Miguel Padilla Chinguel, ganador de Taza de Excelencia Perú, cultiva café desde los 10 años de edad junto a sus padres. (Foto: Rollo Negro)
Miguel Padilla Chinguel, ganador de Taza de Excelencia Perú, cultiva café desde los 10 años de edad junto a sus padres. (Foto: Rollo Negro)
Norka Peralta Liñán

Miguel Padilla Chinguel fue reconocido recientemente como el mejor productor de café del Perú en la competencia . Aunque la mayoría de peruanos supimos de él tras la noticia de su triunfo en este prestigioso concurso, lo cierto es que Miguel lleva casi toda su vida dedicándose al café.

Nacido en Cajamarca, Miguel tiene 42 años y cultiva café desde que tenía 10 años, cuando ayudaba a sus padres, Froirán Padilla Carrasco y Ricardo Chinguel Pongo, en el campo. A temprana edad, ellos le enseñaron lo que él sabe sobre este cultivo porque era el hijo mayor y necesitaban todo el apoyo posible para sacar adelante a sus otros seis hijos. En la actualidad, tanto sus padres como sus hermanos continúan produciendo café cerca de su finca, refiere Miguel. “Todos seguimos trabajando juntos, en familia, haciendo buen café”, cuenta.

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Aunque por razones económicas no pudo seguir estudios superiores como era su deseo, Miguel se dedicó a producir café al terminar la secundaria y se prometió a sí mismo ser el mejor en la producción de este grano. Desde entonces, cuenta que ha aplicado todo lo aprendido en sus cultivos, realizando cuidadosos procesos en la cosecha y en la postcosecha, incluyendo mejoras en la infraestructura de su finca para obtener cafés de alta calidad. Por ejemplo, explica que cuenta con secadoras para secar sus granos y no exponerlos a la intemperie. Además, tiene parcelas sembradas bajo diseños agroforestales, es decir, que cultiva café preservando los árboles de su finca, realiza fertilizaciones adecuadas y trabaja con variedades mejoradas.

Las claves detrás del buen café de Miguel

Desde el 2008 es socio de la cooperativa Sol & Café, que realiza competencias internas de cafés de calidad entre sus miembros, y él siempre ha ocupado los primeros puestos. De hecho, fue un catador de esta cooperativa quien le dio el visto bueno al blend de Geisha y Bourbon que Miguel había seleccionado para competencias. No solo le dijo que era de una excelente calidad, sino que debía presentarlo a Taza de Excelencia este año.

La bolsa de café con su rostro simboliza la victoria de Miguel Padilla, pero también su deseo de tener su propia marca de café. (Foto: Rollo Negro)
La bolsa de café con su rostro simboliza la victoria de Miguel Padilla, pero también su deseo de tener su propia marca de café. (Foto: Rollo Negro)

Si bien él estimaba que su café podría ubicarse entre los 10 primeros puestos de los mejores cafés del Perú, aquel blend lo sorprendería al lograr el primer puesto al imponerse a otras 105 muestras de diversas regiones. Obtuvo un total de 90.54 puntos en evaluaciones realizadas por catadores internacionales que participaron en Taza de Excelencia Perú, la competencia que reconoce cada año a los mejores cafés y productores del país bajo la organización de la Central Café y Cacao y con el apoyo de #ProyectoCCE Comunidad de Cafés Especiales, una iniciativa de USAID.

Según los expertos que evaluaron su café, este tiene los atributos florales y afrutados característicos de la variedad Geisha y sabores dulces caramelizados característicos de la variedad Bourbon. En su perfil destacan las notas a flor de café, durazno y limón en una base caramelizada de vainilla y almendras, con fondo a semilla de cilantro y un final a hierba luisa, una acidez brillante y un cuerpo sedoso.

La tierra también es otro ingrediente clave detrás del triunfo de Miguel.

“Agradezco a Dios por la tierra que tengo en mi finca, porque, aunque uno puede tener buenas variedades e invertir en infraestructura, el terreno es fundamental para la calidad del café”.

Miguel Padilla Chinguel | Caficultor

Miguel Padilla Chinguel

La finca de Miguel se llama El Mirador y está ubicada en el caserío Chimburique, distrito de La Coipa, provincia de San Ignacio, en Cajamarca, a 1,800 metros sobre el nivel del mar. Allí, cuenta, llueve de manera regular, por lo que no ha sufrido de sequías como ocurre en otras zonas ni tampoco ha padecido de plagas como la roya.

En el mes de diciembre, el café de Miguel se venderá en una subasta internacional, en donde compradores de diversas partes del mundo pujarán por obtener su producción. Se podría lograr un precio récord como ocurrió en 2017 cuando el también caficultor cajamarquino, Juan Heredia, vendió 328 kilos de café verde por un valor cercano a los US $71 mil.

Miguel Padilla Chinguel y su esposa Nelcy Guerrero con quien produce el café ganador de Taza de Excelencia Perú de este año. (Foto: COOPERATIVA SOL & CAFÉ)
Miguel Padilla Chinguel y su esposa Nelcy Guerrero con quien produce el café ganador de Taza de Excelencia Perú de este año. (Foto: COOPERATIVA SOL & CAFÉ)

Miguel refiere que espera lograr un buen precio por su trabajo para invertir esos ingresos en ampliar y mejorar su finca y asegurar así el futuro de la familia que ha construido con su esposa Nelcy Guerrero, con quien se casó a los 23 años. Tiene tres hijos de 18, 14 y 2 años. El menor se llama Ronaldinho Gaucho porque es fan del futbolista brasileño.

El hijo mayor de Miguel estudia mecánica automotriz. Aunque su sueño siempre fue apoyar lo que sus hijos elijan estudiar, refiere que, si alguno se dedica al café, le enseñará todo lo que sabe tal y como sus padres hicieron con él. Y, de esta forma, su legado continuará.

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