Pierina Denegri Davies

Catena Zapata sorprende no solo por su impresionante arquitectura, que recuerda a una pirámide Maya, sino por el trabajo que significó cada planta, cada ladrillo y cada conocimiento adquirido por este negocio familiar. Y es que, además de ser considerada la Mejor Bodega y Viñedo del mundo por el ránking World’s Best Vineyards, cuentan con un impresionante instituto donde se estudia la ciencia detrás del vino. estuvo de visita en Mendoza y aquí te contamos más sobre la visita al espectacular viñedo La Pirámide, en el distrito de Agrelo.

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Fundada en 1902, esta es la bodega familiar más antigua de Argentina y es ampliamente celebrada por su rol pionero en el reconocimiento internacional de la variedad Malbec, una de las más clásicas del país. “Uno de los grandes cambios que hizo Nicolás (Catena) es que se empezó a comprender que para lograr un buen vino, se debía ver el proceso desde su cultivo en el viñedo”, nos explicó Carolina Fuller, head of Hospitality de la marca.

Lo primero que llama la atención al llegar es la imponente estructura principal, La Pirámide, que según comentan no fue la primera opción para la familia. Originalmente, se pidieron diseños a reconocidos arquitectos, pero ninguna idea parecía representar a Latinoamérica, que era lo que buscaba Nicolás Catena.

“Nicolás hizo un viaje con su familia a Guatemala y ahí se enamora de la pirámide del Templo del gran Jaguar, una construcción maya. Eso representaba más a Latinoamérica, para ellos, y decidieron hacerla así”, agrega Fuller. En efecto, en pleno viñedo resalta la imponente construcción, que parece romper con lo natural del ambiente, pero de una manera bastante curiosa y, hasta cierto punto, armoniosa. La construcción comienza en 1998 y se inaugura en abril de 2001.

Provecho visitó la bodega Catena Zapata ubicada en Luján de Cuyo, Mendoza (Argentina).
Provecho visitó la bodega Catena Zapata ubicada en Luján de Cuyo, Mendoza (Argentina).
/ Pierina Denegri Davies

El interior no se espera: amplio, luminoso y con una estructura de escaleras al centro de la misma construcción, que conecta los cuatro niveles. Se empieza conociendo un poco de la historia de la bodega y visitando la Bodega de Parcelas, en la que se vinifican uvas de pequeñas parcelas, ubicadas en viñedos de altura. En este punto conocemos los variados depósitos especializados en los que se puede trabajar el vino. “Depende de lo que el enólogo desee hacer con el vino, se elige si se trabaja con barrica, con una esfera, en tinajas o en ánforas, cada uno te da una impronta distinta en el sabor”, explica Carolina.

Cabe resaltar que gracias al trabajo del equipo de Catena, cuentan con más vinos de 100 puntos (el puntaje perfecto) que cualquier otra bodega en Sudamérica y su Viñedo Adriana, a 1.500 msnm, es reconocido como el “Gran Cru de Sudamérica”.

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A mediados de los años 60 ‘s, asumió las riendas de la bodega familiar, en la que su abuelo y padre aún elaboraban vinos con las antiguas tradiciones italianas. Si bien esta revolución del vino comenzó con (y no sería posible sin) Nicolás Catena Zapata, es su hija Laura Catena y Alejandro Vigil, el director de Enología de la marca, quienes han elevado la experiencia de disfrutar sus vinos y han logrado posicionarlo como un referente en cuanto a calidad y sabor en cada sorbo. Ella, quien es la directora general, además es la fundadora del Catena Institute of Wine.

Esta institución tiene como misión, en conjunto con el equipo de Enología y Viticultura de Catena, crear vinos de la mejor calidad, capaces de competir con los mejores del mundo, y así posicionar a Argentina como una de las mejores regiones vitícolas. Además, como comenta Fuller, el conocimiento científico que generan a través de proyectos de investigación y desarrollo, son compartidos con la comunidad científica y la del vino.

“Entre 7 y 8 agrónomos y enólogos están trabajando en este instituto, del cual solo hay 4 de este tipo en todo el mundo. Si bien es un instituto privado, el conocimiento generado aquí se comparte en revistas científicas. Todo lo que decimos sobre los vinos en Catena Zapata, es porque se ha estudiado en el instituto”, menciona Fuller mientras avanzamos en el recorrido.

En la planta baja también encontramos el espacio de guarda de los vinos en impresionantes barricas. Se forma un hermoso corredor en el que se pueden ver a trabajadores revisando los vinos y que las condiciones como la temperatura y humedad sean las adecuadas. Además, un espacio de degustación se encuentra cerca y este tiene una vista gloriosa de las barricas. Al rededor de las escaleras centrales existen diversos espacios en los que se guardan vinos preciados y colecciones privadas.

Precisamente, en una de estas cavas conocimos un poco mas de Angélica, la madre de Nicolás Catena, educadora y directora de un colegio a una joven edad. “Era tajante con que todos sus hijos recibieran educación y esa es un poco la herencia que le quiso dejar a los chicos: la educación”, comenta Fuller.

En el segundo, tercer y cuarto nivel se pueden apreciar distintas salas en las que se reciben a grupos variados de visitantes: desde el turista entusiasta del vino hasta el especialista que viene a conocer un poco más de la operación que ahí se realiza. Incluso chefs visitan la bodega y trabajan en conjunto con restaurantes de todo el mundo. Las vistas panorámicas de los viñedos es de las que te quitan el habla y te permiten disfrutarlas en silencio.

Lo nuevo de Catena Zapata

Una de las experiencias más nuevas fue el conocer su otra gran edificación, el espacio donde se encuentra Angélica - Cocina Maestra y una hermosa cava donde crean aperitivos como grappa o vermut, entre otros. En este restaurante la propuesta es simple pero no por eso menos compleja: se creó para mostrar los vinos de la marca y saber con qué acompañarlos para darles el mejor chance posible en boca.

Angélica - Cocina Maestra
Angélica - Cocina Maestra
/ Mendoza Holidays

Es decir, todos los ingredientes que aquí se aprovechan están pensados en combinar con ciertos vinos de la marca, por lo que la experiencia es bastante guiada con un menú de 7 pasos. Cuentan con la capacidad para hacer acomodaciones del menú para personas sensibles a la lactosa o con alergia al gluten, por ejemplo.

Para llegar a la zona de los aperitivos, se recorre un hermoso camino en el que se puede ir conociendo un poco más sobre la familia Catena Zapata a través de fotos, textos y obras de arte especialmente elegidas. Al final de este corredor, se encuentra una hermosa cúpula con un espejo de obsidiana en la base que sorprende por su diseño.

En lo que era una antigua cava ahora se producen vermut y grappa, entre otros aperitivos deliciosos -que también pudimos probar-. Además, en esta sección tuvimos un espacio de degustación, para conocer más sobre tres de las etiquetas más interesantes de la marca.

Pudimos degustar el Angélica Zapata, un chardonnay muy suave, fresco y con notas interesantes en boca. El siguiente elegido fue Nicolás Catena Bonarda, tinto y con un cuerpo muy interesante gracias al tiempo de guarda considerable. Finalmente, mi favorito, fue el Malbec Catena Zapata, bastante clásico y elegante, pero aún así sorprenderte en su sabor, con el nivel de acidez ideal y perfecto para disfrutarse solo o con una buena comida.

Conocer Catena Zapata es de esos hitos que recomiendo vivir porque aquí no se conoce únicamente la historia de una familia y su camino por el mundo del vino. En general, se conoce sobre el potencial del vino argentino ante el mundo y se nota la pasión en cada detalle, en cada salón, en cada recorrido para el público y en cada copa de vino.

Dato:

Puede conocer más sobre Catena Zapata en el perfil de Instagram @catenawines. Para visitar la bodega se deben realizar reservas.