueblo’. Estos grupos populistas utilizan el descontento extendido con la clase política que, como dice Trump, le ha fallado a una “mayoría silenciosa”. 

El comentarista político Andrew Rawnsley dice que el populismo explota el descontento hacia el presunto fracaso de los partidos tradicionales para mejorar las cosas: “En estos tiempos de rabia hacia cualquiera o cualquier cosa que pudiera ser vista como el ‘establishment’ o la elección de ‘la élite’, se ha convertido en una discapacidad ser un ‘insider’ y una gran ventaja ser un ‘outsider’”.

Y si bien es cierto que en países como Austria y Francia el populismo de extrema derecha ha estado creciendo por años, el ‘terremoto Trump’ podría ser el catalizador que empodere a las fuerzas antidemocráticas que muchos esperaban nunca volver a ver en Europa.

Traducido del Inglés por El Comercio