¿Tus amigos te han comentado que están preparando kombucha o pan de masa madre? La fermentación casera ha ganado popularidad entre quienes buscan conservar sus alimentos de manera saludable, además de mejorar su sabor y promover la salud intestinal.
Para los principiantes que desean empezar su proyecto de fermentación en casa, les presentamos esta guía con consejos básicos. Recuerden que es importante experimentar y encontrar lo que mejor funciona para cada uno.
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¿Qué es la fermentación?
Nos encontramos con un proceso en el que los microorganismos (como las levaduras, las bacterias y los hongos) convierten los carbohidratos (azúcares y almidones) en alimentos y liberan compuestos (como ácidos, alcoholes y gases). Con esto, se preservan los alimentos y se les otorga un sabor único. Además, hay beneficios en la salud, especialmente al sistema digestivo.
Equipo básico para tener en casa
Para comenzar, necesitarás algunos utensilios básicos. Toma en cuenta estos elementos para tener en tu cocina:
– Recipiente de vidrio: para almacenar y fermentar los alimentos. Debe tener una tapa hermética.
– Sal marina no yodada: es un ingrediente clave en la fermentación, porque controla el crecimiento de bacterias no deseadas y permite el desarrollo de microorganismos beneficiosos.
– Prensa de fermentación: se emplea para prensar los ingredientes y eliminar el exceso de aire de los recipientes de fermentación.
– Termómetro: para controlar la temperatura de fermentación de los alimentos.
– Cultivo iniciador: algunas recetas necesitan cultivos iniciadores (como la kombucha o el suero de leche).
– Bolsas de fermentación: son especiales ya que se usan para fermentar alimentos al vacío y protegerlos de la contaminación externa.
Proceso básico de fermentación casera
1. Limpia y esteriliza todos los utensilios que vayas a emplear.
2. Corta los ingredientes en trozos pequeños y ponlos en el recipiente de vidrio. Deja espacio suficiente, en la parte superior, para que los alimentos se ensanchen.
3. Prepara el líquido de fermentación o la salmuera (según la receta que has elegido) y échalo sobre los ingredientes en el frasco de vidrio.
4. Cierra el recipiente de vidrio con la tapa hermética y la prensa de fermentación. Colócalo en un lugar oscuro y a temperatura ambiente para fermentar durante el tiempo que diga la receta.
5. Revisa la fermentación periódicamente. Observa las burbujas en el líquido y el olor.
6. Cuando los alimentos estén listos, guárdalos en el refrigerador para detener la fermentación y conservarlos por más tiempo.
Ejemplos de alimentos fermentados caseros
– Chucrut: se usa un tipo de fermentación láctica en la que solo necesitas salmuera (agua y sal) y repollo rallado. La clave está en la proporción de sal. Esta guarnición es rica en fibra y probióticos, y puede acompañar ensaladas o sándwiches.
– Kombucha: fermentación de bebidas a base de té endulzado, para la que se necesita fermentar bacterias y levaduras. Es una rica fuente en probióticos y vitaminas.
– Yogurt casero: se encuentra entre las fermentaciones de productos lácteos y es muy sencillo de preparar. Solo necesitas leche y un cultivo iniciador de bacterias lácticas. Así, obtienes un yogurt rico y cremoso además de una buena fuente de proteínas y probióticos.
- Pan casero: para la fermentación de masas madre, inicia un cultivo con harina y agua. Con paciencia, puedes crear una levadura natural que le dará a tu pan un sabor y textura únicos.
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